Charles Bickford

BUSCAVIDAS (¿Ángel o diablo?)

Persona ingeniosa para buscar un medio de vida. Suele tener sentido peyorativo. (Espasa-Calpe)

«El sur tiene sus cosas, sus cositas, que lo hacen expuesto y promisorio: verdes de paz y cumbres de ironía, mascarones de proa y pánicos de popa, arroyitos de sangre junto a mares de sal, pellejos blancos y pieles oscuras, granujas del poder y buscavidas, proveedores de amén y novamás galones y agonías…» (poema Signos del sur)
Mario Benedetti (1920-2009) Escritor, poeta y dramaturgo uruguayo

¿ÁNGEL O DIABLO? (Fallen angel) – 1945

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Director Otto Preminger
Guion Harry Kleiner
Fotografía Joseph LaShelle
Música David Raksin
Producción 20th. Century Fox
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 97m. B/N
Reparto Dana Andrews, Alice Faye, Linda Darnell, Anne Revere, Charles Bickford, Bruce Cabot, John Carradine, Perry Kilbride, Olin Howlin.
* Dick Haymes – Slowly

«Lo que fácil viene, fácil se va. Todo lo consigo hablando sin parar, en un mundo que nos escucha y luego se convierte en nada.»

El aparente sosiego de una pequeña localidad californiana se verá dramáticamente alterado ante la llegada de un intrigante buscavidas, que, pese a enamorarse de una ardiente camarera sin escrúpulos, acabará casándose por dinero con la campante pero desafortunada hija del alcalde. Partiendo de este tópico planteamiento surgido de la homónima novela policíaca de Marty Holland, Preminger realizó con la perspicacia y ambigüedad que siempre le caracterizaron su segunda incursión en los ya de por sí indeterminados postulados del cine negro, evidenciando una más que laudable y refinada facultad para generar atmósferas perturbadoras, nocturnas e ilícitas. Aunque su condición de «film noir» haya sido puesta en entredicho en alguna que otra ocasión, lo cierto es que su validez ha ido acrecentándose gracias a un magnífico elenco y a la penumbrosa pero sutil fotografía de Joseph LaShelle hasta aparecer hoy en día como un brillante razonamiento sobre la súbita y heterogénea conducta del ser humano, capaz de albergar un catálogo de tipologías y actitudes ciertamente interesantes.

Otros clásicos del cine negro protagonizados por un BUSCAVIDAS

El cartero siempre llama dos veces – Tay Garnett (1946)
Gilda – Charles Vidor (1946)
El callejón de las almas perdidas – Edmund Goulding (1947)

GRANDEZA (Horizontes de grandeza)

1. Tamaño mayor de una cosa respecto de otra de su mismo género.
2. Importancia, magnitud.
3. Generosidad, bondad, excelencia moral.
(Espasa-Calpe)

“Hay grandes hombres que hacen a todos los demás sentirse pequeños. Pero la verdadera grandeza consiste en hacer que todos se sientan grandes.”
Charles Dickens (1812-1870) Novelista inglés

HORIZONTES DE GRANDEZA (The big country) – 1958

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Director William Wyler
Guion James R. Webb, Sy Bartlett y Robert Wilder
Fotografía Franz Planer
Música Jerome Moross
Producción United Artists/Anthony Productions/Worlwide Prod.
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 165m. Color
Reparto Gregory Peck, Jean Simmons, Carroll Baker, Charlton Heston, Charles Bickford, Burl Ives, Chuck Connors, Alfonso Bedoya.

«Hay cosas que un hombre debe demostrarse sólo a sí mismo, y no a nadie más.»

Un nutrido y estelar reparto, amplitud de pantalla y metraje, argumento de connotaciones épicas y una acentuada espectacularidad en las escenas de masas y paisajes configuraron las reglas de oro sobre las que maduró el denominado ‘superwestern’, emergido como relevo del ‘peplum’ en la lucha de las ‘majors’ contra la competencia televisiva y cuya enfática plenitud comercial llegaría con la reunión de los especialistas John Ford, Henry Hathaway y George Marshall para ostentar en Cinerama la genealogía del pueblo norteamericano en LA CONQUISTA DEL OESTE (1962). Sin embargo, fue probablemente William Wyler quien firmó la manifestación más cautivadora del subgénero al expandir con su magistral pulso narrativo esta adaptación de una novela de Donald Hamilton en torno al enfrentamiento de gradación shakespeariana entre dos familias de rancheros texanos y un pacífico pero emprendedor naviero de Baltimore. Un férvido y acrisolado careo entre dos estilos feudales antagónicos, favorecido por su grandeza visual, unas loables interpretaciones y una legendaria partitura de Jerome Moross.

Otras películas caracterizadas por su GRANDEZA visual, artística y presupuestaria

Lawrence de Arabia – David Lean (1962)
Cleopatra – Joseph L. Mankiewicz (1963)
Ran – Akira Kurosawa (1985)

SORDERA (Belinda)

La sordera es la dificultad o la imposibilidad de usar el sentido del oído debido a una pérdida de la capacidad auditiva parcial (hipoacusia) o total (cofosis), y unilateral o bilateral. Así pues, una persona sorda será incapaz o tendrá problemas para escuchar. Ésta puede ser un rasgo hereditario o puede ser consecuencia de una enfermedad, traumatismo, exposición a largo plazo al ruido, o medicamentos agresivos para el nervio auditivo (…) La sordera también se da por desgasto de los oidos, esto explica porque los adultos no pueden escuchar algunas frecuencias que personas de menor edad.
Sordomudo es una persona que tiene un problema de audición y de cuerdas vocales.
(Wikipedia)

«Entre los corazones deshumanizados te está quebrando la ansiedad. El mundo en su sordera y su resaca de vivir, te patea donde duele más» (canción Sordidez y sordera)
Javier Calamaro (1965-) Cantante y músico argentino

BELINDA (Johnny Belinda) – 1948

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Director Jean Negulesco
Guion Allen Vincent e Irmgard Von Cube
Fotografía Ted McCord
Música Max Steiner
Producción Warner Bros.
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 102m. B/N
Reparto Jane Wyman, Lew Ayres, Charles Bickford, Agnes Moorehead, Jan Sterling, Stephen McNally, Dan Seymour, Alan Napier.

«Por favor, traten de comprender lo que significa ser como ella; viviendo en un mundo aparte, alejada de todos, sin poder escuchar una voz humana. Piensen en su soledad y en su miedo»

La definitiva y, por cierto, algo tardía consagración como actriz dramática de Jane Wyman llegó gracias a este aclamado aunque tenuemente languidecido clásico del melodrama hollywoodiense, basado en la pieza teatral homónima de Elmer Blaney Harris, a su vez, inspirado en un caso verídico, en el que exteriorizaba con sorprendente ternura y credibilidad las atenazadas emociones que hostigan a una joven y marginada campesina sordomuda, especialmente las que hacían referencia a la esperanza de ser amada y a su tesón por conseguir la custodia del hijo que un lugareño le hizo al violarla sin escrúpulos. Además de retratar con loable verosimilitud el pudibundo, beato e intolerante ambiente que predominaba en la comunidad de pescadores de Cape Breton (Nueva Escocia) donde se desarrollaba la acción, el academicista Jean Negulesco condujo el inventario de excesos folletinescos que englobaba el guion con una aptitud psicológica tan encomiable como exageradamente amarga a los ojos del estudio; situación que propiciaría su fulminante despido antes de terminar el rodaje.

Otras películas sobre la SORDERA

Mandy – Alexander McKendrick (1952)
El milagro de Anna Sullivan – Arthur Penn (1962)
Hijos de un dios menor – Randa Haines (1986)

PASIÓN (Duelo al sol)

1. Sentimiento muy intenso que domina la voluntad y puede perturbar la razón, como el amor, el odio, los celos o la ira.
2. Sentimiento de amor muy intenso manifestado con gran deseo sexual.
3. Afición o inclinación viva por alguien o algo.
(Larousse Editorial)

“Los celos matan el amor, pero no el deseo. Este es el verdadero castigo de la pasión traicionada. Odias a la mujer que rompió el pacto de amor, pero sigues deseando porque su traición fue la prueba de su propia pasión”
Carlos Fuentes (1928-2012) Escritor, intelectual y diplomático mexicano

DUELO AL SOL (Duel at the sun) – 1946

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Director King Vidor
Guion David O. Selznick y Oliver H.P. Garrett
Fotografía Lee Garmes, Harold G. Rosson y Ray Rennahan
Música Dimitri Tiomkin
Producción David O. Selznick
Duración 138m. Color
Reparto Jennifer Jones, Gregory Peck, Joseph Cotten, Lionel Barrymore, Lillian Gish, Walter Huston, Herbert Marshall, Charles Bickford.

«Si no soy lo suficientemente buena para casarme, no soy lo suficientemente buena para besar»

El western acabó de armonizar la épica de sus orígenes con el melodrama desaforado y colorista gracias a esta desmesurada y moralmente ofensiva producción de David O. Selznick, basada en una ya polémica novela de Niven Busch, donde las pasiones cabalgaban a lomos de una atmósfera enfermiza y voluptuosamente fatalista para narrar la rivalidad de dos antagónicos hermanos por el amor de una arrolladora mestiza, con la contienda entre ganaderos y empleados del ferrocarril como trasfondo temático. El mítico productor cambió radicalmente la imagen de su entonces compañera sentimental Jennifer Jones, así como de Gregory Peck, finalizó el rodaje junto a William Dieterle y Josef Von Sternberg tras el abandono de un King Vidor amargado por sus continuas intromisiones (aun así consiguió dejar patente su refinada y enérgica caligrafía) y diseñó personalmente la antológica secuencia final, en torno a la cual se construyó el resto de la película: un auténtico desvarío de rencor y pasión desenfrenada en la rocosa Cabeza del Indio bajo las rojizas tonalidades de un sol abrumador.

Otras películas dominadas por una PASIÓN desenfrenada o irracional

Sangre y arena – Fred Niblo (1922)
Abismos de pasión – Luis Buñuel (1953)
El imperio de los sentidos – Nagisa Oshima (1976)