Sección de cabello que nace de la línea capilar, la cual se corta o se peina de tal manera que cubre total o parcialmente la frente del portador. El flequillo suele ser un componente de diversos peinados, además de ser frecuentemente utilizado como un efecto visual para reducir rostros alargados y ocultar frentes amplias (…) El flequillo recto es un tipo de flequillo que se caracteriza por su alineación natural en una forma horizontal que no denota cortes graduados. (Wikipedia)
«Para dibujar un niño hay que hacerlo con cariño. Pintarle mucho flequillo (que esté comiendo un barquillo), muchas pecas en la cara que se note que es un pillo.» (poema Cómo se dibuja un niño)
Gloria Fuertes (1917-1998) Poetisa española
TRES PÁGINAS DE UN DIARIO (Tagebuch einer verlorenen) – 1929
Dirección G.W. Pabst
Guion Rudolf Leonhardt
Fotografía Fritz Arno Wagner Y Sepp Allgeier
Música Otto Stenzeel
Producción Hom-AG für Filmfabrikation
Nacionalidad Alemania
Duración 104m. B/N
Reparto Louise Brooks, André Roanne, Josef Rovenský, Fritz Rasp, Vera Pawlowa, Franziska Kinz, Arnold Korff.
«Con un poco más de amor, nadie en esta tierra estaría nunca perdido.»
Tras CRISIS (1928) y LA CAJA DE PANDORA (1929), G.W. Pabst puso un broche de oro a su denominada ‘trilogía erótica’ con esta estimable adaptación de la novela homónima de Margarette Böhme, precursora de la literatura de emancipación femenina, que ya había sido objeto de una versión anterior (considerada hoy como perdida) a cargo de Richard Oswald en 1918 y con Erna Morena como protagonista. Explotando la atemporal belleza, la luminosa expresividad y el magnetismo concupiscente que Louise Brooks reveló un año antes en el papel de Lulú, con su mismo peinado ‘bob’ de flequillo corto, el realizador de origen austriaco proyectaba una vituperante ojeada al retorcido y prejuicioso fariseísmo anexo a la sociedad germana bajo el mandato del káiser Guillermo II a través de la historia de deshonra, perdición y redención de la hija de un farmacéutico pudiente y mujeriego. Merece la pena destacar la fluidez e intensidad de su tratamiento narrativo, su prestancia estética de regusto expresionista y la precisa e inquietante descripción de sus personajes secundarios.
Otras películas donde su protagonista luce un FLEQUILLO RECTO
Vivir su vida – Jean-Luc Godard (1962)
E.T. el extraterrestre – Steven Spielberg (1982)
Amélie – Jean-Pierre Jeunet (2001)