Máquina que, montada sobre ruedas y movida de ordinario por vapor, electricidad o motor de combustión interna, arrastra los vagones de un tren. (palabrasyvidas.com)
“No son las locomotoras, sino las ideas, las que llevan y arrastran al mundo”
Victor Hugo (1802-1885) Poeta, dramaturgo y escritor francés
EL MAQUINISTA DE LA GENERAL (The General) – 1926
Director Buster Keaton y Clyde Bruckman
Guion Buster Keaton y Clyde Bruckman
Fotografía Bert Haines y Devereaux Jennings
Música Carl Davis
Producción Buster Keaton Productions/United Artists
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 74m. B/N
Reparto Buster Keaton, Marion Mack, Glen Cavender, Jim Farley, Frederick Vroom, Charles Smith, Frank Varnes, Joe Keaton.
«Si pierdes esta guerra no me eches la culpa»
La última película en la que Buster Keaton apareció acreditado como realizador, compartiendo dicho honor con un especialista del cómico silente como Clyde Bruckman, fue esta parodia de aventuras bélicas que aún hoy sigue siendo unánimemente considerada como una de las más grandes e imperecederas obras maestras de la historia del celuloide. Inspirada en una hazaña real acontecida en plena Guerra de Secesión, novelada por William Pittenger en Daring and suffering: a history of the great railroad adventurers, narraba como un tenaz ferroviario sureño se erigía en un insospechado héroe de la contienda al ejecutar una sucesión de proezas para recuperar a su querida locomotora, usurpada por el Ejército de la Unión y en la que casualmente se haya prisionera su amada. Incomprensiblemente vapuleada por la crítica de la época, constituye una categórica joya cinematográfica por la perfección técnica que exhibe en todos sus apartados y la inaudita poética visual con la que acopla drama, comedia, romanticismo y suspense. Imperecedero deviene el momento en el que el cariacontecido protagonista, que rechazó ser doblado en las escenas peligrosas, sube y baja al compás de una biela.
Otras películas con protagonismo de alguna LOCOMOTORA
La bestia humana – Jean Renoir (1938)
El tren del infierno – Andrei Konchalovsky (1985)
El tren de la vida – Radu Mihaileanu (1998)
Es una película enorme. Harto está uno de ver gags visuales ramplones de todo tipo, esta película es una lección magistral sobre cómo utilizar el lenguaje cinematográfico para crear situaciones hilarantes con una creatividad y una simplicidad geniales. La escena de los troncos en la vía es sencillamente genial. O ver a Keaton impávido sentado en la biela mientras la máquina empieza a moverse… En fin, un películón que resiste el paso de los siglos como todas las grandes creaciones.
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Así es, una película única dentro de una filmografía ya de por sí majestuosa. Gracias por tu visita, Israel. Un saludo.
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El rostro de Buster Keaton es todo un poema… y sus aventuras con el tren un deleite. Sí, no pasa el tiempo por estos versos cómicos cinematográficos.
Y las locomotoras son protagonistas primordiales de los westerns. Pero hoy me voy a ir hacia la comedia… Y el más madera de los hermanos Marx, ¡la que arman en la locomotora! en Los hermanos Marx en el Oeste.
Beso
Hildy
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Estuve a punto de utilizarla como alternativa, pero me contuve con la esperanza de que alguien me la recordara. Como no, has tenido que ser tú, Hildy. Muchas gracias por tu fidelidad al blog y por tus precisas elecciones y recomendaciones. Besos.
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La más espectacular y celebrada película de Buster Keaton continúa resultando una deliciosa y absolutamente perfecta conjugación de lo que es una trama de aventuras (efectivamente, inspirada al parecer, como se apunta en la reseña de este post, por un episodio real en la Guerra de Secesión) con una sucesión de memorables gags, tan genialmente diseñados y elaborados que muchos de ellos aún hoy pueden ser considerados como los mejores de la Historia del Cine. Aquí, la geometría estuvo al servicio de la poesía.
El héroe que dibuja aquí (y en otras de sus películas) Keaton resulta mucho más humanamente admirable en su nobleza y solitaria determinación, en su abnegación y valentía, que el superviviente y trapacero Charlot creado por Charles Chaplin.
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Quizás las hazañas de Keaton superen a las de Chaplin por su vistosa espectacularidad, incluso por su mayor dosis de humanismo, pero ambas resultan geniales y absolutamente eternas.
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Es una película genial, de un artista genial. No te cansas de verla
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El buen cinéfilo nunca se cansa de disfrutar de las grandes obras maestras y ésta es, sin duda, una de ellas.
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Recuerdo que la vi en pantalla grande en el instituto y salí fascinado….
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Buen recuerdo, Vidal. A mí también me hubiera gustado descubrirla en mi etapa adolescente y, además, en pantalla grande. Tuviste mucha suerte. Un saludo.
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