Catástrofe o desastre con numerosas víctimas y grandes pérdidas. Gran mortandad. (Espasa-Calpe)
“Cualquier hecatombe general siempre se reduce a un drama íntimo, de la misma forma que uno puede resbalar en una piel de plátano y morir del batacazo mientras está cayendo la bomba de hidrógeno sobre su cabeza.”
Manuel Vicent (1936-) Escritor y articulista español
CARTAS DE UN HOMBRE MUERTO (Pisma myortvogo cheloveka) – 1986
Director Konstantin Lopushansky
Guion Konstantin Lopushansky, Vyacheslav Rybakov y Boris Strugatskiy
Fotografía Nikolai Pokoptsev
Música Aleksandr Zhurbin
Producción Lenfilm Studio
Nacionalidad Unión Soviética
Duración 87m. Color
Reparto Rolan Bykov, Iosif Ryklin, Nikolai Alkanov, Vadim Lobanov, Vera Mayorova, Nora Gryakalova, Viktor Mikhaylov, Svetlana Smirnova.
«Debemos reconocer que toda la historia de la humanidad es la historia de un lento suicidio cometido por una materia viva que por puro accidente adquirió la capacidad de pensar, pero que no supo qué hacer con esta fatídica capacidad.»
Tras una hecatombe nuclear, un equipo de científicos (entre ellos un físico ganador del Premio Nobel) sobreviven recluidos en búnkeres subterráneos, conviviendo junto a un grupo de niños huérfanos, para protegerse de la devastadora contaminación radioactiva y el caótico sometimiento militar que anida en la post-apocalíptica superficie. Pretendiendo emular la dimensión metafísica de su maestro Andrei Tarkovsky, incluso reproduciendo su simbólica paleta de colores terrosos, Konstantin Lopushansky debutó en la realización de largometrajes con este paradigmático drama de ciencia-ficción distópica, que perdura como la obra más aclamada, precisa e inquietante de toda su filmografía. Estrenada el mismo año del catastrófico accidente de Chernobyl, adolece de cierta intensidad emocional y poética (excepto en su trascendental desenlace) pero transmite una atmósfera asfixiante, opresiva y desoladora que induce a reflexionar con celeridad sobre los derroteros futuros de la humanidad, sobre todo en lo concerniente al hipotético riesgo de un conflicto atómico de irreparables consecuencias.
Otras películas sobre lo que queda de vida tras una HECATOMBE
Soy leyenda – Francis Lawrence (2007)
La carretera (The road) – John Hillcoat (2009)
Rompenieves (Snowpiercer) – Bong Joon-ho (2013)