Acción y efecto de sobreactuar: dicho de un actor o de una actriz, exagerar el tono o actitud del personaje que encarna. (RAE)
«Me cae fatal. Como actor y como icono. No soporto su sobreactuación, que esté todo el rato suplicando atención y amor. No puedo identificarme en nada con un fulano como ése» (sobre James Dean)
Carlos Boyero (1953-) Crítico de cine español
CIMARRÓN (Cimarron) – 1931
Director Wesley Ruggles
Guion Howard Estabrook
Fotografía Edward Cronjager
Música Max Steiner
Producción RKO
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 130m. B/N
Reparto Irene Dunne, Richard Dix, Estelle Taylor, William Collier Jr., George E. Stone, Stanley Fields, Roscoe Ates, Edna May Oliver.
«Un ladrón o un asesino puede pecar solo y a él solo se culpa. Pero esta mujer no está sola, el orden social es su cómplice. Si ella es culpable, todos los presentes lo somos. Les digo, no juzguéis para que no seáis juzgados. Déjenla libre para que pueda partir. Que una sabiduría superior más alta que la nuestra sea quien la juzgue»
Probablemente el western épico y colosal por excelencia, que tuvo el privilegio de iniciar la singladura cinematográfica de la RKO y convertirse en el largometraje más costoso (1.400.000 dólares de la época) y, al mismo tiempo, galardonado en la historia de la productora. Por medio de una concepción fílmica de gran tenacidad y dinamismo, virtudes que se manifiestan con tan solo revivir la célebre carrera de diligencias de su inicio, el artesano Wesley Ruggles reconstruía la fiebre colonizadora del territorio de Oklahoma en 1889 para describir a partir de ella el nacimiento y posterior desarrollo económico de un municipio ubicado en dicha región a través de la paulatina prosperidad de una saga familiar dedicada al periodismo. El aparatoso primitivismo declamatorio de Richard Dix fue sobradamente compensado con la ductilidad interpretativa de la gran Irene Dunne para llevar a buen puerto esta adaptación del best-seller homónimo de Edna Ferber, cuyo encanto prevalece muy por encima de la empalagosa superproducción dirigida en 1960 por un maestro del género como Anthony Mann.
Otras interpretaciones lastradas por su SOBREACTUACIÓN
El cabo del miedo – Martin Scorsese (1991) / Robert De Niro
Pactar con el diablo – Taylor Hackford (1997) / Al Pacino
Pozos de ambición – Paul Thomas Anderson (2007) / Daniel Day Lewis