Conjunto de actividades mutuamente relacionadas o que al interactuar juntas en los elementos de entrada los convierten en resultados. El proceso judicial es básicamente la exigencia constitucional para el desarrollo rogado de la jurisdicción. El proceso sirve a la satisfacción de los intereses jurídicos socialmente relevantes, siendo el medio constitucionalmente instituido para ello (…) Incluye también las relaciones entre los sujetos intervinientes, las relaciones entre éstos y el objeto del proceso, etc. Además, aspira a una finalidad, que es la terminación o justa composición del litigio, y para llegar a ella emplea el procedimiento como medio. (Wikipedia)
«Después de la Segunda Guerra Mundial, los vencedores (los Estados Unidos y la Unión Soviética) juzgaron a los perdedores por ‘crímenes de guerra’ y ‘crímenes contra la humanidad’ (…) Este proceso judicial imparcial resultó en muchas ejecuciones, castigando ejemplarmente a aquellos que cometieron atrocidades bajo la excusa de la guerra. Sin embargo, nadie en el lado ganador fue acusado de un sólo crimen de guerra»
Joseph Sobran (1946-2010) Periodista, escritor y columnista estadounidense
ANATOMÍA DE UN ASESINATO (Anatomy of a murder) – 1959
Director Otto Preminger
Guion Wendell Mayes
Fotografía Sam Leavitt
Música Duke Ellington
Producción Columbia/Carlyle Productions
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 161M. B/N
Reparto James Stewart, Lee Remick, Ben Gazzara, Arthur O’Connell, Joseph N. Welch, George C. Scott, Eve Arden, Murray Hamilton.
* Duke Ellington – Main title/Anatomy of a murder
“No es necesario que me extienda sobre mis métodos. Un juez es como… otro juez. La única diferencia está en cómo haga la digestión o en su facilidad para quedarse dormido. En cuanto a mí, digiero una barra de hierro y, aunque les parezca que duermo a ratos, descubrirán que despierto con facilidad, sobre todo si un abogado hace una argumentación que a mí me parezca brillante”
Inestimable melodrama judicial basado en la novela homónima del magistrado Robert Traver en torno al crudo proceso de homicidio a un oficial del ejército, acusado de asesinar al individuo que supuestamente violó a su esposa, que decide afrontar un veterano fiscal de Michigan con la insegura colaboración de un amigo letrado aficionado a la bebida. En un conjunto apasionante compuesto con una firmeza absoluta y conducido a través de una impetuosa atmósfera de suspense, Preminger expuso una sorprendente combinación de nihilismo y mordacidad para manifestar la tenuidad e incoherencia del sistema judicial y, de paso, reprochar la endeblez humana y moral de la sociedad norteamericana. Sus estupendas interpretaciones, entre ellas un James Stewart realmente sublime, los admirables títulos de crédito a cargo de Saul Bass y una hermosa banda sonora a ritmo de jazz redondeaban esta mítica película, que, gracias a la minuciosa descripción de los hechos y al intrépido vocabulario utilizado durante la vista, escandalizó a los sectores más conservadores del país, erigiéndose como una de las cintas precursoras de la libertad de expresión.
Otras películas que giran en torno a un PROCESO JUDICIAL
Testigo de cargo – Billy Wilder (1957)
La herencia del viento – Stanley Kramer (1960)
Veredicto final – Sidney Lumet (1982)
Me gusta mucho esta película de Otto Preminger y todas las capas que pueden leerse… De tal manera que cada visionado es una nueva sorpresa. Los personajes, cada uno de ellos (hasta el más secundario de los secundarios), están magníficamente construidos y tanto la trama como el ritmo te van arrastrando con notas de jazz hasta el final de la película.
De procesos judiciales son inevitables algunas que ya han aparecido por este querido Diccineario como ‘Vencedores y vencidos‘. Y me voy también a la más reciente ‘Hannah Arendt’. Y me doy una vuelta a la nostalgia con ‘Matar un ruiseñor‘. O me voy a otro proceso judicial histórico en la penúltima película dirigida por Robert Redford, ‘La conspiración’.
Beso
Hildy
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Vuelves a lucirte con tus propuestas, como es habitual en ti, enriqueciendo cada entrada con otras interesantes alternativas. Yo te voy a recomendar otros dos procesos: uno de ellos ha sido llevado a la gran pantalla en múltiples ocasiones, yo me quedo con la versión de Bresson («El proceso de Juana de Arco»), el otro es un intrigante juicio con el nazismo como telón de fondo y un espectacular protagonismo de Jessica Lange, «La caja de música». Besos.
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En su día, polémico film de «juicio» (con un excelente guión sustentado sobre la base argumental de un bestseller) en el que merced a un pormenorizado y anguloso dibujo de personajes y circunstancias se nos suministran las suficientes zonas de sombra y luz para contrastar actitudes, posturas morales, dudas razonables, verdades y mentiras que terminan desembocando en una cínica y desarmante sorpresa final que nos hace reflexionar sobre la condición humana.
James Stewart, un año después de «VERTIGO», demostraba de nuevo su valía como actor a través de una escala de sutiles matices que solo alcanzaba cuando detrás de él había un gran director. Así, y por la calibrada potencia de su puesta en escena, diría que «ANATOMÍA DE UN ASESINATO» fue, en opinión del que suscribe, la última gran película de Preminger, que en sucesivas obras, mayormente superproducciones, fue perdiendo virulencia y riqueza.
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En mi opinión, sólo dirigió otra película a la altura de la presente, la magnífica «Tempestad sobre Washington«. Por otro lado, Stewart no pudo en absoluto quejarse de trabajar con realizadores que no supieron sacar lo mejor de sí mismo, pues no en vano se convirtió en el actor fetiche de maestros de la dirección como Frank Capra, Anthony Mann o Alfred Hitchcok. Casi nada…
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¡ Cuánto disfruto con este cine de «juicios», Antonio!. Un abrazo.
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Pues ésta es de las que se disfrutan de verdad, a pesar de sus dos horas y media de duración…
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Como ya han dicho más arriba: ‘Matar un ruiseñor‘, ‘Impulso criminal‘ y añadiría incluso la interesante El jurado!
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Gracias a tu mensaje, recordaremos otros dos grandes largometrajes en torno a sendos dramáticos procesos judiciales: ‘El sargento negro‘ de John Ford y ‘Quiero vivir‘ de Robert Wise. Un saludo.
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