Cámara alta del cuerpo legislativo (Congreso, Asamblea Nacional o Parlamento) de algunos países. Existe habitualmente en países con una forma de estado federal. En estos dichos países la cámara alta representa a las divisiones territoriales (Estados, Cantones o Provincias) del mismo. El Senado romano fue la primera institución de su tipo y por mucho tiempo considerado como el modelo constitucional en el sentido de cámara revisora. (Wikipedia)
“¿Qué haría el Senado de mí, de un legislador inexperto que carece de la facultad de engañarse a sí mismo, este requisito esencial en quien quiere guiar a los demás?”
Giuseppe Tomasi di Lampedusa (1896-1957) Escritor italiano
TEMPESTAD SOBRE WASHINGTON (Advise and consent) – 1962
Director Otto Preminger
Guion Wendell Mayes
Fotografía Sam Leavitt
Música Jerry Fielding
Producción Columbia
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 139m. B/N
Reparto Henry Fonda, Charles Laughton, Walter Pidgeon, Don Murray, Peter Lawford, Lew Ayres, Franchot Tone, Gene Tierney, Will Geer.
«Aquí lo toleramos casi todo: prejuicios, fanatismos, demagogia, casi todo. El Senado está para tolerar la libertad»
Aficionado a abordar temas de gran relieve, Otto Preminger no vaciló en hacerse con los derechos de este best-seller de Allen Drury, donde se diseccionaban sin ningún tipo de benevolencia los amorales entresijos de la Administración parlamentaria estadounidense a partir del quisquilloso, siniestro y demoledor comportamiento del Senado a la hora de aceptar el nuevo Secretario de Estado designado por la Casa Blanca. Evidenciando una loable ecuanimidad en lo que respecta al tratamiento de dos encontradas ideologías, el realizador vienés manejó con su sensacional pulso narrativo un complejo engranaje argumental que alternaba el protagonismo de sus convincentes intérpretes (entre ellos el maravilloso Charles Laughton, en su última aparición fílmica) en pos de una auténtica exhibición de suntuosos y dilatados planos-secuencia y una oratoria rebosante de ácido sentido del humor. Un drama político de inconcebible atemporalidad que presentaba un mecanismo gubernamental dominado por una insaciable avidez de poder, una arcaica arrogancia patriótica y una irreprimible aversión a todo lo relacionado con la doctrina comunista.
Otras películas sobre el SENADO
Caballero sin espada – Frank Capra (1939)
Escipión el africano – Luigi Magni (1971)
Asesinato en el Senado de la nación – Juan José Jusid (1984)
Una crónica magnífica sobre una gran película que, como muy bien aprecias, viene a demostrar que en el mundo del poder todo cambia para que todo continúe igual. Si vigencia es totalmente plena y me temo, desafortunadamente, que así será durante muchísimo tiempo.
No obstante, jamás deberíamos de arrojar la toalla y menos aún dejar de aspirar a sistemas más depurados y transparentes (lo de igualitarios sería maravilloso, pero me temo que incompatible con el Homo sapiens), pero la historia es tozuda y pone una y mil veces de manifiesto que hay dos indestructibles y ancestrales “virus” en la condición humana llamados ambición y egoísmo. Por cierto, ¡qué gran director Preminger!
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El poder es la facultad más nociva e injusta que existe, pues comulga con esos virus ancestrales e indestructibles a los que aludes y con otros tan nocivos como el fanatismo, la soberbia o la corrupción. Probablemente esta película seguirá vigente durante mucho más tiempo…
Preminger fue un espléndido realizador, cuyo trabajo siempre fue mucho más valorado en Europa que en Estados Unidos. Particularmente, considero que sus mejores frutos los legó al cine negro con cuatro irrefutables obras maestras: «Laura», «¿Ángel o diablo?», «Cara de ángel» y «Al borde del peligro».
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Una película estupenda. La reciente ‘Lincoln’, que también me pareció muy interesante, me la recordó en unas cuantas cosas.
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Uf, la tengo pendiente y no sabes la pereza que me da… Creo que, de momento, seguirá esperando su turno.
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… Sí, a mí me gustó también TEMPESTAD SOBRE… Es de esas películas que dejan al desnudo cómo funcionan los entresijos del poder. Además es una película de reparto magnífico donde cada uno tiene su momento. Y es cierto Laugthon esta maravilloso…, como Henry Fonda o Walter Pidgeon… pero la sorpresa sin duda es un joven Don Murray que se convierte en la pieza más vulnerable del puzle, el político que no sabe manejarse en las reglas del juego y cuyo papel desemboca la tragedia… Aquí Preminger proporcionó también un papel secundario a la malograda y hermosa Gene Tierney quien aseguró al realizador un puesto en el Olimpo de los directores gracias a su enigmático papel en LAURA, uno de los motivos por los que la película sigue su carrera mítica. Además la película desarrolla un análisis crítico de esa América paranoica-conservadora-poderosa y refleja bien el ‘clima’ de la guerra fría.
Y sí, me sigue emocionando siempre un James Stewart que casi no puede ya hablar en el Senado pero que no se rinde en CABALLERO SIN ESPADA (cómo me gusta también).
El senado es una institución política con historia al igual que sus intrigas… Así Shakespeare convirtió al senado romano y a los senadores en escenario principal o secundario de varias de sus obras. Y éstas como no, cuentan con una buena adaptación cinematográfica: JULIO CÉSAR de Mankiewicz y la más actual Coriolanus de Ralph Fiennes.
Besos
Hildy
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Espléndida acotación sobre la reseña, Hildy. Como siempre… Me encanta «Caballero sin espada», probablemente sea mi segunda película favorita de Capra, por supuesto, detrás de mi adorada «¡Qué bello es vivir!». No creo que tarde mucho en postearla.
En efecto, debía aparecer en una entrada sobre el senado alguna que otra película de romanos. Yo me he decantado por «Escipión el africano», no demasiado conocida, pero sin ninguna duda «Julio César» deviene el largometraje por antonomasia para saborear los tejemanejes del Senado romano.
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Otto Preminger ha ido tocando muchos palos a lo largo de su filmografía y en varias ocasiones él era el primero en tocarlos, lo que le acarreó algunos disgustos. La ruta elegida en «TEMPESTAD SOBRE WASHINGTON» fue un escrutador recorrido por los oscuros pasillos de la política doméstica de Estados Unidos. Así nos encontramos con la rigurosa arquitectura de un drama político de afilado diseño en el que Preminger pretendió y consiguió mostrar los mecanismos del funcionamiento parlamentario en una democracia (la americana), el controlado equilibrio de poderes que impide decisiones unilaterales y la complicada (ocasionalmente sucia) tramoya de todo eso.
Recurriendo a veces al artificio para engarzar las piezas, pero sin una sola laguna narrativa, todo funciona en la película con desarmante precisión. En suma, una de las grandes obras (además, muy pedagógica) del autor de «ANATOMÍA DE UN ASESINATO».
Un saludo.
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Sí, estoy de acuerdo. Probablemente quede algún que otro cabo suelo en su armazón argumental, pero la milimétrica concisión narrativa de Preminger logra disimularlo con asombrosa eficacia.
Un saludo, Teo.
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A pesar de la censura de la época Otto Preminger logró un interesante acercamiento a los entresijos del poder en su filme TEMPESTAD SOBRE WASHINGTON y la cual hay que revisar, sobre todo por las nuevas generaciones que siguen, deslumbradas, series como House of cards o Scandals, para que se den cuenta que «no hay nada nuevo bajo el sol», en cuanto a forma de tratar las corruptelas del poder.
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Así me gusta, Gustavo, ¡cuánta razón tienes! No les iría nada mal descubrir películas como ésta o «Chantaje en Broadway» y compararlas con sus estimadas series…
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