Buque de vela de dos o más mástiles (las ha habido hasta de siete palos), siendo el mayor el de mesana, con el aparejo formado por velas áuricas (cangrejas y escandalosas) y velas de cuchillo (foques y velas de estay); es decir, velas dispuestas en el palo siguiendo la línea de crujía, de proa a popa, en vez de montadas en vergas transversales, como las velas cuadradas. La goleta aparece en el siglo XVIII y tiene características funcionales parecidas al bergantín, del que se diferencia principalmente por su aparejo (…) desaparece en el siglo XIX junto con la navegación a vela. (Wikipedia)
«¡Salud, don Pancho Alegría, buen capitán de goleta, matador de tiburones, rico en naufragios y rutas, conocedor de los vientos crucigramas de las islas, buzo de la noche negra, buen hablador de dialectos, rezador de avemarías por aduaneros y puertos!»
Tomás Hernández Franco (1904-1952) Poeta, narrador, ensayista, crítico literario, periodista y diplomático dominicano
EL LOBO DE MAR (The sea wolf) – 1941
Director Michael Curtiz
Guion Robert Rossen
Fotografía Sol Polito
Música Erich Wolfgang Korngold
Producción Warner Bros.
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 90m. B/N
Reparto Edward G. Robinson, John Garfield, Ida Lupino, Barry Fitzgerald, Gene Lockhart, Alexander Knox, Stanley Ridges, Howard Da Silva.
«Mejor es reinar en el infierno que servir en el cielo»
Sin ninguna duda, la mejor versión cinematográfica surgida de la novela homónima de Jack London y, con casi toda seguridad, uno de los largometrajes más sobrios, honestos y categóricos de Michael Curtiz, quien no tuvo más que aplicar su natural solidez, concisión y energía narrativa para llevar a buen puerto un más que persuasivo guión de Robert Rossen, alejado de las típicas y funcionales aventuras marítimas por su manifiesto perfil psicológico y su desesperanzado, brumoso y asfixiante sentido de la atmósfera. El argumento, dominado por el espíritu del mal y el caprichoso sentido de la providencia, describía cómo los supervivientes de una embarcación hundida en la bahía de San Francisco eran salvados por una fastasmagórica goleta comandada por un desalmado capitán y obligados a emprender junto a él una travesía indefinida, diabólica y autodestructiva. Pulida por un equipo técnico de excepción, que incluía el concurso de Byron Haskin en los efectos especiales, y declamada por una atractiva nómina de actores, encabezada por el siempre soberbio Edward G. Robinson.
Otras películas con presencia de una GOLETA
Capitanes intrépidos – Victor Fleming (1937)
El mundo en sus manos – Raoul Walsh (1952)
Lord Jim – Richard Brooks (1965)