1. Salida de los pasajeros de un medio de transporte.
2. Operación militar que realiza en tierra la dotación o las tropas de un buque. (Espasa-Calpe)
“Para desembarcar en la isla de la sabiduría hay que navegar en un océano de aflicciones”
Sócrates (470 a.C. – 390 a.C.) Filósofo clásico griego
SALVAR AL SOLDADO RYAN (Save private Ryan) – 1998
Director Steven Spielberg
Guion Robert Rodat
Fotografía Janusz Kaminski
Música John Williams
Producción Amblin/Dreamworks/Mark Gordon/Mutual/Paramount
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 162m. Color
Reparto Tom Hanks, Edward Burns, Matt Damon, Tom Sizemore, Barry Pepper, Vin Diesel, Adam Goldberg, Ted Danson, Paul Giamatti.
“Si Dios está con nosotros… ¿Quién está con ellos?”
El más contundente ejemplo de que el más taquillero mercante de la industria hollywoodiense puede convertirse, cuando lo desea, en un óptimo cronista de los más injustos episodios de la historia lo encontramos en esta cruda e intemperante ilustración antibelicista, cuya impactante aceptación a nivel mundial motivó una ingente revitalización del género. Este sensorial compendio patriotero en torno a la imprevisible actitud del ser humano ante la más límite de las situaciones constaba de tres bloques claramente definidos: un prólogo apabullante, estremecedor y harto efectista que detallaba, cámara en ristre y provisto de poderosos efectos especiales, el apocalíptico desembarco aliado en la playa normanda de Ohama; un núcleo un tanto sensiblero que describía los avatares de una patrulla yanqui, cuya propagandística misión consistía en hallar en pleno combate al único superviviente de cuatro hermanos soldados y devolvérselo a su abatida madre; y un crudo e inquietante epílogo (de una curiosa semejanza con EL PUENTE de Bernhard Wicki) que invitaba a presenciar otra estrepitosa escaramuza ubicada en un pequeño pueblo francés.
Otras películas en las que asistimos a un DESEMBARCO
El día más largo – K.Annakin, A. Marton y B.Wicki (1962)
Gallipoli – Peter Weir (1981)
Uno rojo, división de choque – Samuel Fuller (1980)
Mi recuerdo es ver esta película en el cine Bailén de Barcelona, debajo de un altavoz
El desembarco, menuda pasada.
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Seguramente tuviste la sensación de que las balas pasaban muy cerca o casi te rozaban. Sin duda, la escena del desembarco es abrumadora e inolvidable para todos los que la pudimos ver en una sala de cine.
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Buffff¡peliculón!
Soy del norte de Francia, no de Normandía exactamente pero si de una zona muy afectada por la segunda guerra mundial, y sobretodo, soy nieta de resistente pero desafortunadamente mi abuelo jamás habló de ello en vida (lo desconocía hasta mi abuela) y nos legó una cajita metálica con documentos, papeles y su brazalete de resistente.
Del desembarco conservo un camisón hecho con la tela de un paracaídas por mi abuela que era modista.
En fin, no puedo evitar poner atención cuando se habla del desembarco y de guerra …
¡Gracias por esta entrada! Y siento la chapa….
Un saludo.
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Me alegro que esta entrada (por lo mucho que para tí representa aquel acontecimiento) te haya traído hasta mi blog.
Gracias por tu visita! Espero tener la oportunidad de volver a comentar alguna que otra película contigo. Sería un placer…
Un saludo.
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Volví a ver la película hace poco y me quedé con la frase que nombras al principio Ojalá ese Ryan lo merezca… El mensaje propagandístico no puede ser más claro. Ryan (los franceses, los ingleses.. los europeos) deben merecer a los americanos que murieron por ellos.
Hollywood demuestra que continua dominando la propaganda como nadie. Grandes películas ya lo han demostrado (Ser o no ser, Casablanca..)
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Ni que lo digas, Mónica! La lista de grandes films americanos con contenido propagandístico es prácticamente interminable.
Resulta curioso que nos llamara la atención la misma frase…
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La película la vi en navidades, por eso de verlo en alta definición y con el sonido masters audio…, me recordó que la primera vez sólo me quedé en el desembarco y poco más. Me quedo con lo bien que explica el desembarco, lo demás como lo reflejas, aunque hay que decir que la parte técnica del final también es impresionante.
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Sin duda, ese par de escenas de combate son los grandes acicates de la película y, muy probablemente, una de las cúspides del género bélico moderno.
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Según se escuchaba por ahí, el mundo se divide en dos: los que en su día preferían ‘Salvar al soldado Ryan’ y los que en su día preferían ‘La delgada línea roja’. Diré que solo he visto la primera una vez en mi vida, esto fue cuando la estrenaron en el Canal Plus, y la segunda acostumbro a revisarla cada año.
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Sé que eres un incondicional de la película de Malick (lástima que no te decidas a participar en los Rankings y la hagas subir del puesto nº 33 en el que actualmente se encuentra). Ambas me resultan muy atractivas, pero si tuviera que decantarme por uno de estos dos ceremoniales bélicos creo que lo haría por la de Spielberg.
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Al leer esta entrada me ha asaltado la duda de si la habías o no incluido entre las mejores películas de su década, pues creía recordar que sí, y efectivamente ahí estaba. Pero claro, después de leerte he comprendido que no has querido obviar aquellos defectos o servidumbres que observas en ella, sin dejar de otorgarle el nivel que se merece.
Para mi estamos ante una paradoja, al menos personal, en tanto que su ingreso y epílogo (me refiero a las dos pequeñas piezas ubicadas fuera del conflicto y que se me antojan sencillamente impropias, por las causas que perfectamente expones, en tanto que ante tamaña obra maestra del cine su introducción en el global es, cuando menos, de juzgado de guardia, algo que por otro lado no debe de extrañarnos pues el director nos ha deparado muestras evidentes de su patriotismo mojigato y ñoñería trasnochada en múltiples ocasiones), deberían de bastar para lastrar esta película de forma que impidiese ser considerada una obra maestra del cine. Y no suelo perdonar, pero en este caso sí, envolviéndome en una especie de velo selector que me hace valorar solo la película, «mi película», sin esos dos postizos que mando al limbo cinéfilo.
“Salvar al soldado Ryan”, no es solo una película formidable desde el punto de vista técnico y de ejecución formal, es también un viaje hermoso, creíble y humanista, preñado siempre de un antibelicismo evidente al más puro estilo clásico. Forjado con interpretaciones de altísimo nivel, esenciales en este caso, que se anudan al guión para formular una película soberbia. Y todo ellos con un motivo de partida que pone de manifiesto el grado bastardo de hipocresía que atesoran los altos mandos, confeccionando y dirigiendo una misión que en sí misma es un solaz de espejos fariseo y fingido.
Pero claro, a lo rotundo del guión, desarrollo y ritmo, asistimos a uno de los saltos cuantitativos y cualitativos más importantes que recuerdo vistos en el cine. Me viene a la memoria «2001: Una odisea del espacio». Formalmente hay un antes y un después en la historia del cine, que solo Cuarón ha sabido recoger ese testigo a semejante nivel, pues otros muchos, entre ellos, el clásico Eastwood no han podido llegar a tales niveles con sus mediocre “Banderas de…, y la algo más decente “Cartas desde …”
Cuando asistí al desembarco, fuimos muchos los que sabíamos que algo en el cine ya no sería lo mismo. Algo parecido pero distinto, se pudo ver con anterioridad en una de las secuelas que el propio realizador hizo de la saga de Indiana Jones, con un arranque formidable, pero sin que pudiéramos prever semejante hazaña posterior. Ya la guerra nunca será lo mismo después de verla filmada por Spielberg. Desde la fotografía apagada y lúgubre que posteriormente utilizara innecesariamente en Minority Report, la fusión continua de mini planos secuencia, traveling y primeros planos, una hiperrealidad preñada del más pavoroso subjetivismo (estamos dentro), cámara al hombro vertiginosa, la utilización del sonido o la ausencia del mismo (aún recuerdo su uso en la prodigiosa «Ran»), la planificación sublime de encuadres, giros, retrocesos, montaje y secuencias … Una fórmula complejísima de planificación sencillamente inverosímil hasta esa fecha, que después otros muchos han utilizado en mayor o menor acierto y grado, pero que es ya generadora de un salto evolutivo en el cine. Por poner dos ejemplos dispares y de obras dispares, desde Meirelles en «Ciudad de Dios», a Scott en «Black Hawk, por no hablar de los citados Eastwood y Cuarón, éste último, con su prodigiosa realización en «Hijos de los hombres».
En realidad Spielberg reinventa el formato y la ejecución del mismo, no solo en el género pues se derrama inevitablemente intergéneros, dando un salto formal milagroso. Pero insisto en que no es solo eso, si bien nada más que por ello sería un hito cinematográfico. Sigo pensando que es una película redonda, trepidante, sosegada cuando lo requiere, hermosa, con personajes sólidos y de crudo lirismo, siempre que obviemos su ingreso y epílogo (no todo el mundo podrá ser tan benévolo como yo en tal sentido). Si la escena del desembarco es magistral, la de la defensa última del pueblo es soberbia. Ejecutada con la misma maestría , si bien en un registro menor en trepidación, lo que pone de manifiesto el manejo sublime de los tiempos y de la ejecución de este cineasta.
Me ha resultado brillante Abúlico con su fina ironía cuando compara ésta con aquella, y yo irónicamente también formulo la idea de que si tuviera que ver una vez al año la insoportable homilía de Malick, tendría que empezar a ensayar ejercicios de fortalecimiento mental.
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Estoy de acuerdo contigo en que esas dos pequeñas piezas con las que se abre y cierra el film están de más. Resulta curioso que Spielberg no escarmentara después de malograr «La lista de Schindler» con aquel epílogo manipulador, lacrimógeno y absolutamente innecesario.
Ahora, para epílogo el de tu comentario: sarcasmo de pata negra.
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Yo también soy más de la línea roja, pero vaya, como película en conjunto, además es curioso porque me encanta y el resto de pelis de Malick me parecen un tostonazo.
Pero esta que nos ocupa tiene dos grandes escenones a principio y final de peli, espectaculares y grandiosos, en medio poco que rascar la verdad.
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A mi no me parece tan tostonazo Malick, aunque tampoco crea que sea merecedor de tanto culto.
Sé que eres bastante aficionado al bélico y esas dos imponentes escenas son para disfrutarlas de verdad.
Un saludo.
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Bueno, y por añadir, esta peli fue la que posteriormente hizo posible esa gran serie que es «Hermanos de Sangre» y la menos conseguida «The Pacific», Spielberg debió quedar encantado de si mismo del resultado y no dudó en repetir para la tele.
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Solo he visto de Malick ´La delgada línea roja´y ´El nuevo mundo´, y no soporto ninguna de las dos. Espero ver en breve sus orígenes y la afamada ´El árbol de la vida´, pero me temo lo peor. Entre Malick y yo me parece que existe incompatibilidad de caracteres y sus postales reflexivas vestidas de discurso panteísta, su pose poética amanerada y la machacona homilía me enervan sobremanera. Pero ya sabemos que es un Dios en el mundo del cine, por lo menos para los que saben, así que me tendré que refinar o llamar a Chicote para que ponga orden en mi cocina cinematográfica.
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Creo que deberías empezar ya esos ejercicios de fortalecimiento mental antes de enfrentarte a «El árbol de la vida», sino sí que vas a tener que recurrir inmediatamente a Chicote (o a Gordon Ramsay, mejor) para enderezar tus fogones cinefílicos. Tú mismo, quien avisa no es traidor…
Como le decía a Dessjuest, no me desagrada el cine de Malick pero considero que está excesivamente sobrevalorado, como otros cineastas americanos contemporáneos (Coen, Burton, Jarmusch, incluso Tarantino).
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Gracias Antonio por tu recomendación que a buen seguro hago mía. Y sí, coincido en cada uno de los directores que indicas y su sobrevaloración, especialmente Tarantino al que detesto en lo más profundo de mi ser. Pero lo que ya me saca de quicio es que cinéfilos de pro como tú y otros a los que valoro, consideréis películas como «Pulp Fiction» grandes obras. Me dan ganas de estrangularos, jajajaja, pero… seguiré mi largo camino por el desierto. Un abrazo
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Mi película bélica preferida. La vi en Tele 5 con 15 o 16 años y la escena del desembarco se me quedó grabada.
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Si se te quedó grabada la escena viéndola por televisión, imagínate si la hubieras visto en una buena sala de cine…
Un saludo.
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Más allá de su logrado inicio por lo espectacular de las imágenes, una película fallida por su sensiblería y por lograr ser invisible… ni comparación con al de Malick ya que vi un par de comentarios acá que se las compara… salu2…
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No es una obra redonda, pero tampoco diría yo que es una película fallida… Para mí no dejan de ser dos films bélicos de distinta enjundia, pero ambos memorables.
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Personalmente, toda la parte del desembarco me impresionó tanto que tuve que ir a ver las playas de Normandía, ahora desiertas, para rendir un pequeño homenaje a todos los caídos en combate. La visita terminó en el cementerio americano, impresionante. Todo representa y son monumentos a la enorme estupidez humana.
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Ni que lo digas… Vaya, a eso se llama rendir tributo a una película. Yo no tuve la necesidad de comparecer en el lugar de los hechos, pero reconozco que pocas veces me he sobrecogido tanto como en el transcurso de la representación de aquel desembarco.
Bienvenido al blog! Un saludo.
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