Gene Tierney

ESPECTRO (El fantasma y la señora Muir)

Figura irreal, imaginaria o fantástica, que alguien cree ver; especialmente, imagen de una persona fallecida que se aparece a alguien. (google.es)

«Pasar de los fantasmas de la fe a los espectros de la razón no es más que cambiar de celda»
Fernando Pessoa (1888-1935) Poeta y escritor portugués

EL FANTASMA Y LA SEÑORA MUIR (The ghost and Mrs. Muir) – 1947

Director Joseph L. Mankiewicz
Guion Philip Dunne
Fotografía Charles Lang
Música Bernard Herrmann
Producción 20th. Century Fox
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 104m. B/N
Reparto Gene Tierney, Rex Harrison, George Sanders, Vanessa Brown, Natalie Wood, Edna Best, Isobel Elsom, Anna Lee, Helen Freeman.

«Soy real, estoy aquí porque usted quiere creerlo así. Siga creyendo en mí y seguiré siendo una realidad»

Maravillosa comedia romántica de corte sobrenatural y perfume dickensiano, basada en la novela homónima escrita por Josephine Leslie bajo el pseudónimo de R.A. Dick, que narraba la singular relación de amistad y amor imposible que prorrumpe en una mansión costera del sur de Inglaterra entre el jovial y orgulloso espectro de un veterano capitán marino y una atractiva e inflexible joven viuda, madre de una niña pequeña. Mankiewicz aprovechó un extraordinario guion de Philip Dunne, integrado por unos diálogos absolutamente inolvidables, para recrearse en una fantástica e inteligente reflexión sobre los límites que separan la imaginación de la realidad, plasmada con ingenio, sensibilidad y una extremada elegancia, cualidades que el realizador ya no abandonaría a lo largo de su admirable filmografía. Rex Harrison y Gene Tierney alcanzaron, posiblemente, las caracterizaciones más imperecederas de sus respectivas carreras, Charles Lang se lució con sus contrastes de sombras, luces y contraluces, mientras que Bernard Herrmann compuso una envolvente partitura, exultante de delicadeza e intensidad.

Otras películas que cuentan con una figura ESPECTRAL entre sus protagonistas

Jennie – William Dieterle (1948)
Pandora y el holandés errante – Albert Lewin (1951)
Cuentos de la luna pálida de agosto – Kenji Mizoguchi (1953)

ADMISIÓN (El diablo dijo no)

Acto y el resultado de admitir (…) Es habitual que el concepto se emplee respecto a la aceptación o el rechazo de una persona por parte de una entidad. (definicion.de)

«No soy un tipo complicado, de delicado paladar, cualquier mujer es mi mujer, cualquier cuarto de hotel mi hogar. Puedo dormir en cualquier lado, a veces solo a veces no, a veces pongo ‘reservado el derecho de admisión'» (canción Adiós adiós)
Joaquín Sabina (1949-) Cantautor, poeta y pintor español

EL DIABLO DIJO NO (Heaven can wait) – 1943

Director Ernst Lubitsch
Guión Samson Raphaelson
Fotografía Edward Cronjager
Música Alfred Newman
Producción 20th Century Fox
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 108m. Color
Reparto Don Ameche, Gene Tierney, Charles Coburn, Eugene Pallette, Clara Bandick, Louis Calhern, Signe Hasso, Laird Cregar.

«Mi querido señor Van Cleve, un pasaporte al infierno no se concede por generalidades. No, me parece que tendrá que esperar hasta que tenga tiempo de estudiar su historial»

Por primera y única vez en toda su filmografía, Lubitsch recurrió al color (dominado por tonalidades frágiles y evanescentes) para engalanar esta deleitable comedia romántica con matices fantásticos, basada en la obra teatral Geburtstag de Laszlo Gus-Fekete, cuya ingeniosa trama argumental giraba en torno a la evocación de los supuestos méritos adquiridos por un anciano vividor y mujeriego recién fallecido con el fin de valorar si debe o no ser admitido en las estancias del infierno. Con una elegancia en el detalle fuera de lo común y la consecución de una atmósfera tan sosegada como melancólica, el realizador berlinés no sólo elaboraba un distinguido retrato costumbrista de la alta sociedad neoyorquina de finales del siglo XIX sino, que, además, aportaba una mordaz y contundente disquisición sobre las inevitables fluctuaciones, vicisitudes y contrariedades por las que atraviesa todo vínculo matrimonial. Impecables interpretaciones a cargo de un reparto de campanillas, del que sobresale la frugal verosimilitud de su protagonista, Don Ameche, y la maravillosa belleza de Gene Tierney.

Otras películas donde el protagonista persevera por obtener una ADMISIÓN

Lacombe Lucien – Louis Malle (1974)
Flashdance – Adrian Lyne (1983)
Donnie Brasco – Mike Newell (1997)

LUCHA (Noche en la ciudad)

1. Pelea, combate, batalla, lid
2. Combate deportivo entre dos personas.
3. Contienda, disputa.
4. Debate o confrontación interna:
Lucha grecorromana Lucha en la que vence el participante que primero consigue que su adversario toque el suelo con la espalda durante unos segundos.
Lucha libre Lucha en la que se pueden emplear llaves y golpes, de acuerdo con unas determinadas reglas, y que termina cuando uno de los luchadores se da por vencido.
(Espasa-Calpe)

«El arte de vivir se asemeja más a la lucha que a la danza»
Marco Aurelio (121-180) Filósofo y emperador del Imperio Romano

NOCHE EN LA CIUDAD (Night and the city) – 1950

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Director Jules Dassin
Guion Jo Eisinger
Fotografía Max Greene
Música Benjamin Frankel
Producción 20th Century Fox
Nacionalidad Reino Unido
Duración 101m. B/N
Reparto Richard Widmark, Gene Tierney, Goggie Withers, Hugh Marlowe, Herbert Lom, Francis L. Sullivan, Stanislaus Zbyszko, Mike Mazurki.

«Es un artista sin un arte (…) algo que puede hacer infeliz a un hombre»

Impulsado por el interés de la Fox en invertir sus dividendos en el Reino Unido y el especial acoso que sobre su persona ejercía la fustigadora represión maccarthysta, Dassin no dudó en transferir la tenebrosa esencia documentalista acuñada en su aportación al cine negro americano al retrato inicuo de una urbe londinense poblada de seres ávidos de poder y venganza que prescribía la novela homónima de Gerald Kersch. Las artimañas de un taimado, oportunista y recalcitrante embaucador de medio pelo para forjarse un nombre a través de la errónea senda del crimen y la corrupción deparaban una vertiginosa pesadilla circular de matices expresionistas, realzada por su exactitud en la captación del depravado ambiente, un ritmo descriptivo ‘in crescendo’ muy conseguido y la excelsitud de su enrarecida e irrespirable atmósfera. De sus eficaces interpretaciones, sobresalía la destemplada actuación de Richard Widmark y la loable presencia de Stanislaus Zbyszko, un veterano campeón de lucha grecorromana de 71 años, arruinado y con un prolífico bagaje cultural.

Otras películas donde aparecen escenas de LUCHA libre o grecorromana

El luchador – Darren Aronofsky (2008)
Mal día para pescar – Álvaro Brechner (2009)
Symbol – Hitoshi Matsumoto (2009)

INTEMPERANCIA (Al borde del peligro)

1. Falta de templanza o moderación.
2. Incapacidad para cambiar las opiniones o ideas o para ser persuadido.
(Larousse Editorial)

“Inseparable compañera de la injusticia es la intemperancia”
Fray Luis de León (1527-1591) Poeta, humanista y religioso agustino español

AL BORDE DEL PELIGRO (Where the sidewalks ends) – 1950

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Director Otto Preminger
Guion Ben Hecht
Fotografía Joseph LaShelle
Música Cyril J. Mockridge
Producción 20th. Century Fox
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 95m. B/N
Reparto Dana Andrews, Gene Tierney, Gary Merrill, Karl Malden, Ruth Donnelly, Robert Simon, Bert Freed, Tom Tully, Craig Stevens, Neville Brand.

«No odia a los malhechores. Le gusta golpearles. Disfruta pegándoles. Le gusta verse en los periódicos como el policía duro que no teme a nada ni a nadie. ¡Su trabajo es atrapar a criminales, no hacer de verdugo!»

Uno de los magistrales policíacos producidos y dirigidos por Otto Preminger entre mediados de los cuarenta y principios de los cincuenta, sin duda una de las páginas más ilustres en la historia del género negro, donde se cuestionaban los angostos límites que separan la inocencia de la culpabilidad, o, lo que es lo mismo, la frontera entre el Bien y el Mal, a partir de la espiral de amoralidad y violencia a la que se ve abocado un detective neoyorquino de intemperantes maneras tras matar por accidente al principal sospechoso de un asesinato. Firmemente asentada en un eficaz guión de Ben Hecht, surgido de la novela Night cry de William L. Stuart, la película sobresale por la consecución de un clima de angustiosa e inquieta destemplanza, así como por la plausible carencia de maniqueísmo con la que el realizador de origen austríaco dibujaba situaciones y personajes, representados por un magnífico reparto con su pareja predilecta al frente: el impertérrito Dana Andrews y la esplendorosa Gene Tierney.

Otros retratos de policías caracterizados por su INTEMPERANCIA

La casa en la sombra – Nicholas Ray (1951)
L.A. Confidential – Curtis Hanson (1997)
No habrá paz para los malvados – Enrique Urbizu (2011)

CELOS (Que el cielo la juzgue)

Respuesta emocional que surge cuando una persona percibe una amenaza hacia algo que considera como propio. Comúnmente se denomina así a la sospecha o inquietud ante la posibilidad de que la persona amada preste atención en favor de otra. También se conoce así al sentimiento de envidia hacia el éxito o posesión de otra persona (…) Los celos mal llevados al extremo constituyen una patología fuertemente autodestructiva, generalmente denominada celotipia; quien padece esta enfermedad «vive» en un estado de infelicidad, en función de sus miedos y sospechas de engaño, muchas veces completamente infundados y prácticamente no acepta otra condición de verdad que no sean las evidencias que confirman su inseguridad en la relación. Los celos patológicos pueden manifestarse indistintamente en hombres o mujeres. Los celos causan mucha angustia e infelicidad y aún provocar el daño al ser objeto del celo, incluso hasta provocar una respuesta física de agresión desmedida terminando, en la reclusión (secuestro), en el asesinato o agresión física. (Wikipedia)

“Ni siquiera la prueba de lo absurdo de sus sospechas podrá consolar al celoso, porque los celos son la enfermedad de la imaginación”
Vicente Aleixandre (1898-1984) Poeta español

QUE EL CIELO LA JUZGUE (Leave her to heaven) – 1945

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Director John M. Stahl
Guion Jo Swerling
Fotografía Leon Shamroy
Música Alfred Newman
Producción 20th Century Fox
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 111m. Color
Reparto Gene Tierney, Cornel Wilde, Jeanne Crain, Vincent Price, Mary Phillips, Guy Beach, Gene Lockhart, Ray Collins, Darryl Hickman.

«De los siete pecados capitales, los celos es el peor de todos»

El guionista Jo Sweling alteró drásticamente su agradable y benévola disposición melodramática con esta adaptación de la novela homónima de Ben Ames Williams, que John M. Stahl convirtió en una intriga pasional, sobrecogedora e irrefutablemente superlativa para confirmarse definitivamente como uno de los más insignes cultivadores del género. La deslumbrante y maravillosa Gene Tierney ingresaba por méritos propios en la ilustre galería de ofuscadoras «femme fatales» al encarnar a la egoísta, malvada y enloquecida esposa de un joven escritor, carcomida por los celos y dispuesta incluso a asesinar para preservar su extremado sentido de la posesión amorosa. La película cimentaba su tremebundo y descabellado dramatismo en una perspicaz graduación psicoanalítica de la compleja personalidad de la protagonista y en la impactante resolución de determinadas secuencias, que, evidentemente, causaron una auténtica conmoción en el momento de su estreno. El inflamable romanticismo visual de su autor quedaría afianzado por la magistral fotografía en espacios naturales de Leon Shamroy.

Otras películas sobre los CELOS

Otelo – Orson Welles (1952)
El infierno – Claude Chabrol (1994)
Celos – Vicente Aranda (1999)