Arte de elaborar objetos de barro o arcilla y, por extensión, el oficio que ha permitido al hombre crear toda clase de enseres y artilugios domésticos a lo largo de la historia. En el Occidente culturalmente tecnológico la alfarería popular, cacharrería ruda y evocadora obra de artesanos barreros, ha pasado en gran medida a convertirse en artículo decorativo y de coleccionismo y en materia de interés etnográfico, sumado a su valor arqueológico (…) Popularmente, alfarería es sinónimo de cerámica, si bien suele denominarse y aplicarse el término cerámica a un conjunto de técnicas más depuradas en que intervienen varias cocciones de la pieza, esmaltados más sofisticados y decoración más fina. (Wikipedia)
«La belleza viene del corazón y se derrama por los dedos del alfarero»
Bernard Leach (1887-1979) Alfarero de estudio y profesor de arte británico
CUENTOS DE LA LUNA PÁLIDA DE AGOSTO (Ugetsu monogatari) – 1953
Director Kenji Mizoguchi
Guión Matsutaro Kawaguchi y Yoshikata Yoda
Fotografía Kazuo Miyagawa
Música Fumio Hayaska, Tamekichi Mochizuki e Ichiro Saito
Producción Daiei
Nacionalidad Japón
Duración 96m. B/N
Reparto Machiko Kyo, Masayuki Mori, Kinuyo Tanaka, Eitaro Ozawa, Sugisaku Aoyama, Ikio Sawamura, Mitsuko Mito, Kikue Mori, Eigoro Onoe
«No, no hay ningún secreto que no pueda contar. Todo es cuestión de experiencia. Son muchos años trabajando el barro y cociendo el esmalte»
Presentar una película como la gran obra maestra de Mizoguchi equivale a considerarla como una de las cumbres, no ya del cine japonés, sino de la historia del Séptimo Arte. Y es precisamente en esa jerarquía donde merece ser ubicada esta exquisita fábula moral sobre los infaustos efectos de la guerra, basada en dos narraciones fantásticas de Akinari Ueda (Asaji ga yado y Jasei no in) y el cuento Décoré de Guy de Maupassant, que pormenorizaba los desbaratamientos conyugales de un avaricioso alfarero y su humilde cuñado campesino, provocados por el patético idilio del primero con una enigmática princesa y el desmesurado afán por convertirse en samurái del segundo. Con delicadeza ambiental, intensidad dramática y una dimensión poética de un paroxismo sin precedentes, el film establecía una sublime paradoja ilusoria que ensamblaba la más áspera realidad cotidiana con un impenetrable misticismo romántico, metafísico y sobrenatural, del cual emergían elipsis e instantes tan sutiles y prodigiosos como la espectral escena del lago o la hermosa secuencia del baño.
Otras películas donde se practica la ALFARERÍA
La guerra santa (La cristiada) – Carlos Enrique Taboada (1977)
Los favoritos de la luna – Otar Iosseliani (1984)
Ghost: más allá del amor – Jerry Zucker (1990)
Tuve el placer de ver la película en VOS en un ciclo de cine japonés ( subí en mi blog el comentario). Una obra de arte. Gracias por traernosla hoy y recordarla. Besos.
Me gustaMe gusta
Afortunada fuiste de asistir a ese ciclo y ver esta obra maestra. Por supuesto, no podía faltar en este blog. Besos.
Me gustaMe gusta
La Fundación Japón colabora con la Filmoteca de Zaragoza y hace muchos ciclos de su cine. Vi varias, otra que me entusiasmó que supongo conocerás es Jigokumon. Me encanta lo oriental y ese cine es una maravilla. Un abrazo, Antonio
Me gustaMe gusta
Estupendo comentario, como siempre.
Me gustaMe gusta
Muchas gracias, Manuel. Muy amable.
Me gustaMe gusta
Tendré que verla. Gracias.
Me gustaMe gusta
Todo el que se considere buen amante del cine tiene que verla en algún momento. No dudes en hacerlo, Carmen.
Me gustaMe gusta
Lo haré 🙂 He visto cine japonés, y me ha gustado mucho. Pero no he visto todavía esta película, así que daré con ella y la veré. Gracias!
Me gustaMe gusta
Esta ya la había visto, y me encantó. No tengo problemas con ver el cine en blanco y negro. Cosa que muchos ya no hacen. Nunca me pierdo una peli japonesa 🙂
Me gustaMe gusta
El que tiene problemas con las películas en blanco y negro es que simplemente no le gusta el cine. Haces bien en ver cine japonés, especialmente el de esta década de los cincuenta en la que los grandes maestros (Mizoguchi, Ozu, Kurosawa, Naruse…) alcanzaron la plenitud de su talento.
Me gustaLe gusta a 1 persona