Sistema de filosofía de Vida basado primordialmente en el Tao Te King que la tradición atribuye al filósofo chino Lao Tsé. Sus enseñanzas parten del concepto de unidad absoluta y al mismo tiempo mutable denominado Tao, que conforma la realidad suprema y el principio cosmológico y ontológico de todas las cosas. Lleva más de cinco mil años ejerciendo su influencia en los pueblos del Lejano Oriente (…) El objetivo fundamental de los taoístas es alcanzar la inmortalidad, si bien, a veces no se entiende esta literalmente, sino como longevidad en plenitud (…) Posteriormente, el taoísmo se mezcló con elementos del confucianismo, el budismo y la religión folclórica. La forma concreta de religión taoísta que fue llevada a Taiwán hace unos 300 años es típica de esta tradición. La característica más distintiva de la práctica actual es la veneración de los antepasados. (Wikipedia)
«La máxima razón por la que todo el mundo sufre es porque hacen hincapié en las cosas externas que no pueden controlar, sin prestar atención a las necesidades internas. La filosofía taoísta, que durante más de 2.500 años ha ayudado a millones de personas y que dice que la avaricia es el camino para el desastre, puede ayudar mucho, con lo que tenemos encima»
Lou Marinoff (1964-) Escritor y filósofo estadounidense
TIGRE Y DRAGÓN (Wo hu can long) – 2000
Director Ang Lee
Guion Wang Hu Ling, James Schamus y Tsai Kuo Jung
Fotografía Peter Pau
Música Tan Dun
Producción Edko Films/Zoom Hunt/Asia Union/Columbia/United China
Nacionalidad Taiwan/ China/ Hong Kong/ Estados Unidos
Duración 93m. Color
Reparto Chow Yun-Fat, Michelle Yeoh, Zhang Ziyi, Chang Chen, Li Fazeng, Lung Sihung, Gao Xian, Hai Yan, Li Li-Li.
«No hay conocimiento sin ayuda. No hay acción sin reacción. No hay deseo sin contención. Ahora entrégate y reencuéntrate”
Rescatando la esencia romántica y subrepticia de la tradicional fantasmagoría oriental, Lee sorprendió a propios y extraños con esta curiosísima exégesis fílmica de la cuarta novela de la denominada Pentalogía de Hierro de Wang Du Lu (Trigre agazapado, dragón escondido), donde romances imbuidos de sensibilidad y lirismo, aventuras emanadas de sibilinas doctrinas taoístas y artes marciales carentes del sentido de la gravedad se daban cita para alzar una espectacular y mágica epopeya, consolidada por el significado del valor, la dignidad y el respeto. El hurto de una portentosa espada con más de cuatrocientos años de antigüedad y su aventurada empresa para recuperarla ejercían como sustentáculo narrativo de un original y, en ocasiones, desconcertante choque entre las fuerzas del Bien y del Mal, ambientado en el período de la Dinastía Qing, cuyo romántico e intimista perfil sensitivo contrastaba con el virtuosismo acrobático y coreográfico de sus escaramuzas hasta confluir en un sugerente festival de imágenes, que, debido a su apabullante triunfo crítico y comercial, se erigió en el primer film oriental a optar al Oscar en las categorías de mejor película y mejor película extranjera.
Otras películas impregnadas con teorías TAOÍSTAS
Primavera, verano, otoño, invierno… y primavera – Kim Ki-duk (2003)
Woochi, cazador de demonios – Choi Dong-hoon (2009)
Zen – Banmei Takahashi (2009)
Totalmente de acuerdo con la cita de Lou Marinoff (1964)
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Pues sí… Estamos demasiados expuestos a las tentaciones externas de la sociedad de consumo y muy poco predispuestos a atender nuestras necesidades internas. Gracias por tu visita. Bienvenida al blog. Un saludo.
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Con una utilización «sui generis» y muy estilizada de los ingredientes y la parafernalia de una cinta de artes marciales, el realizador taiwanés afincado en Hollywood, Ang Lee (con una trayectoria tan saltarina como interesante), en su retorno al cine asiático, construyó un bello film desaforadamente romántico en el que los protagonistas aman, luchan, miden sus emociones y ocultan sus deseos según códigos inalienables de generosidad y respeto. Todo ello narrado con un ritmo, una estética y un sentido de la puesta en escena que incluye elementos fantásticos más cercanos al ballet y la danza que a una típica producción de la escuela de Hong Kong con la que, en verdad , poco o nada tiene que ver esta estimulante película.
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Probablemente sea el realizador oriental que mejor se ha adaptado a la maquinaria hollywoodiense, construyendo una filmografía tan variada como interesante. En mi opinión, el bueno de Ang Lee casi nunca defrauda…
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