Una bolsa de valores es una organización privada que brinda las facilidades necesarias para que sus miembros, atendiendo los mandatos de sus clientes, introduzcan órdenes y realicen negociaciones de compra y venta de valores, tales como acciones de sociedades o compañías anónimas, bonos públicos y privados, certificados, títulos de participación y una amplia variedad de instrumentos de inversión. La negociación de los valores en los mercados bursátiles se hace tomando como base unos precios conocidos y fijados en tiempo real, en un entorno seguro para la actividad de los inversores y en el que el mecanismo de las transacciones está totalmente regulado, lo que garantiza la legalidad, la seguridad y la transparencia. (Wikipedia)
“Si en el mercado hay más tontos que papel, la bolsa sube. Si hay más papel que tontos, la bolsa baja”
André Kostolany (1903-1999) Especulador y experto en bolsa de origen húngaro
EL DINERO (L’argent) – 1928
Director Marcel L’Herbier
Guión Marcel L’Herbier
Fotografía Jules Kruger, Jean Lefort y Louis Le Bertre
Música Marius-François Gaillard
Producción Cinémondial
Nacionalidad Francia
Duración 195m. B/N
Reparto Brigitte Helm, Pierre Alcover, Alfred Abel, Antonin Artaud, Jules Berry, Marie Glory, Pierre Juvert, Henry Victor, Yvette Guibert.
«Pura broma, este no es el momento de descansar. Voy a duplicar el capital de la Banca Universal»
Incomprendida transposición de la novela de Emile Zola al ambiente bursátil parisino de los veinte que constituye la última gran manifestación del virtuosismo técnico y artístico de su autor, así como una de las producciones europeas más ambiciosas de finales del período silente. La fastuosidad de los decorados, su insigne reparto, la pasmosa dinámica formal desplegada en movimientos de masas que sobrepasaban los dos mil figurantes o esa formación vanguardista del cineasta, que le hizo experimentar con efectos sonoros en las tumultuosas escenas de la bolsa, parecían factores más que suficientes para que esta enfática disertación sobre la fluctuación del poder monetario y la vandálica atracción que éste ejerce en el ser humano hubiera cuajado como merecía. No fue así, Marcel L’Herbier, que en años anteriores había padecido la desacreditación de sus films por la escasez de recursos técnicos, observaría perplejo que la profusión de los mismos tampoco contribuía a ganarse el favor de la crítica y el público, ni siquiera de la distribuidora, que acabaría mutilando la cinta con severa premeditación.
Otras películas sobre la BOLSA DE VALORES
Wall Street – Oliver Stone (1987)
En busca de la felicidad – Gabrielle Muccino (2006)
El lobo de Wall Street – Martin Scorsese (2013)
Una peli (una más, de tantas…) de la que no tenía referencia alguna. Intentaré localizarla y verla, porque resulta curiosa y llamativa, en época tan temprana, una producción de ese corte (y no solo por su extensión, que también, sino por su temática y enfoque). Un abrazo y buen agosto.
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Por su corte, temática y enfoque, como muy bien dices, y por proponer múltiples y asombrosas soluciones estilísticas, se trata de una película adelantada a su tiempo.
Espero que acabes bien el agosto y que las tormentas nos dejen de una vez por todas tranquilos. Menudo verano llevamos…
Un abrazo.
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Para mi es una obra maestra del cine mudo, que no solo es apasionante por lo que cuenta y su, me temo, eterna vigencia, igualmente por sus características formales, que para el buen aficionado al cine podrá descubrir algunos ejercicios técnicos muy interesantes.
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Estoy de acuerdo contigo. Es, más o menos, lo que intentaba decirle a Manuel. Una película única en muchos conceptos que todo buen aficionado al cine debería visionar. Por cierto, tu promiscuidad cinematográfica no deja de asombrarme. Dices que te quedan muchas películas por ver, seguro (como a todos) que es cierto, pero es realmente difícil sorprenderte con algún título que no hayas visto. Mi conclusión, no queda otra, es que sabes seleccionar muy bien lo que ves…
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Fui un fanático del cine desde niño y he visto algo, pero no tanto como pudieras pensar, pues albergo profundas lagunas. Ya sabes Antonio que la vida es un enorme saco lleno de obligaciones y éstas son enemigas acérrimas del preciado tiempo. Más quisiera yo haber visto lo que intuyo que has visto tú. Ni por asomo.
Ese fanatismo permaneció durante un tiempo, pero conforme pasaron los años esos promiscuos quehaceres diarios se reprodujeron como las ratas y ya, desde hace tiempo, no es lo mismo. A ello hay que asociar mi torpeza natural en el mundo informático y, los que nos criamos en los pechos de los extintos videoclub, lo estamos pasando mal para seguir medianamente actualizados. Aspecto éste que no llego a comprender bien del todo, pero… Irremediablemente me estoy quedando desfasado.
Obviamente la selección que aludes se me antoja imprescindible, pues en caso contrario la privación de tiempo no solo podríamos achacarla a las obligaciones. No hay cosa más ingrata para un amante del cine que ver un bodrio, o al menos yo me pongo de los nervios. Si encima tiene cierto prestigio el arrebato es aún mayor, pero siendo sincero después es un placer proceder a destriparla. Lo que sí te digo es que abundan películas en tu blog con cierto número de años a cuestas y es ahí donde manejo algo más el cine, por eso es posible que pienses que he visto bastante. Por el contrario sí hay muchas de décadas recientes que no he visto y otro de los problemas que observo es que antaño me acordaba de todo y ahora son muchas las películas que conforme las veo las olvido. La mayoría de mi colección era en cintas de video y se deterioraron con el paso del tiempo, así como la desaparición progresiva de reproductores. Ello me impide una adecuada revisión. Bueno a fin de cuentas no soy un especialista que viva de esto, ¿no?. Las cosas con moderación.
Por último decirte que no siempre comento todos los títulos que aparecen en tu blog, unas por no haberlas visto y otras por no ser un Pepito Grillo, algo que lógicamente entenderás. Tener a Altaica día sí y día también es, cuando menos, insoportable. Un abrazo y gracias por llenar ese saco de inteligencia, erudición y continua enseñanza. ¿Es usted profesor?
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