Sentimiento o necesidad de anhelo por un momento, situación o acontecimiento pasado. La nostalgia es referida comúnmente no como una enfermedad ni un campo del estudio, sino como un sentimiento que cualquier persona puede atravesar en cualquier etapa biológica. La nostalgia es el sufrimiento de pensar en algo que se ha tenido o vivido en una etapa y ahora no se tiene, está extinto o ha cambiado. La nostalgia se puede asociar a menudo con una memoria cariñosa de la niñez, un ser querido, un cierto juego o un objeto personal estimado, o un suceso en la vida del individuo. (Wikipedia)
“No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió” (canción Con la frente marchita)
Joaquín Sabina (1949-) Cantautor y poeta español
DÍAS DE RADIO (Radio days) – 1987
Director Woody Allen
Guion Woody Allen
Fotografía Carlo Di Palma
Música Dick Hyman
Producción Orion
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 85m. Color
Reparto Seth Green, Julie Kavner, Diane Keaton, Mia Farrow, Michael Tucker, Dianne Wiest, Jeff Daniels, Danny Aiello, Tony Roberts.
* Larry Clinton – I double dare you
«Mi más vivo recuerdo relacionado con una canción de la radio es de cuando mi tía Bea y su novio de entonces, Chester, me llevaron al cine en Nueva York. Era la primera vez que veía el Radio City Music Hall y fue como entrar en el cielo. Nunca había visto nada tan bonito en mi vida»
Entrañable homenaje autobiográfico a la decisiva, emblemática e imponderable labor que la radio ejerció en la vida cotidiana estadounidense de principios de los cuarenta, estructurado en diversos episodios que fluctuaban su amargo tono de comedia entre la sátira fantasiosa y un entrañable sentido de la nostalgia. El citado medio de comunicación fue explotado como ‘leit motiv’ por Woody Allen para contraponer con desenvoltura y sencillez expositiva los avatares de distintos personajes vinculados al mundo de las ondas a la evocación de su niñez en el seno de una humilde familia judía establecida en la periferia de Brooklyn, por cierto, maravillosamente reconstruido gracias al trabajo de sus frecuentes colaboradores: el escenógrafo Santo Loquasto, el operador Carlo Di Palma y el músico Dick Hyman, que recopilaría para la banda sonora numerosos temas populares de la época. Irremisiblemente asociado a su obvia impronta felliniana, no en vano evoca con desparpajo los ademanes de AMARCORD (1973), se trata de uno de los films más caros del cineasta, arropado por un buen reparto en el que reunía por primera vez a sus dos grandes musas: Diane Keaton y Mia Farrow.
Otras películas movidas por la NOSTALGIA
El hombre que mató a Liberty Valance – John Ford (1962)
El viaje a ninguna parte – Fernando Fernán Gómez (1986)
Cinema Paradiso – Giuseppe Tornatore (1988)
Diccineario 
Hace bien poco tuve ocasión de volver a visitar esa maravilla de nuestro cine llamada Historias de la radio y me gustó aún más que las veces anteriores. La secuencia de los esquimales y su lucha en las escaleras es sencillamente demoledora, albergando un brutal sentido crítico que hiela la sangre, síntoma desolador de las necesidades y penurias de la época. Pero es que toda la relación de los dos orondos personajes que viven en la pensión, con sus pijamas de rayas y sus ejercicios gimnásticos, así como el cierre final dándose un beso es para estar en las estanterías del séptimo arte. Y no solo eso, toda la obra atesora momentos, personajes, vivencias, intérpretes, sentimientos, amonestaciones y reflejos imborrables.
Se ha repetido en numeras ocasiones, ¿influyó en Allen nuestra pequeña joya para confeccionar la suya e incluso tomar elementos de la misma? Quien sabe, si bien el propio director judío ha indicado en varias ocasiones que no había visto nuestra película antes de hacer la suya. Permíteme la maldad, pero yo no me lo creo. En cualquier caso las dos albergan una ofrenda para con ese medio de comunicación y todo lo que representó para una época, que les da una capacidad de emocionar, de transmitir briosa nostalgia y, sobre todo, hacer de las mismas dos ejercicios hermosos de cine con mayúsculas.
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Pues mira, yo sí creo en la posibilidad de que Allen no viera la película de Sáenz de Heredia, tanto por la subestimación internacional de nuestro cine (acrecentada por el común y arrogante menosprecio estadounidense por lo foráneo cuando ellos se consideran los mejores en algo) como por la disimilitud de su trama argumental. Por cierto, Altaica, imagino que recuerdas la entrada en el blog de «Historias de la radio» y la bonita controversia que tuvimos acerca de la calidad del cine español actual y el de los años cincuenta/sesenta.
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Claro que la recuerdo, e incluso otra similar también surgió no sé si en el blog de Abúlico o de Plared, en las que éste último apoyaba tu tesis y el primero la contraria como yo, siendo Historias de la radio una pieza maestra del pasado, a modo de soporte de la teoría de que ese puñado de películas magistrales confirma la regla de lo pequeñito de nuestro cine patrio allá en el pasado o presente.
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Qué ganas de volver a ver esta película de Allen. Recuerdo que me encantó y me resultó interesantísimo esa manera que tiene de reflejar el impacto que produjo el mítico programa de radio de Orson Welles sobre «La guerra de los mundos» que para muchos supuso un momento de máximo terror.
La nostalgia es un sentimiento que me gusta mucho cuando se refleja bien en el cine. Además de los tres títulos que aportas después de Días de radio, a mí me ha venido a la cabeza un titulo de Robert Mulligan, Verano del 42.
Besos
Hildy
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Creo que te ha venido a la cabeza uno de los principales paradigmas del cine nostálgico. Sabes que me encantan tus alternativas, pero en esta ocasión has elegido una que podría haber utilizado perfectamente para acompañar a la palabra en cuestión. Si te parece bien, volveré a requerir tu ayuda para una futura entrada. Besos.
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Un placer, ya lo sabes.
Besos
Hildy
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