Michel Legrand

LIMÓN (Atlantic City)

Fruto del limonero, de forma ovoide, con unos diez centímetros en el eje mayor y unos seis en el menor, pezón saliente en la base, corteza lisa, arrugada o surcada según las variedades, y frecuentemente de color amarillo, pulpa amarillenta dividida en gajos, comestible, jugosa y de sabor ácido. (RAE)

“La vida es como un limón, que te tiren a la mar exprimido y seco”
Rafael Alberti (1902-1999) Escritor español

ATLANTIC CITY (Atlantic City) – 1980

Atlantic

Director Louis Malle
Guion John Guare
Fotografía Richard Ciupka
Música Michel Legrand
Producción Paramount/Famous Players/International/Merchant/Neighbor/Selta/CFDC
Nacionalidad Canadá/ Estados Unidos/ Francia
Duración 104m. Color
Reparto Burt Lancaster, Susan Sarandon, Kate Reid, Michel Piccoli, Hollis McLaren, Robert Joy, Robert Goulet, Al Waxman, Moses Znaimer.
* Nikolai Rimsky-Korsakov – Song of India

«Te veo. Te quitas la blusa y luego dejas correr el agua. Tomas una botella de perfume de oro y la pones en el fregadero. Luego cortas los limones. Abres una caja de jabón azul. Pasas las manos debajo del agua para sentir la temperatura. Luego tomas el jabón en tus manos y…»

En el mejor largometraje de su irregular periplo norteamericano, Louis Malle contraponía con amarga causticidad la decadente mutación de la otrora esplendorosa ciudad de New Jersey al patético atisbo por restituir su autoestima que un melancólico y marchito ex-guardaespaldas de la mafia, metido a vejatorio gigoló y recaudador de apuestas ilegales, vislumbra en un ocasional retorno al hampa como mediador en un negocio de drogas y en el falso vínculo protector que le une a una joven camarera con aspiraciones a «croupier». El efusivo apego del cineasta galo hacia la cultura norteamericana y la consabida mitología que la sustenta cristalizó en esta apasionada, nostálgica y hermosa reflexión sobre el fracaso y la soledad en clave de romántico thriller gangsteril, donde la templada fluctuación narrativa de su desarrollo era compensada por un preciso dibujo de sus personajes y unas memorables interpretaciones. Inolvidable prólogo, donde el carismático Burt Lancaster espía a una rutilante Susan Sarandon a través de la ventana mientras ésta lava y aromatiza su torso desnudo con zumo de limón.

Otras películas con protagonismo del LIMÓN

Los limoneros – Eran Riklis (2008)
Love and lemons – Teresa Fabik (2013)
Road to the lemon grove – Dale Hildebrand (2019)

RECADO (El mensajero)

1. Mensaje o respuesta que se da o se envía a otro.
2. Encargo o gestión que debe hacer una persona.
(Espasa-Calpe)

«No sé si voy a echar esta hoja debajo de la puerta, no sé. Me has dado un tal respeto de ti mismo… Quizá ahora que me vaya, sólo pase a pedirle a la vecina que te dé el recado: que te diga que vine» (cuento El recado)
Elena Poniatowska (1932-) Escritora, periodista y activista mexicana

EL MENSAJERO (The go-between) – 1971

Director Joseph Losey
Guion Harold Pinter
Fotografía Gerry Fisher
Música Michel Legrand
Producción EMI Films/Robert Velaise Productions/John Heyman Productions/Columbia Pictures
Nacionalidad Reino Unido
Duración 116m. Color
Reparto Julie Christie, Alan Bates, Dominic Guard, Margaret Leighton, Michael Redgrave, Edward Fox, Richard Gibson, Michael Gough.

«Dile esto, Leo, que lo vea y sienta. Será el mejor trabajo que puedas hacer (…) Dile que no hay ningún embrujo o maldición excepto un corazón sin amor»

Brillante adaptación del relato homónimo de L.P. Hartley, que, más allá de figurar entre las grandes obras de Joseph Losey, constituye una de las páginas más justamente prestigiosas del cine británico de principios de los setenta. Respaldándose en un tratamiento visual exquisito y en la bellísima partitura de Michel Legrand, el realizador de Wisconsin reflexionaba en torno al constreñido clasicismo de la aristocracia inglesa de principios del siglo XX, sin descuidar su persistente discurso sobre las relaciones de dominio y la lucha de clases, a través de la historia de cómo un muchacho huérfano de condición humilde se convierte en el emisario de los recados y correos secretos que alimentan la apasionada e imposible relación amorosa entre la hermana mayor de un amigo de clase alta y el humilde aparcero de la finca de Norfolk en la que disfrutan de sus vacaciones estivales. Otra de las grandes bazas de esta evocadora fábula romántica residía en su extraordinario reparto, en el que destacaba la estupenda interpretación de Margaret Leighton en el papel de la estricta matrona de la propiedad.

Otras películas donde se ejerce con asiduidad la práctica del RECADO

El terror de las chicas – Jerry Lewis (1961)
Uno de los nuestros – Martin Scorsese (1990)
Ciudad de Dios – Fernando Meirelles y Kátia Lund (2002)

DEGRADACIÓN (Eva)

Situación en la que un individuo u objeto de importancia ve reducido su poder, capacidad, habilidad, etc., por la acción de un ente determinado (…) Cuando se habla de la degradación moral o física, hay un especial enfoque en las virtudes humanas de todo tipo, además del daño que se pueda causar. (conceptodefinicion.de)

«Ni la miseria, degradación, muerte, nada que Dios o Satanás nos pudiera infligir nos hubiera separado. Tú, por tu propia voluntad lo hiciste. Yo no he destrozado tu corazón, tú lo has destrozado, y, al hacerlo, has destrozado el mío» (novela Cumbres borrascosas)
Emily Brontë (1818-1848) Escritora británica

EVA (Eva) – 1962

Director Joseph Losey
Guión Hugo Butler y Evan Jones
Fotografía Gianni Di Venanzo
Música Michel Legrand
Producción Interopa Films/Paris Film Productions
Nacionalidad Italia/ Francia
Duración 115m. B/N
Reparto Jeanne Moreau, Stanley Baker, Virna Lisi, James Villiers, Riccardo Garrone, Lisa Gastoni, Nona Medici, Giorgio Albertazzi.

«¡Nunca darán cuenta de mis actos! Sí, estaba con una mujer. Ya sabes como soy. Yo soy así. Todas las mujeres me atraen»

El título más extravagante y controvertido de la filmografía loseyana, cuyo esbozo original quedó parcialmente truncado por los productores Robert y Raymond Hakim al cercenar varias secuencias y adulterar otros fragmentos de su bso, pero, que, pese a tales alteraciones, perdura como un largometraje de fulgurante modernidad y exhibe la inconfundible consistencia y energía de su realizador, quien, por cierto, lo consideraba el favorito entre todos los suyos. La tortuosa y autodestructiva degradación moral de un escritor de moda galés ante la concupiscente perfidia de una prostituta de lujo veneciana, según el relato homónimo de James Hadley Chase, constituía el pretexto idóneo para explorar otro retorcido caso de dominación/posesión de un cuerpo hacia otro, eje vital del itinerario temático del director estadounidense y, que, en esta ocasión, era justificado por la monotonía que domina las relaciones de pareja y el poderoso influjo que ejerce en el ser humano la sombra del idilio intempestivo. Imborrable su sofisticado, corpóreo y espectral barroquismo estético y sublime personificación del pecado carnal a cargo de Jeanne Moreau.

Otras películas sobre la DEGRADACIÓN moral a raíz de una obsesión amorosa

El ángel azul – Josef Von Sternberg (1930)
Lolita – Stanley Kubrick (1962)
La pianista – Michael Haneke (2001)

CURSILERÍA (Las señoritas de Rochefort)

Calidad de cursi. (Espasa-Calpe)
La palabra cursi hace referencia a aquellas expresiones, formas de actuar o de comportarse que pretenden tener cierta elegancia o estilo pero que no hacen que quedar en mayor evidencia por ser artificiales o antinaturales. (definicionabc.com)

“Lo cierto es que la creencia de esto que llaman ahora cursi está en el exagerado temor de parecerlo”
Juan Valera (1824-1905) Diplomático, político y escritor español

LAS SEÑORITAS DE ROCHEFORT (Les demoiselles de Rochefort) – 1967

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Director Jacques Demy
Guión Jacques Demy
Fotografía Ghislain Cloquet
Música Michel Legrand
Producción Madeleine Films/Parc Film
Nacionalidad Francia
Duración 120m. Color
Reparto Catherine Deneuve, Françoise Dorléac, George Chakiris, Danielle Darrieux, Jacques Perrin, Michel Piccoli, Gene Kelly, Grover Dale.

«¿Para qué soñar? La ilusión del amor no es el amor encontrado. ¿Está cerca? ¿Está lejos? ¿Está en Rochefort? Ya lo encontraré, pues sé que existe. Más que la razón, es fuerte el corazón. A sus deseos y a su ley nadie resiste»

Prolongando las directrices estilísticas acuñadas en LOS PARAGUAS DE CHERBURGO (1964), cuyo inusitado objetivo no era otro que el de recuperar el espíritu del musical clásico a través de una fórmula netamente operística, Jacques Demy compuso este jubiloso canto a la perpetua ilusión en hallar el amor ideal fundamentándose en el expectante estímulo pasional que infunde la llegada de una feria ambulante a la localidad de Rochefort-Sur-Mer en una camarera cuarentona y sus dos hijas gemelas (las hermanas Dorleac en su única actuación conjunta). Pese a carecer del candor neófito de su precedente y acariciar con frecuencia los límites de la cursilería, el film retiene aún el singular encanto de su fluidez narrativa, la insistente melodía de Michel Legrand, un excitante vigor cromático y la cautivadora espontaneidad de sus intérpretes, entre ellos el adalid de la escuela musical norteamericana Gene Kelly. Agnés Varda, viuda y colaboradora de realizador galo, rindió un homenaje a la película en 1993 con su documental LES DEMOSEILLES ONT EU 25 ANS.

Otras películas que rozan los límites de la CURSILERÍA

Gigí – Vincente Minnelli (1958)
Sonrisas y lágrimas – Robert Wise (1965)
Amelie – Jean-Pierre Jeunet (2001)

PARAGUAS (Los paraguas de Cherburgo)

Objeto para protegerse de la lluvia. Está formado por una superficie cóncava desplegable, normalmente de tela impermeable o plástico, sujeta a una estructura de varillas dispuestas alrededor de un eje central rematado en uno de sus extremos por una contera que le sirve de apoyo, y por el otro lado terminado en un mango o puño, adecuado para llevarlo con una mano. El ingenio compuesto por rayos y varillas permite cerrarlo cuando no llueve o en un lugar protegido. Un paraguas clásico cerrado puede servir de bastón; no así, por su corto tamaño, la versión «de bolsillo», que tiene varillas que se pliegan por dos o más sitios, más cómodo para guardarlo cuando no llueve. (Wikipedia)

“El banquero es un señor que nos presta el paraguas cuando hay sol y nos lo exige cuando empieza a llover”
Mark Twain (1835-1910) Escritor, orador y humorista estadounidense

LOS PARAGUAS DE CHERBURGO (Les parapluies de Cherbourg) – 1964

paraguas

Director Jacques Demy
Guion Jacques Demy
Fotografía Jean Rabier
Música Michel Legrand
Producción Parc Film/Madeleine Films/Beta Film
Nacionalidad Francia/ Alemania
Duración 92m. Color
Reparto Catherine Deneuve, Nino Castelnouvo, Anne Vernon, Ellen Farner, Marc Michel, Mireille Perrey, Jean Champion, Jean-Pierre Dorat.

«Los últimos meses, sus cartas ya no eran las mismas. No contestaba a mis preguntas. Me escribía sin convicción. Pero, de ahí a casarse con otro…»

El irrefutable temperamento poético de Jacques Demy en la estilización narrativa unido a su profunda admiración por el musical americano desembocaron en este romántico melodrama, cuya primordial notoriedad radicaba en ser la primera película en la historia del cine con diálogos íntegramente cantados, es decir, ‘cine-música’ como el propio realizador la bautizó. La ostensible sensiblería de la historia (el tierno romance adolescente entre un mecánico y la dependienta de una tienda de paraguas, frustrado por la inoportuna guerra de Argelia) y la arriesgada cursilería de su contextura quedaron difuminadas ante su insólita y deslumbrante puesta en escena (alejada de los postulados realistas que dominaban el cine francés de la época), los exquisitos decorados de Bernard Evein, la deleitable artificiosidad de su fotografía, y, por supuesto, las embriagadoras melodías de Legrand. Esta inspirada receta, donde se razonaban temas como la nostalgia o la ineludible transitoriedad del amor con suma delicadeza y distinción, intentó repetirse poco después en LAS SEÑORITAS DE ROCHEFORT (1967), con un equipo artístico prácticamente calcado, pero resultados sensiblemente inferiores.

Otras películas donde se utiliza el PARAGUAS

La vida en un hilo – Edgar Neville (1945)
Cantando bajo la lluvia – S.Donen y G.Kelly (1952)
Mary Poppins – Robert Stevenson (1964)