Una gabarra o barcaza es un barco de suelo plano construido principalmente para el transporte de bienes pesados a lo largo de ríos y canales. Habitualmente las gabarras no son autopropulsadas y necesitan ser movidas por un bote remolcador que tire de ellas o las empuje (…) comenzaron utilizándose en canales, siendo remolcadas por animales de tiro que iban por un camino adyacente. Los canales bordeados con una ferrovía eran comunes a principios de la revolución industrial; situación que provocó que las gabarras fueran superadas por el ferrocarril en la carga de objetos de valor debido a la mayor velocidad, los costos decrecientes y la flexibilidad de las rutas ferroviarias. En la actualidad, las gabarras siguen siendo utilizadas para el transporte de objetos de gran tamaño o muy pesados, ya que el costo de llevar bienes por barcaza es muy bajo. (Wikipedia)
«El río suda petróleo y alquitrán, las gabarras van a la deriva con la marea cambiante; velas rojas anchas a sotavento, vitando en la pesada verga» (poema El sermón del fuego)
T.S. Eliot (1888-1965) Poeta, dramaturgo y crítico literario anglo-estadounidense
L’ATALANTE (L’Atalante) – 1934
Director Jean Vigo
Guion Jean Vigo y Albert Riéra
Fotografía Boris Kaufman y Louis Berger
Música Maurice Jaubert
Producción Gaumont-Franco Film-Aubert
Nacionalidad Francia
Duración 89m. B/N
Reparto Michel Simon, Dita Parlo, Jean Dasté, Gilles Margaritis, Louis Lefebvre, Maurice Gilles, Raphaël Diligent.
«En el agua se ve al amado (…) Sí, de pequeña yo veía esas cosas (…) El año pasado te vi a ti. Por eso te reconocí cuando llegaste por primera vez»
Categórica obra maestra de la historia del cine europeo y el único largometraje en la brevísima pero magistral trayectoria del malogrado Jean Vigo, quien falleció de tuberculosis a poco de concluir el rodaje sin poder impedir la insensata masacre que sufriría la cinta. En un ambiente populista que alternaba el realismo de la vida cotidiana con un universo esplendorosamente onírico, describía con vigor, emotividad y un entusiasmo poético inusual la excitada e intensa relación que vive una pareja de recién casados por las aguas del Sena a bordo de la gabarra Atalante, en compañía de su viejo y pintoresco patrón (papel que apuntalaría la carrera del gran Michel Simon). Su propensión a transmitir las más encontradas e impulsivas pasiones humanas seguramente influyó en el hecho de que fuera gravemente adulterada y mutilada, obteniendo críticas desfavorables en los apenas quince días que se mantuvo en cartel. Con los años, sin embargo, sería objeto de numerosas restauraciones y reposiciones (la más digna de ellas en 1990) hasta convertirla en una auténtica pieza de culto.
Otras películas donde aparece alguna GABARRA
Hotel del Norte – Marcel Carné (1938)
Los forajidos de Río Bravo – Gordon Douglas (1970)
Young Adam – David MacKenzie (2003)
Qué bonita es esta película… es todo un poema visual… Esa novia vestida de blanco en la gabarra entre brumas (por cierto yo decía barcaza…, me gusta la palabra que propones hoy que además amplia mi vocabulario).
Juraría que en Los amantes de Pont Neuf también hay una gabarra que lleva a los amantes hacia un futuro incierto.
Me impresionó mucho Young Adam…
Besos
Hildy
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La vi en domingo y, a pesar de escenas tan bonitas como la del disco que suena por arte de magia, se me atragantó (como todas las que veo en domingo). Me temo que tengo que repetir visionado…
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Me gusto mucho ver esta pelicula. Creo que van tres veces que la veo. La ultima fue esta misma semana. La recomiendo.
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No sabía eso de que tuvo varias restauraciones, a mi aunque me parece una muy buena película es quizás la que menos me llena de su cortísima filmografía (pero a lo mejor puede ser justo por haber visto una de esas versiones adulteradas que comentas, miraré a ver).
Es impresionante el universo que creó Vigo con un corto, dos mediometrajes y un largo. Aunque suele ser ignorado ‘Taris, rey del agua’ me parece un corto realmente hermoso con todos esos planos bajo el agua, y luego ‘A propósito de Niza’ es una joya, interesantísimo a todos los niveles, y sobre ‘Cero en conducta’ qué decir, una maravilla…
Una pena su temprana muerte.
Saludos
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Gracias por haberme recordado su cortometraje, Bruno. Lo acabo de disfrutar y, de paso, me ha servido como clase de natación. Un saludo.
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jajaja me alegro!
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