Sistema de archivo, gestión y difusión documental. … Su objetivo es obtener una reproducción exacta del documento original, representada a un grado de reducción determinado y conocido, sobre un soporte fotográfico normalizado y cuya posición dentro de una serie documental puede ser establecida. (Wikipedia)
«Hoy en día, con el microfilm se pueden emplear reducciones de factor lineal de uno a veinte sin que ello afecte a la claridad de la visión cuando en material se amplia de nuevo para examinarlo. Los límites vienen impuestos por el grano de la película, la excelencia en la calidad del sistema óptico y la eficiencia de las fuentes de luz utilizadas. Y todos estos factores están mejorando con gran rapidez»
Vannevar Bush (1890-1974) Ingeniero y científico estadounidense
MANOS PELIGROSAS (Pickup on South Street) – 1953
Director Samuel Fuller
Guion Samuel Fuller
Fotografía Joseph MacDonald
Música Leigh Harline
Producción 20th Century Fox
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 80m. B/N
Reparto Richard Widmark, Jean Peters, Thelma Ritter, Richard Kiley, Murvyn Vye, Milburn Stone, Willis Bouchey, Harry Tenbrook, Virginia Carroll.
“Ni siquiera un buen entierro merece la pena si es a costa de tratar con gente como usted. Yo sé lo que usted quiere (…) Son comunistas y buscan un microfilm que no les pertenece (…) ¿Qué sé yo de los comunistas? Nada. Tan sólo sé una cosa, que no me gustan”
En plena Guerra Fría, Fuller transformó en guion un relato de espionaje de Dwight Taylor para conformar este thriller urbano de rectitud nihilista, implacable verismo descriptivo y un admirable sentido de la elipsis, que perdura como una joya atípica del cine negro y representa una de las escasas obras que el cineasta de Massachusetts realizó al amparo de un gran estudio. En uno de sus frecuentes robos, un avezado carterista neoyorquino se apodera involuntariamente de un microfilm que contiene una secreta y valiosa formula química, pretendida a toda costa por el FBI y los espías comunistas. Este sugestivo planteamiento daba pie a una intriga criminal de un turbio e intenso maniqueísmo político, puesta en escena con sobriedad bajo una atmósfera de sordidez moral, subrayada por un visceral e insólito tratamiento de la violencia. Repudiada en su día por su fehaciente acento anticomunista, posee una magnética interpretación de Richard Widmark, la sensual presencia de Jean Peters y la siempre valiosa intervención de Thelma Ritter como una vendedora callejera de corbatas, ocasional confidente de la policía.
Otras películas determinadas por la existencia de un deseado MICROFILM
Correo diplomático – Henry Hathaway (1952)
Licencia para matar – Clint Eastwood (1975)
La espía que me amó – Lewis Gilbert (1977)