Acción y efecto de corromper, echar a perder algo, se refiere a la alteración, descomposición o putrefacción de una cosa, se asocia principalmente a los procesos políticos, cuando estos son transformados para el placer personal, dejando de lado la preocupación por el servicio a la comunidad. (Wikipedia)
La corrupción policial es un tipo de mala praxis policial, frecuentemente constitutiva de delito, consistente en el uso indebido de sus atribuciones, recursos o información con el objeto de obtener provecho económico o de otro tipo, así como avances en la carrera profesional e incluso fines políticos. Esa mala praxis consiste frecuentemente en el soborno, el chantaje o el uso selectivo de la persecución, investigación o arresto de terceros. (Wikipedia)
“En tiempos de corrupción es cuando más leyes se dan”
Étienne Bonnot de Condillac (1715-1780) Filósofo y economista francés
EL PRÍNCIPE DE LA CIUDAD (Prince of the city) – 1981
Director Sidney Lumet
Guión Sidney Lumet y Jay Presson Allen
Fotografía Andrzej Bartkowiak
Música Paul Chihara
Producción Orion-Warner
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 167m. Color
Reparto Treat Williams, Jerry Orbach, Richard Foronjy, Lindsay Crouse, James Tolkan, Don Billett, Kenny Marino, Tony Page, Norman Parker.
«Para la mayoría de los policías la corrupción comienza poco a poco, casi imperceptiblemente, pero abandonarla es algo que sólo puede hacerse dando un paso grande y peligroso. Un paso donde lo arriesgas todo»
Lumet, destacado componente de la denominada «generación de la televisión», insistió en la línea marcada en sus anteriores policíacos, SÉRPICO (1973) y TARDE DE PERROS (1975), para llevar a cabo esta sólida e impetuosa adaptación homónima de un caso real novelado por Robert Daley (Prince of the City: The true story of a cop who knew too much), que, sin lugar a dudas, constituye una de las obras más eminentes y desatendidas de su intermitente trayectoria. Recurriendo a un marcado carácter semidocumental y a una impronta narrativa tan enérgica como agobiante se pormenorizaba la historia de un agente de la brigada de estupefacientes que opta por colaborar con la policía federal para desenmascarar la corrupción existente dentro del cuerpo policial neoyorquino. Este prometedor material fue troquelado con precisión para confeccionar un absorbente retrato sobre los límites de la fidelidad, favorecido por la precisa caracterización de Treat Williams (asesorado por el auténtico inspirador del personaje protagonista, Robert Leuci) y al que, únicamente, pueda imputársele un metraje excesivamente dilatado.
Otras películas sobre CORRUPCIÓN POLICIAL
Teniente corrupto – Abel Ferrara (1992)
L.A. Confidential – Curtis Hanson (1997)
El bonaerense – Pablo Trapero (2002)