Conmoción violenta e imprevista que trastorna o perturba. (2016 Larousse Editorial)
En psicología, el shock emocional es el resultado de un evento traumático que abruma a la facultad que tiene un individuo para hacer frente a las emociones que siente. El trauma psicológico experimentado puede causar secuelas permanentes o a largo plazo. Se debe saber que el choque emocional es uno de los factores que contribuyen al inicio de la depresión. (salud.ccm.net)
“La televisión construye la realidad, provoca el shock emocional y condena prácticamente al silencio y la indiferencia a los hechos que carecen de imágenes”
Ignacio Ramonet (1943-) Periodista español
EL DESIERTO ROJO (Il desserto rosso) – 1964
Director Michelangelo Antonioni
Guion Michelangelo Antonioni y Tonino Guerra
Fotografía Carlo Di Palma
Música Giovanni Fusco y Vittorio Gelmetti
Producción Federiz/Film Duemila/Franco Riz
Nacionalidad Italia/ Francia
Duración 120m. Color
Reparto Monica Vitti, Richard Harris, Carlo Chionetti, Xenia Valderi, Valerio Bartoleschi, Rita Renoir, Aldo Grotti, Lili Rheims, Bruno Borghi.
«No puedo estar sola… ¿Por qué tengo que necesitar siempre a los demás? Debo de ser una tonta, por eso no sé salir adelante. ¿Sabes lo que querría? Tener aquí a todas las personas que me han querido. Tenerlas alrededor de mí, como una muralla»
Coincidiendo con su tránsito del blanco y negro al color, Antonioni incorporó a su particular análisis de los sentimientos femeninos un deshumanizado amaneramiento formal, que alcanzó su máxima expresión en este depresivo retrato intimista acerca del aturdimiento existencial que extenúa y descorazona a la mujer de un poderoso industrial de Rávena, tras padecer un accidente de tráfico, y la vampirizadora relación afectiva que emprende con un neurasténico ingeniero que trabaja con su marido. La amargura, hipocondría y decadencia moral de estos seres, incapaces de adecuarse a las insensibles exigencias de la civilización moderna, fue reproducida a través de una metódica y algo pretenciosa simbiosis entre su parsimonia narrativa (donde los diálogos quedaban supeditados a la preeminencia de los silencios), su pulcritud decorativista (una continua alternancia de rebuscados entornos burgueses y pútridos paisajes industriales) y un tratamiento cromático subjetivo, cuyos matices procedían de la percepción visual de la protagonista (una plausible Monica Vitti con el cabello teñido) y su angustioso estado de shock emocional.
Otras películas cuyo protagonista sufre un estado de SHOCK emocional
Vivir – Akira Kurosawa (1952)
De repente, el último verano – Joseph L. Mankiewicz (1959)
Persona – Ingmar Bergman (1966)