Joel McCrea

DESIGUALDAD (Calle sin salida)

Condición o circunstancia de no tener una misma naturaleza, cantidad, calidad, valor o forma que otro, o de diferenciarse de él en uno o más aspectos. (google.com)
Se entiende por desigualdad social a una situación de disparidad o desventaja de alguna porción de la ciudadanía de un país, o entre países de una región, o entre regiones del mundo, respecto a otras que se ven favorecidas injustamente. (concepto.de)

“No tiene sentido decir que los hombres son iguales ante la ley, cuando es la ley mantenedora de su desigualdad”
Ramiro de Maeztu (1875-1936) Diplomático y escritor español

CALLE SIN SALIDA (Dead end) – 1937

dead

Director William Wyler
Guion Lillian Hellman
Fotografía Gregg Toland
Música Alfred Newman
Producción United Artists
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 93m. B/N
Reparto Sylvia Sidney, Joel McCrea, Huphrey Bogart, Marjorie Main, Claire Trevor, Ward Bond, Wendy Barrie, Allen Jenkins, Billy Halop.

«Puede ser que esté equivocado. Todos cometemos errores, jefe. Por eso ponen la goma en los extremos de los lápices»

Una de las obras más insólitas surgidas de la fructífera asociación entre William Wyler y el productor Samuel Goldwyn la encontramos en esta notable combinación de drama social y cine negro, basada en la homónima pieza teatral realista de Sidney Kingsley, que, con el tenue trasfondo de una sensible historia de amor, presentaba la vida cotidiana en un conflictivo suburbio neoyorquino (impecablemente recreado en estudio) para incidir en la desigualdad económica y el paro como principales causas de la delincuencia. Sin poder evitar la procedencia escénica del relato, la película fundamentó su valor artístico en la habitual destreza descriptiva de su infravalorado realizador, así como en sus elevadas dotes en la dirección de actores, comandados por un Humphrey Bogart en plena ascensión al estrellato. Entre el reparto, cabía destacar la incorporación a la gran pantalla de los ‘Dead End Kids’, un grupo juvenil procedente del East Side que ya había protagonizado la versión teatral en Broadway, y, que a partir de entonces, gozaría de cierta fama llegando a intervenir en otros seis largometrajes, entre ellos el insigne clásico ÁNGELES CON CARAS SUCIAS.

Otras películas determinadas por el estigma de la DESIGUALDAD SOCIAL

Cadenas rotas – David Lean (1946)
Macario – Roberto Gavaldón (1960)
Parásitos – Bong Joon-ho (2019)

RULETA (La ciudad sin ley)

Juego de azar que se juega principalmente en los casinos y en el que los participantes apuestan sobre unos números que figuran en un tablero; se lanza una bola sobre una rueda horizontal que gira dividida en 36 casillas radiales numeradas y alternativamente rojas y negras; cuando la rueda se para, la bola cae en uno de los números y reciben premio los que hayan apostado sobre él, sobre su color, sobre la línea en que figura este en el tablero, etc. (google.com)

“Y no habléis demasiado pronto, pues la ruleta todavía está girando y no ha nombrado quién es el elegido, porque el perdedor ahora será el ganador más tarde porque los tiempos están cambiando” (canción The times they are a-changing)
Bob Dylan (1941-) Músico, compositor, cantante y poeta estadounidense

LA CIUDAD SIN LEY (Barbary Coast) – 1935

barbary

Director Howard Hawks
Guion Ben Hecht y Charles MacArthur
Fotografía Ray June
Música Alfred Newman
Producción United Artists
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 97m. B/N
Reparto Miriam Hopkins, Edward G. Robinson, Joel McCrea, Walter Brennan, Frank Craven, Brian Donlevy, Harry Carey, Donald Meek.

«Hay algo del alma que no se puede tocar. Podemos hundirnos en el barro hasta el cuello, pero ese algo sigue limpio y brillante (…) Tienes que creerme porque es cierto, el amor borra todo lo demás»

Impecable aleación de western, comedia, drama romántico y cine negro, ambientada en la floreciente pero caótica, hostil y corrupta San Francisco de la fiebre del oro, allá por 1849, que exponía con vigoroso ritmo descriptivo la relación triangular entre una ambiciosa y refinada mujer de oscuro pasado, el disoluto e implacable propietario del salón de juego donde trabaja manejando la ruleta y un enamoradizo ‘forty-niner’ neoyorquino con vocación de rapsoda. A través de una puesta en escena de irrespirable intensidad dramática, fundamentada en unos diálogos tan mordaces como absorbentes, la película hurgaba en los brumosos confines que separan la civilización de la barbarie o el progreso del primitivismo, amparándose en un terceto protagonista de excepción y el consorcio de una lujosa nómina de secundarios, entre ellos el imperecedero Walter Brennan. Obra menor dentro de la abundante y conspicua filmografía hawksiana, pero lúcida e interesante en todos los sentidos, que incidía en la denuncia de la injusticia social con absoluta firmeza, sobriedad y academicismo.

Otras películas en las que se juega a la RULETA

Casablanca – Michael Curtiz (1942)
La bahía de los ángeles – Jacques Demy (1963)
Los Pelayos – Eduard Cortés (2012)

CREPÚSCULO (Duelo en la alta sierra)

1. Claridad de la luz al salir o ponerse el sol, especialmente la del anochecer.
2. Parte del día en que se produce esta luz.
(google.es)
El Western crepuscular es un subgénero cinematográfico derivado del llamado western. Se trata de un western melancólico, revisionista y desmitificador, que presenta un Oeste en decadencia y a unos protagonistas perdedores, «héroes» cansados, nostálgicos, críticos, desencantados, sucios, resignados, acabados o atormentados. La violencia es explícita. Aunque su realismo es descarnado, no es naturalista como en el spaghetti western; muestra un mundo y unos valores que están a punto o al borde de desaparecer. (Wikipedia)

«La honradez, pretensión extemporánea, y la muerte, plausible redención, son los aditamientos de este western crepuscular, todavía no trastocado por la nervatura narrativa ni el denostado ralentí que pondrán más tarde en evidencia el temperamento exacerbado del legendario director» (sobre Duelo en la alta sierra)
Gonzalo Suárez (1934-) Escritor y director de cine español

DUELO EN LA ALTA SIERRA (Ride the high country) – 1962

Director Sam Peckinpah
Guion N.B. Stone Jr.
Fotografía Lucien Ballard
Música George Bassman
Producción Metro Goldwyn Mayer
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 94m. Color
Reparto Joel McCrea, Randolph Scott, Edgar Buchanan, Mariette Hartley, Ronald Starr, R.G. Armstrong, L.Q. Jones, Warren Oates.

«Un buen matrimonio tiene como una aureola de gloria. Un buen matrimonio es como un animal raro: difícil de encontrar y casi imposible de mantener. Las personas cambian. Es importante tenerlo presente desde el inicio»

En su segundo largometraje, Peckinpah estableció un figurativo puente entre el ocaso del western en su formalismo clásico y el entonces incipiente subgénero crepuscular con el fin de pormenorizar la última aventura de dos veteranos e incompatibles pistoleros, encargados de trasladar un cargamento de oro desde las minas de Alta Sierra hasta la ciudad de Hornitos. A través de los recuerdos, vicisitudes y enfrentamientos que comparten estos dos antiguos héroes, soberbiamente interpretados por Joel McCrea y Randolph Scott (este último en su postrera aparición en pantalla), la película se encargaba de romper viejos tópicos para mostrar las debilidades de las leyendas por medio de una mirada nostálgica, emotiva y poética, no exenta de romanticismo y un soterrado sentido del humor. Pese a que el público no acabó por entender semejante desmitificación del género, el realizador californiano pasó a convertirse en el más inspirado cultivador y renovador del mismo, añadiendo paulatinamente a su estilo un registro mucho más violento y exaltado. Excelente fotografía de Lucien Ballard.

Otros WESTERNS CREPUSCULARES

El hombre del Oeste – Anthony Mann (1958)
El hombre que mató a Liberty Valance – John Ford (1962)
Los valientes andan solos – David Miller (1962)

LLAMAMIENTO (Enviado especial)

Apelación, exhortación o petición hecha de forma solemne, extrema o patética para que se haga una cosa. (2016 Larousse Editorial)

«En esta atmósfera de corrupción y de monstruosas verdades a medias, sólo se oía una nota clara, el llamamiento de los bolcheviques, más penetrante cada día: «¡Todo el poder a los Soviets! ¡Todo el poder a los representantes directos de millones de obreros, soldados y campesinos! ¡Tierra y pan! ¡Que acabe la guerra insensata!
John Reed (1887-1920) Periodista, dirigente obrero y activista comunista norteamericano

ENVIADO ESPECIAL (Foreign correspondent) – 1940

Director Alfred Hitchcock
Guion Charles Bennett y Joan Harrison
Fotografía Rudolph Maté
Música Alfred Newman
Producción United Artists
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 120m. B/N
Reparto Joel McCrea, Laraine Day, Herbert Marshall, George Sanders, Albert Basserman, Edmund Gwenn, Robert Benchley, Harry Davenport, Ian Wolfe.

«Es demasiado tarde ahora para hacer algo salvo quedarse sentado y escuchar como caen las bombas. Parece como si hubieran apagado las luces en todo el mundo menos en América. Manténganlas encendidas, protéjanlas con celo, cérquenlas con armas, construyan a su alrededor un círculo de acorazados y de bombarderos. América, escucha, mantén tus luces encendidas porque son las únicas que quedan en el mundo»

Sin llegar a ser una de sus obras más populares ni distinguidas, el segundo largometraje norteamericano de Hitchcock deparaba otro magnífico ejemplo de su pericia técnica y expresiva; en esta ocasión, encomendada a describir las temerarias peripecias de un periodista norteamericano por la Europa pre-bélica, donde acude para informar sobre un equívoco movimiento para la paz universal y termina descubriendo una peligrosa organización nazi. Si bien el maestro del suspense no se caracterizó jamás por abandonarse a actitudes oportunistas o comprometidas con alguna causa, transmitió en esta intriga romántico/policial una clara proclama política destinada a promover la intervención de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, postura harto esgrimida en el Hollywood de la época. La excelsa labor del decorador William Cameron Menzies o el buen hacer del fotógrafo Rudolph Maté contribuyeron enormemente a que esta consistente producción de Walter Wanger lograra momentos tan sublimes como la secuencia del asesinato en la catedral de Amsterdam o el aterrizaje forzoso del avión.

Otras películas estadounidenses que hacían un LLAMAMIENTO a promover o justificar la intervención del país en la contienda bélica

Tormenta mortal – Frank Borzage (1940)
El hombre atrapado – Fritz Lang (1941)
Esta tierra es mía – Jean Renoir (1943)

SENCILLEZ (Estrellas en mi corona)

Condición por la que una persona o cosa determinada carece de adornos o complejidad cualquiera. La misma puede ser considerada una virtud en algunos contextos, sobre todo si hace accesible a las personas la naturaleza de algo o alguien. (definicion.mx)

“La sencillez consiste en hacer el viaje por la vida, solo con el equipaje necesario”
Charles Dudley Warner (1829-1900) Novelista estadounidense

ESTRELLAS EN MI CORONA (Stars in my crown) – 1950

stars

Director Jacques Tourneur
Guion Margaret Fitts
Fotografía Charles Shoenbaum
Música Adolph Deutsch
Producción Metro Goldwyn Mayer
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 89m. B/N
Reparto Joel McCrea, Ellen Drew, Dean Stockwell, Alan Hale, Lewis Stone, Amanda Blake, Ed Begley, Juano Hernández, Charles Kemper.

«A todos los hombres les pasa algo, y si estás buscando al hombre perfecto nunca lo encontrarás»

Encandilado por la turbadora placidez espiritual del guion, Jacques Tourneur aceptó una importante reducción de sus habituales emolumentos para aparcar sus inquietudes estilísticas y embarcarse en la dirección de esta nostálgica y sublimada reminiscencia del costumbrismo tradicional de su país de adopción. Los distintos problemas a los que ha de hacer frente un honesto pastor religioso al establecerse en la pequeña y bucólica población sureña de Walesburg, desde su roce con ciertos feligreses o su pugna con una epidemia de fiebres tifoideas hasta las ruines maniobras del Ku Klux Klan, todo ello filtrado por la candorosa mirada infantil de su protegido, cristalizaban en una polifonía entre fe y moralismo de sentimientos contenidos, armonizado influjo poético y avasalladora riqueza visual. Sin duda una película a reivindicar, protagonizada con eficiencia por Joel McCrea e invadida por un cúmulo de sensaciones intensas y enternecedoras, como la emocionante lectura del testamento del anciano negro ante la legión de enmascarados racistas que pretenden lincharlo.

Otras películas caracterizadas por la SENCILLEZ de su puesta en escena

Cuentos de Tokio – Yasujiro Ozu (1953)
Los amores de una rubia – Milos Forman (1965)
Una historia verdadera – David Lynch (1999)