Enaltecimiento o engrandecimiento de las cualidades o méritos de una persona o de una cosa. (google.es)
«La transposición así cumplida del libido de objeto en libido narcisista conlleva manifiestamente una resignación de las metas sexuales, una desexualización y, por lo tanto, una suerte de sublimación»
Sigmund Freud (1856-1939) Médico y neurólogo austriaco, creador del psicoanálisis
EL SÉPTIMO CIELO (The seventh heaven) – 1927
Director Frank Borzage
Guion Benjamin Glazer
Fotografía Ernest Palmer y Joseph A. Valentine
Música Lew Pollack y Erno Rapee
Producción Fox Film Corporation
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 110m. B/N
Reparto Janet Gaynor, Charles Farrell, Ben Bard, Albert Gran, David Butler, Jessie Haslett, Gladys Brockwell, Marie Mosquini, Brandon Hurst.
* Ernö Rapée y Lew Pollack – Diane
«Para aquellos que la suban, hay una escalera que lleva desde las profundidades a las alturas, desde las alcantarillas a las estrellas: la escalera del coraje»
Imprescindible adaptación de la homónima obra teatral de Austin Strong en torno al amparo, la rehabilitación y el enamoramiento de una desvalida y angelical muchacha de los bajos fondos a manos de un fantasioso alcantarillero de Montmartre que perdura, no sólo como uno de los grandes títulos surgidos en las postrimerías del período silente, sino como una de las sublimaciones de la potestad del amor más entusiastas e idealizadas que ha dado el Séptimo Arte a lo largo de toda su historia. En un melodrama etéreo, alegórico y radiante, con un adventicio trasfondo sociopolítico, Frank Borzage englobaba y redefinía los fundamentos estilísticos que determinarían su posterior obra, como su maestría para alternar instantes de absorbente romanticismo con otros de pungente tristeza y acritud, o su particular rechazo a filmar escenas bélicas (en esta ocasión rodadas por John Ford). La eximia actuación de sus protagonistas y un tema musical antológico, Diane, contribuyeron a la enorme notoriedad popular y crítica de la cinta, que, en 1937, sería objeto de un decente remake a cargo de Henry King, con protagonismo de James Stewart y Simone Simon.
Otras películas que emergen como una SUBLIMACIÓN del poder del amor
Luces de la ciudad – Charles Chaplin (1931)
Solo el cielo lo sabe – Douglas Sirk (1955)
Fedra – Manuel Mur Oti (1956)