CONCIENCIA (Pat Garrett y Billy el Niño)

1. Conocimiento del bien y del mal que permite a la persona enjuiciar moralmente la realidad y los actos, especialmente los propios.
2. Sentido moral o ético propios de una persona.
(RAE)

“La conciencia es el mejor juez que tiene un hombre de bien”
José de San Martín (1778-1850) Militar argentino

PAT GARRETT Y BILLY EL NIÑO (Pat Garrett and Billy the Kid) – 1973

pat

Director Sam Peckinpah
Guion John Coquillon
Fotografía Rudy Wurlitzer
Música Bob Dylan
Producción Metro Goldwyn Mayer
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 122m. Color
Reparto James Coburn, Kriss Kristofferson, Richard Jaeckel, Jason Robards, Bob Dylan, Katy Jurado, Chill Wills, Barry Sullivan, Rita Coolidge.

«Llega un momento en la vida de un hombre que hay que pensar en el futuro»

A punto de comenzar su etapa de decadencia, Peckinpah firmó uno de sus mejores largometrajes con esta desmitificadora y fiel aproximación a uno de los episodios más divulgados de la historia del Oeste americano: la trayectoria criminal de Billy el Niño y el inconciliable vínculo de afecto y deber profesional que con él mantuvo el sheriff Pat Garrett. Se trata de un western crepuscular y profundamente desencantado, de un lirismo embriagador, donde su director reflexionaba sobre el desafío a la conciencia o la traición de la amistad adhiriendo a su peculiar sentido de la violencia un brillante tratamiento visual, en el que se daban cita sus habituales ralentíes e imágenes congeladas. Magníficas interpretaciones tanto del sobrio James Coburn como de un inexperto Kris Kristofferson y debut ante las cámaras de Bob Dylan, quien además se encargaría de firmar una adecuadísima banda sonora que incluía uno de las canciones más señeras de su vasto catálogo, Knockin’ on heaven’s door. Pese a ser cruelmente mutilado por los montadores, el largometraje obtuvo una gran acogida por parte de la crítica, aunque su rendimiento en taquilla fue considerablemente escaso.

Otras películas que llaman a las puertas de la CONCIENCIA

Almas sin conciencia – Federico Fellini (1955)
Calle Mayor – Juan Antonio Bardem (1956)
Un hombre para la eternidad – Fred Zinnemann (1966)

9 comentarios

  1. Como escribí en su momento, yo solo por una escena ya adoro esta película: «Pat Garrett y Billy El Niño alcanza sus cotas más altas de belleza en una escena que empieza con la violencia más desgarrada, a cámara lenta y sangre a borbotones, y termina con una mirada de amor tierna y dolorosa. Todo ha terminado. Pero contemplo las nubes que se reflejan en el agua… Perdedores, violencia, un tiroteo a muerte y una belleza deslumbrante. De fondo Knockin’ on Heaven’s Door de Bob Dylan. Esta escena es protagonizada por unos secundarios… personajes arrastrados por el enfrentamiento de dos que fueron amigos pero ahora andan en bandos distintos (por ver la vida de diferente manera: uno piensa en el futuro, el otro solo vive el presente). Ella es Katy Jurado, él es Slim Pickens…». La recuerdo y me emociono.

    Besos
    Hildy

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    1. Esa escena que tan bien describes es probablemente uno de los grandes momentos de la historia del western; por ello decidí poner el enlace a YouTube, para que el lector de la crítica pudiera saborearla en todo su esplendor… Un abrazo, Hildy.

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  2. ¡A este tipo de amistades me refería, sí señor! Como señala Hildy, contiene una de las escenas de muerte más tiernas y conmovedoras de la historia del western (y del cine). Hasta me gusta ese toque distanciado, como de espectador ajeno, que tiene el personaje de Dylan. Una joya.

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  3. En cualquier película la violencia es, a menudo, un recurso para vender mejor el producto. Sam Peckinpah la convierte en arte. Me encanta esta película llena de actores procedentes del mundo de la música, como Bob Dylan, Kriss Kristofferson y la que fuera su mujer, Rita Coolidge. Un abrazo, Antonio

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  4. Con esta película Sam Peckinpah profundizó un poco más en su temática de siempre: transición, desplazamiento, crepúsculo, vejez, amistad, traición, violencia como única salida para unos hombres atrapados en una época que ya no les necesita y que los convierte en fantasmas de sí mismos, llenos de contradicciones y en lucha con su anacronismo. Pat Garret (magnífico James Coburn) en continuo malestar consigo mismo se siente utilizado y solo. Tiene miedo y necesita compartir responsabilidades, rodeándose de algunos antiguos compañeros que como él no están muy seguros de envejecer con elegancia. Lo que era una forma de entender la vida, ahora ya no tiene sentido y no sirve de nada cambiar de bando: acabemos de una vez!, parecen gritar. En suma, un film hermoso y triste.

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