Imitación lingüística o representación de un sonido natural o de otro fenómeno acústico no discursivo (…) El idioma japonés es posiblemente la lengua más rica en onomatopeyas, ya que éstas se encuentran incorporadas en el habla cotidiana y son utilizadas tanto para describir sonidos como figuras o para enriquecer acciones (…) Las onomatopeyas son comúnmente utilizadas en historietas como efectos de sonido. (Wikipedia)
«No hay salvación. Nos dirigimos irremediablemente hacia la Edad de la Onomatopeya»
Juan Bonilla (1966-) Escritor español
DODES’KA-DEN (Dodes ‘Ka-Den) – 1970
Director Akira Kurosawa
Guion Akira Kurosawa, Hideo Oguni y Shinobu Hashimoto
Fotografía Takao Saito y Yasumichi Fukuzawa
Música Tôru Takemitsu
Producción Yonko no kai/Toho
Nacionalidad Japón
Duración 132m. Color
Reparto Yoshikata Zushi, Akemi Negishi, Shinsuke Minami, Juzaboro Ban, Michio Hino, Kin Sugai, Toshiyuki Tonomura, Yuko Kusunoki.
«La gente dice lo que quiere. No puedes evitar que digan todo tipo de cosas. ¿Correcto? Nadie puede realmente saber de quién es el hijo de quién. Si crees que alguien es tu padre, entonces tú eres su hijo»
Acuciado por la decadente mediocridad alimenticia que estancaba la industria cinematográfica nipona, Kurosawa optó por independizarse, como tantos otros cineastas del momento, y fundó junto a otros tres notorios realizadores (Kon Ichikawa, Masaki Kobayashi y Keisuke Kinoshita) la ‘Sociedad de los cuatro caballeros’ (Yonko no kai), con la cual poder producir sus personales creaciones, que, en su caso, no veían la luz desde hacía cinco años con BARBARROJA. El primer fruto nacido de dicha asociación fue este retrato coral del amargo día a día en un misérrimo suburbio de Tokio, basado en la novela Kisetku no nai machi (Ciudad sin estaciones) de Shugoro Yamamoto, donde se captaban las carencias económicas, afectivas e, incluso, mentales de sus marginales residentes (el título hace referencia a la onomatopeya del tranvía imaginario que conduce uno de ellos) a través de una extraña armonización entre el patetismo de su trama y la belleza de sus imágenes. El tremendo fracaso del film arrastraría a su autor hacia un preocupante estado de depresión que le llevó incluso hasta las puertas del suicidio.
Otras películas tituladas con ONOMATOPEYAS
Chitty Chitty Bang Bang – Ken Hughes (1968)
Pim, pam, pum… ¡Fuego! – Pedro Olea (1975)
Crash – David Cronenberg (1996)
«1, 2, 3… Splash» 😉
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Ah, es verdad! Muy ocurrente… no me había acordado de este título señero de la comedia de los ochenta.
Otra onomatopeya utilizada frecuentemente es la del dolor, «¡ay!», como por ejemplo en «¡Ay, Carmela!» de Carlos Saura o la célebre comedia acrobática con Harold Lloyd «¡Ay, que me caigo!».
Un saludo.
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Ahora sólo se me viene a la mente «Ay, señor, señor» XD Un saludo!
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¿Suicidarse por una obra? Eso si que es irse al extremo.
Saludos.
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Pues sí, el intento de suicidio vino motivado por la profunda depresión en la que lo sumió el fracaso de la película. Menos mal que el genial cineasta se recuperaría del trance y cinco años más tarde realizó en la taiga siberiana una de sus grandes obras maestras, «Dersu Uzala».
Siento no haberte podido contestar antes, Julieta.
Bienvenida al blog! Un saludo.
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Una de las películas más personales y complejas del maestro. No está entre mis favoritas, pero es una obra singularísima que debe ser tenida muy en cuenta. Por momentos vea retazos del gran cine español e italiano de una época, obviamente pasado por el tamiz nipón, en una miscelánea única. Tal vez deliro. Un abrazo.
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Tampoco está entre mis favoritas de Kurosawa, pero sí es una rareza digna de ser recordada y valorada en su justa medida.
El cine español e italiano de los cincuenta/sesenta plasmó con brillantez y asiduidad el día a día de la indigente periferia urbana, en muchas ocasiones aunando registros cómicos y dramáticos. De ahí, quizás, surjan los retazos que perspicazmente has atisbado.
Un saludo.
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