Tôru Takemitsu

EGOÍSMO (Ran)

Actitud de quien manifiesta un excesivo amor por sí mismo, y que solamente se ocupa de aquello que es para su propio interés y beneficio, sin atender ni reparar en las necesidades del resto (…) El egoísmo también puede reconocerse en todas aquellas acciones realizadas por interés personal, para provecho propio, y sin mirar en las necesidades, opiniones, gustos o intereses de los demás (…) Como tal, es una actitud que dificulta la relación con el prójimo, pues la persona egoísta trata y hace sentir a los demás como si no existieran, o como si sus preocupaciones o ideas no importaran. (significados.com)

“El egoísmo no es el amor propio, sino una pasión desordenada por uno mismo”
Aristóteles (384 a.C.-322 a.C.) Filósofo, lógico y científico de la Antigua Grecia

RAN (Ran) – 1985

ran

Director Akira Kurosawa
Guion Akira Kurosawa, Hideo Oguni y Masato Ide
Fotografía Takao Saito y Masaharu Ueda
Música Tôru Takemitsu
Producción Greenwich/Herald Ace/Nippon Herald
Nacionalidad Japón/ Francia
Duración 154m. Color
Reparto Tatsuya Nakadai, Akira Terao, Jinpachi Nezu, Yoshiro Miyazaki, Takeshi Nomura, Daisuke Ryo, Mieko Harada, Hisashi Igawa.

«Todos los hombres nacen llorando y mueren cuando ya han llorado lo suficiente»

La capacidad de Kurosawa para conjugar la más arcaica tradición nipona con la cultura clásica occidental halló su definitivo pináculo estilístico en esta solemne y majestuosa transposición del King Lear shakespeariano al Japón feudal del siglo XVI. La fratricida y codiciosa rivalidad surgida entre tres hermanos tras la discutida herencia de su anciano padre servía como base para manifestar un profundo y amargo discurso sobre el honor, el egoísmo desmesurado y la avidez de poder, desarrollado a través de una formulación plástica de una cautivadora y deslumbrante luminosidad. La demencia autodestructiva del ser humano o la moldeable fortaleza de los lazos paterno-filiales eran otros de los temas analizados con lucidez y una impávida meticulosidad en esta ceremoniosa tragedia humana, saturada de momentos de una brillante espectacularidad como la toma del castillo, paradigma absoluto de puesta en escena cinematográfica. Mención aparte merecen sus perfectas interpretaciones, la inspirada decoración de Yoshiro y Shinobu Muraki, así como el impecable vestuario diseñado por Emi Wada.

Otras películas sobre el EGOÍSMO desmesurado

La marcha nupcial – Erich Von Stroheim (1928)
La loba – William Wyler (1941)
Se acabó el negocio – Marco Ferreri (1964)

SEPPUKU (Harakiri)

Suicidio ritual japonés por desentrañamiento. El seppuku formaba parte del bushidō, el código ético de los samuráis, y se realizaba de forma voluntaria para morir con honor en lugar de caer en manos del enemigo y ser torturado, o bien como una forma de pena capital para aquellos que habían cometido serias ofensas o se habían deshonrado. La ceremonia del seppuku es parte de un ritual más elaborado que se realiza generalmente delante de espectadores clavándose un arma corta en el abdomen, tradicionalmente un tantō, y realizando un corte de izquierda a derecha. (Wikipedia)

«Quería haber utilizado su sangre para escribir el carácter que significa espada, pero el dolor pudo con él. Para acabar el seppuku, dos de sus ayudantes le decapitaron. El denominado por la prensa incidente tuvo repercusión mundial: Mishima había sido propuesto tres veces al Nobel, y en Japón su ideología fascista había cuajado en ciertos sectores» (artículo La vida de Yukio Mishima, una obra de arte y muerte)
Gregorio Belinchón (1971-) Cineasta y crítico de cine español

HARAKIRI (Seppuku) – 1962

Director Masaki Kobayashi
Guion Shinobu Hashimoto
Fotografía Yoshio Miyajima
Música Tôru Takemitsu
Producción Shochiku Kinema Kenkyû-jo/Shôchiku Eiga
Nacionalidad Japón
Duración 133m. B/N
Reparto Tatsuya Nakadai, Rentarô Mikuni, Akira Ishihama, Shima Iwashita, Tetsurô Tanba, Masao Mishima, Ichirô Nakatani, Kei Satô.

«Esa es vuestra espada, por ella moriréis. Para un samurái, su espada es su alma. Por lo tanto, ¿qué otra podría ser más apropiada para él?»

Instaurada la paz en pleno shogunato Tokugawa (1630), miles de guerreros nipones padecen una desesperada situación de indigencia que les obliga a pedir limosna o, incluso, a plantearse el suicidio por desentrañamiento según regula el código ético de los samuráis (Bushido). A través de un insuperable armazón descriptivo fundamentado en un ejemplar encadenamiento de flashbacks y un impresionante tratamiento visual en Scope con una rigurosa concepción arquitectónica del espacio, Kobayashi fusionaba drama, intriga y acción al pormenorizar porqué un veterano ronin (excelso Tatsuya Nakadai) acude al palacio de un respetado clan a fin de solicitar los requisitos necesarios para formalizar dicha ceremonia mortuoria (Seppuku). Esta emblemática obra maestra del cine japonés, basada en la novela Ibun rônin-ki de Yasuhiko Takiguchi y recientemente versionada por Takashi Miike (2011), deviene un visceral reproche a la ruindad, la hipocresía y el insustancial tradicionalismo que imperaba en la sociedad feudal bajo erróneos conceptos del honor, la valentía, el orgullo o la dignidad. Imposible resulta olvidar la brutal crudeza de la escena del harakiri, el fantasmagórico duelo a espadas en la llanura campestre o la coreográfica lucha final del protagonista contra decenas de samuráis.

Otras películas sobre el ritual del SEPPUKU

Los cuarenta y siete samuráis – Kenji Mizoguchi (1941)
Patriotismo (El rito de amor y muerte) – Yukio Mishima y Domoto Masaki (1966)
Mishima: Una vida en cuatro capítulos – Paul Schrader (1985)

ESPÍRITU (El más allá)

Supuesta entidad no corpórea que aparece en muchas religiones. En algunas partes del mundo se cree que los espíritus son capaces de poseer a las personas. Históricamente, los espíritus han sido atribuidos un número de poderes, tanto sobre la naturaleza como sobre seres humanos. Muchas veces se dice que los poderes de un espíritu están ligados a su propósito de creación (…) La palabra espíritu viene del Latín ‘spiritus’, que significa aliento o respiro, y como el aliento es sinónimo de vida, la palabra denota que el alma que sigue viviendo se separa del cuerpo muerto o cadáver, pero como tiene aliento metafóricamente se entiende que sigue viva. (Wikipedia)

«Espíritu sin nombre, indefinible esencia, yo vivo con la vida sin formas de la idea. Yo nado en el vacío, del sol tiemblo en la hoguera, palpito entre las sombras y floto con las nieblas» (poema Espíritu sin nombre)
Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) Poeta y narrador español

EL MÁS ALLÁ (Kwaidan) – 1964

kwaidan

Director Masaki Kobayashi
Guion Yôko Mizuki
Fotografía Yoshio Miyajima
Música Tôru Takemitsu
Producción Toho/Bungei/Toyo Kogyo Kabushiki Kaisha/Ninjin Club
Nacionalidad Japón
Duración 164m. Color
Reparto Rentaro Mikuni, Michiyo Aratama, Misako Watanabe, Tatsuya Nakadai, Keiko Kishi, Katsuo Nakamura, Kanemon Nakamura.

«No debes mover un músculo, ni gritar, ni revolverte. Para librarte de los espíritus debes mantener la calma, y no pedir auxilio»

Maravilloso drama sobrenatural integrado por cuatro episodios independientes, inspirados a su vez en sendos relatos sobrenaturales que Lafcadio Hearn compuso aglutinando tradiciones y leyendas japonesas: Pelo negro, narra el arrepentimiento de un ambicioso samurái por haber abandonado a su esposa para casarse con la hija del gobernador; La mujer de la nieve, acerca de la intempestiva visita que reciben dos leñadores, padre e hijo, por parte de una fantasmagórica dama; Hoichi el desorejado, probablemente el mejor, que describe cómo un cantor invidente es acusado por brujería, y, En una taza de té, sobre un guerrero que es poseído por la misteriosa imagen que se refleja en el recipiente del título. Kobayashi acabó prácticamente arruinado tras culminar esta dificultosa e inacabable producción, en la que la pulcritud visual y la sabia utilización de sus decorados, diseñados por el propio cineasta, se ponían al servicio de la plasmación de una atmósfera onírica de irresistible trazo romántico. Destacar la suntuosa utilización de la luz y el color en Scope a cargo de Yoshio Miyajima.

Otras películas sobre ESPÍRITUS

Suspense – Jack Clayton (1961)
La mansión encantada – Robert Wise (1963)
Giuletta de los espíritus – Federico Fellini (1965)

ONOMATOPEYA (Dodes’ka-den)

Imitación lingüística o representación de un sonido natural o de otro fenómeno acústico no discursivo (…) El idioma japonés es posiblemente la lengua más rica en onomatopeyas, ya que éstas se encuentran incorporadas en el habla cotidiana y son utilizadas tanto para describir sonidos como figuras o para enriquecer acciones (…) Las onomatopeyas son comúnmente utilizadas en historietas como efectos de sonido. (Wikipedia)

«No hay salvación. Nos dirigimos irremediablemente hacia la Edad de la Onomatopeya»
Juan Bonilla (1966-) Escritor español

DODES’KA-DEN (Dodes ‘Ka-Den) – 1970

dodes

Director Akira Kurosawa
Guion Akira Kurosawa, Hideo Oguni y Shinobu Hashimoto
Fotografía Takao Saito y Yasumichi Fukuzawa
Música Tôru Takemitsu
Producción Yonko no kai/Toho
Nacionalidad Japón
Duración 132m. Color
Reparto Yoshikata Zushi, Akemi Negishi, Shinsuke Minami, Juzaboro Ban, Michio Hino, Kin Sugai, Toshiyuki Tonomura, Yuko Kusunoki.

«La gente dice lo que quiere. No puedes evitar que digan todo tipo de cosas. ¿Correcto? Nadie puede realmente saber de quién es el hijo de quién. Si crees que alguien es tu padre, entonces tú eres su hijo»

Acuciado por la decadente mediocridad alimenticia que estancaba la industria cinematográfica nipona, Kurosawa optó por independizarse, como tantos otros cineastas del momento, y fundó junto a otros tres notorios realizadores (Kon Ichikawa, Masaki Kobayashi y Keisuke Kinoshita) la ‘Sociedad de los cuatro caballeros’ (Yonko no kai), con la cual poder producir sus personales creaciones, que, en su caso, no veían la luz desde hacía cinco años con BARBARROJA. El primer fruto nacido de dicha asociación fue este retrato coral del amargo día a día en un misérrimo suburbio de Tokio, basado en la novela Kisetku no nai machi (Ciudad sin estaciones) de Shugoro Yamamoto, donde se captaban las carencias económicas, afectivas e, incluso, mentales de sus marginales residentes (el título hace referencia a la onomatopeya del tranvía imaginario que conduce uno de ellos) a través de una extraña armonización entre el patetismo de su trama y la belleza de sus imágenes. El tremendo fracaso del film arrastraría a su autor hacia un preocupante estado de depresión que le llevó incluso hasta las puertas del suicidio.

Otras películas tituladas con ONOMATOPEYAS

Chitty Chitty Bang Bang – Ken Hughes (1968)
Pim, pam, pum… ¡Fuego! – Pedro Olea (1975)
Crash – David Cronenberg (1996)

ENTOMOLOGÍA (La mujer en la arena)

Ciencia que tiene por objeto el estudio de todos los seres vivos conocidos como insectos (…) La entomología se ocupa del estudio de todo lo que, de una forma u otra, se relaciona con los insectos, es decir, su morfología, biología, fisiología y bioquímica; dicta normas para su clasificación y además, se ocupa también del estudio de aquellos factores que determinan cambios en sus poblaciones. (ecured.cu)

«La soledad se sabe sola en mundo de solos y se pregunta a veces por otras soledades, no como vía crucis entre ánimo y ánima, más bien con interés entomológico» (poema Las soledades de Babel)
Mario Benedetti (1920-2009) Escritor y poeta uruguayo

LA MUJER EN LA ARENA (Suna no onna) – 1964

mujer

Director Hiroshi Teshigahara
Guion Kôbô Abe
Fotografía Hiroshi Segawa
Música Tôru Takemitsu
Producción Teshigahara Productions/Toho
Nacionalidad Japón
Duración 123m. B/N
Reparto Eiji Okada, Kyôko Kishida, Hiroko Ito, Koji Mitsui, Kinzo Sekiguchi, Kiyohiko Ichiha, Sean Yano, Hiroyuki Nishimoto, Tamutsu Tamura.

«Es inútil. La arena puede engullir ciudades y campos, si quiere»

Usualmente relegado a un segundo plano por la magnificencia de colegas coetáneos del calibre de Kurosawa, Imamura u Oshima, Hiroshi Teshigahara es responsable de una valiosa trayectoria como realizador, cuyo punto más álgido se halla en esta tercera película, donde plasmaba en imágenes el alegórico relato homónimo de Kôbô Abe en torno a la insólita relación de aislamiento cívico, intimidad extrema y sensualidad intangible que se establece entre un entomólogo atrapado en una sima desértica y la misantrópica mujer que habita en el mismo. Esta sugestiva parábola fantástica y existencialista sobre el transcurrir del tiempo ante el doloroso advenimiento de la muerte, gozosamente influenciada por el surrealismo buñueliano, fue solventada con un vigor plástico y descriptivo de inusitado hipnotismo, que, a la postre, resultaría crucial para que la cinematografía nipona quebrantara su hermetismo estilístico en beneficio de una necesaria búsqueda hacia nuevas corrientes expresivas. Eiji Okada y Kyôko Kishida firmaron una auténtica exhibición de firmeza y densidad dramática.

Otras películas relacionadas con la ENTOMOLOGÍA

Erotikon – Mauritz Stiller (1920)
El baile – Edgar Neville (1959)
Sucesos en la cuarta fase – Saul Bass (1974)