René Clair

AGUDEZA (Un sombrero de paja de Italia)

Aptitud que se tiene, para captar, a través de la razón o los sentidos, los detalles menos perceptibles de las cosas o situaciones, de modo rápido y certero. Podemos hablar de agudeza sensorial (especialmente referida a la vista y al oído) y de agudeza mental. (deconceptos.com)

“La agudeza consiste en saber la semejanza de las cosas diferentes, y la diferencia de las cosas semejantes”
Madame de Staël (1766-1817) Escritora suiza

UN SOMBRERO DE PAJA DE ITALIA (Un chapeau de paille d’Italie) – 1928

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Director René Clair
Guion René Clair
Fotografía Nikolas Roudakoff y Maurice Desfassiaux
Producción Films Albatros
Nacionalidad Francia
Duración 112m. B/N
Reparto Albert Préjean, Geymond Vital, Olga Tschechowa, Paul Ollivier, Jim Gérald, Alex Alin, Alice Tissot, Marise Maia.

«¡Madame es una mujer casada! No puede volver a casa sin un sombrero exactamente igual. ¡Debe encontrarlo!»

René Clair dio comienzo a su estimulante obra satírica con esta bulliciosa e ingrávida comedia de enredo, que ponía a prueba la agudeza visual del espectador al describir como un novio, en el mismo día de su boda, se ve obligado a buscar un determinado sombrero de paja por todo París, con el apremiante propósito de impedir que se destape la adúltera relación que una dama mantiene con un petimetre teniente de lanceros. En su primera película con argumento ajeno, el ingenioso cineasta soslayaba el origen teatral de este armonioso y coreográfico retrato costumbrista, sustentado tanto en su raudo y persistente ritmo narrativo como en una astuta distribución de los gags. Basada en una homónima pieza vodevilesca de Eugène Labiche y Marc Michel, posteriormente versionada por Maurice Cammage (1944), Oldrich Lipsky (1971) y Leonid Kvinikhidze (1974), deparaba una perspicaz, chispeante y desenfrenada caricatura de la relamida burguesía francesa del momento, segunda fracción del siglo XIX, embellecida por un fastuoso diseño de producción y vestuario.

Otras comedias que ponen a prueba la AGUDEZA visual del espectador

Las vacaciones del señor Hulot – Jacques Tati (1953)
Uno, dos, tres – Billy Wilder (1961)
Zelig – Woody Allen (1983)

FORDISMO (Viva la libertad)

Modo de producción caracterizado por hacer que la misma se realice en serie o en cadena. Su nombre deriva de uno de sus progenitores ideológicos, Henry Ford. El fordismo significó una verdadera revolución en lo que respecta a productividad y en el acceso a un mercado de masas gracias al recorte de costos logrado. Fue empleado prioritariamente en la industria automotriz durante el siglo XX, más específicamente desde los años cuarenta hasta los setenta. Además de estas mejoras en lo que respecta a la productividad y reducción de costos, el fordismo se caracterizó por una mejora salarial hacia los obreros, que se vieron beneficiados financieramente de un modo significativo. (definicion.mx)

«Si el fordismo había incorporado, y transcripto a su modo, algunos aspectos de la experiencia socialista, el postfordismo ha destituido de fundamento tanto al keynesianismo como al socialismo»
Paolo Virno (1952-) Filósofo y semiólogo italiano de orientación marxista

VIVA LA LIBERTAD (À nous la liberté) – 1931

Director René Clair
Guion René Clair
Producción Tobis
Fotografía Georges Périnal
Música Georges Auric
Nacionalidad Francia
Reparto Raymond Cordy, Henri Marchand, Rolla France, Paul Olivier, André Michaud, Germaine Aussey, Léon Morin, William Burke.

«Trabajar es obligatorio. Porque el trabajo es la libertad»

René Clair perseveró en el enfrentamiento entre la obligación y la bohemia individualista para crear esta incisiva farsa social, incluida entre las obras más importantes de su carrera, en torno a la amistad que nutren dos expresidiarios, años después de haberse fugado de la cárcel: uno de ellos convertido en vagabundo, el otro asentado como respetable comerciante de gramófonos. A pesar de no profundizar excesivamente en su enfoque anarquista, el realizador galo consiguió una hábil crítica de la civilización industrial y la despersonalización del trabajo racionalizado a consecuencia del sistema de producción en cadena, o fordismo, narrada en clave de opereta por medio de una fluidez expresiva de portentosa inventiva. En su momento, la cinta no obtuvo la aceptación popular que merecía por sus incuestionables virtudes, pero sirvió de inspiración para la maravillosa TIEMPOS MODERNOS (1936), hasta el punto de que la Tobis intentó emprender una querella por plagio que el propio Clair evitó alegando que se trataba de un orgullo para él que Chaplin se hubiese simplemente percatado de la existencia de su película.

Otras películas que tratan el FORDISMO o modelo de producción en cadena

La clase obrera va al paraíso – Elio Petri (1971)
La chica de la fabrica de cerillas – Aki Kaurismäki (1990)
Recursos humanos – Laurent Cantet (1999)

CHAQUETA (El millón)

Prenda de vestir que cubre el cuerpo hasta más abajo de la cadera, con mangas, abierta por delante y generalmente ajustada al cuerpo; suele llevarse sobre otras prendas como prenda de abrigo. (google.com)

“Teníamos un pacto de muerte. Tengo que llevar a cabo mi parte del trato. Por favor, enterradme cerca de mi nena, con mi chaqueta de cuero, mis vaqueros y mis botas de motorista. Adiós”
Sid Vicious (1957-1979) Bajista del grupo Sex Pistols

EL MILLÓN (Le million) – 1931

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Director René Clair
Guion René Clair
Fotografía Georges Périnal y Georges Raulet
Música Armand Bernard, Philippe Parés y Georges Van Parys
Producción Tobis
Nacionalidad Francia
Duración 80m. B/N
Reparto Annabella, René Lefèvre, Vanda Gréville, Paul Olivier, Constantin Siroesco, Jean-Louis Allibert, Raymond Cordy, Odette Talazac.

«Entonces digamos amigos que son inteligentes aquellos que no tienen un centavo. Creeremos lo que dicen cuando regalan todo su dinero»

A principios del sonoro, René Clair concibió las dos joyas más preciadas de su filmografía: una asombrosa sátira social sobre la deshumanización de la era industrial, VIVA LA LIBERTAD (1931) y esta inclasificable comedia musical, basada en una obra teatral de Georges Berr y Marcel Guillemand, donde, a través de una orientación coreográfica tan trepidante como caricaturesca, se describía la tenaz persecución a la que era sometida la chaqueta de un bohemio pintor, en cuyo bolsillo viaja un billete de lotería premiado. Esta brillante pantomima costumbrista, fundamentada en la construcción de un entorno populista y el aroma del clásico teatro de opereta, acabaría por ejercer una trascendental influencia estilística en realizadores como Lubitsch o Mamoulian, debido, principalmente, a su desenvuelta ironía y a la sorprendente e insólita utilización del sonido como indispensable señal de su desenfrenado ritmo narrativo. Cabe destacar, además, la estilizada decoración de Lazare Meerson, la sorprendente fotografía del binomio Périnal/Raulet y un eficaz trabajo de todo el equipo actoral.

Otras películas donde una CHAQUETA adquiere un manifiesto protagonismo

Salvaje – László Benedek (1953)
Corazón salvaje – David Lynch (1990)
The jacket – John Maybury (2005)

BUHARDILLA (Bajo los techos de París)

1. Ventana que sobresale verticalmente en el tejado de una casa que sirve para dar luz o para salir al tejado.
2. Parte más alta de una casa, inmediata al tejado, que generalmente tiene el techo inclinado; se utiliza como vivienda, habitación o para guardar cosas que no se usan habitualmente.
(google.es)

“Pero la vida de ella era fría como una buhardilla, con tragaluz al norte y donde el hastío, araña silenciosa, tejía su tela en la penumbra por todos los rincones de su corazón” (novela Madame Bovary)
Gustave Flaubert (1821-1880) Escritor francés

BAJO LOS TECHOS DE PARÍS (Sous les toits de París) – 1930

Director René Clair
Guion René Clair
Fotografía Georges Périnal y Georges Raulet
Música Raoul Moretti y René Nazelles
Producción Tobis
Nacionalidad Francia
Duración 96m. B/N
Reparto Albert Préjean, Pola Illéry, Gaston Modot, Bill Bocket, Edmond T. Gréville, Raymond Aimos, Paul Ollivier, Thomy Bourdelle.
* Raoul Moretti – C’est pas comme ça

«¿No te diste cuenta de que era una broma? Jamás me importó nada Pola. Adelante, bésala»

Sin poder eludir la entonces redundante moda del musical, pero haciendo gala de su solemne y prodigioso talento como realizador, René Clair concibió este sublime romance popular que sirvió para incorporar la flamante técnica del sonido a la cinematografía francesa, y, de paso, inaugurar la etapa más fructífera y creativa de su filmografía. Las palmarias virtudes de esta trivial e intimista historia sobre la rivalidad amorosa por una joven inmigrante polaca residían en una ambientación excitadamente realista, fruto de la encantadora reconstrucción en estudio que Lazare Meerson hizo de los pintorescos y populacheros suburbios de Montmartre y la vigorosa, delicada e irónica dirección del cineasta galo, surtida de encuadres de una gran exactitud, espectaculares travellings verticales y abundantes detalles expresivos, propios de una eficacia descriptiva inusitada. Francia no supo apreciar la evidente calidad de este largometraje de pegadiza música y diálogos intrascendentes hasta su meritorio triunfo en Berlín, convirtiéndose a partir de entonces en un imponente éxito a nivel mundial.

Otras películas con protagonismo de una BUHARDILLA

El séptimo cielo – Frank Borzage (1927)
El diario de Ana Frank – George Stevens (1959)
Fugitivos en la noche – Roberto Rossellini (1960)

REENCARNACIÓN (Me casé con una bruja)

Creencia consistente en que la esencia individual de las personas (ya sea mente, alma, conciencia o energía) adopta un cuerpo material no solo una vez sino varias según va muriendo (…) La creencia en la reencarnación ha estado presente en toda la humanidad desde la antigüedad, en la mayoría de las religiones orientales, como el hinduismo, el budismo y el taoísmo, y también en algunas religiones africanas y tribales de América y Oceanía. En la historia de la humanidad, la creencia de que una persona fallecida volverá a vivir o aparecer con otro cuerpo (con una personalidad generalmente más evolucionada) ha sobrevivido incluso dentro de las religiones judeocristianas (cristianismo, judaísmo e islamismo). Son prácticamente las únicas que no la contemplan, pero han permanecido bajo la forma de diversas herejías y posturas no oficiales. (Wikipedia)

“Si crees en la reencarnación, no te rías de la fealdad del sapo”
Roberto Fontanarrosa (1944-2007) Humorista gráfico y escritor argentino

ME CASÉ CON UNA BRUJA (I married a witch) – 1942

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Director René Clair
Guion Robert Pirosh y Marc Connelly
Fotografía Ted Tetzlaff
Música Roy Webb
Producción United Artists
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 79m. B/N
Reparto Fredric March, Veronica Lake, Robert Benchley, Susan Hayward, Cecil Kellaway, Elizabeth Patterson, Robert Warwick.

«Sería bonito tener labios. Labios para susurrar mentiras. Labios para besar a un hombre y hacerle sufrir. Padre, ¿por qué no puedo tener labios, ni ojos, ni cabellos…?»

Simpática e ingeniosa comedia romántica, basada en la novela The passionate witch de Thorne Smith y producida por el gran Preston Sturges, que constituye la mejor de las cinco películas que René Clair rodó durante la Segunda Guerra Mundial en Estados Unidos, es decir, en el país que lo acogió tras una provisoria estancia en el Reino Unido. Aunque en esta etapa hollywoodiense resulta difícil identificar la profusa distinción imaginativa del creador francés, es precisamente en este ingenuo cuento fantástico donde afloran con mayor constancia algunas de las marcas de fábrica que lo encumbraron como uno de los más agudos e irónicos cronistas de lo cotidiano, como su desparpajo para incorporar en su comicidad temas de carácter ilusorio, la inventiva de ciertas soluciones visuales o argumentales (como el portentoso triple prólogo inicial) o su marcada predisposición a confeccionar planos-secuencia. Por otro lado, el film impulsó definitivamente a Veronica Lake como fugaz estrella popular, gracias a su papel de cautivadora reencarnación de una bruja del S. XVII, enamorada del descendiente del hombre que la condenó a la hoguera.

Otras películas donde se trata el tema de la REENCARNACIÓN

Las dos vidas de Audrey Rose – Robert Wise (1977)
Pequeño Buda – Bernardo Bertolucci (1993)
No te mueras sin decirme adónde vas – Eliseo Subiela (1995)