Marcel Dalio

PUÑETAZO (La taberna del irlandés)

Golpe que se inflige con el puño cerrado, golpeando, generalmente a otra persona, con la intención de defensa o ataque. (Wikipedia)

“Si el libro que leemos no nos despierta de un puñetazo en el cráneo, ¿para qué leerlo?… Un libro tiene que ser un hacha que rompa el mar de hielo que llevamos dentro”
Franz Kafka (1883-1924) Escritor praguense de origen judío

LA TABERNA DEL IRLANDÉS (Donovan’s reef) – 1963

taberna

Director John Ford
Guion Frank Nugent y James Edward Grant
Fotografía William H. Clothier
Música Cyril Mockridge
Producción Paramount
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 108m. Color
Reparto John Wayne, Lee Marvin, Jack Warden, Elizabeth Allen, Marcel Dalio, Dick Foran, César Romero, Dorothy Lamour, Mike Mazurki.

«Una boda es una cosa seria (…) De ahora en adelante seré yo quien imponga la paz en la familia»

John Ford y John Wayne cerraron su intensa colaboración artística, que perduró casi veinticinco años y alumbró más de una docena de obras maestras, con esta exótica comedia localizada en unas paradisíacas islas de la Polinesia e inspirada en un relato de Edmund Beloin, que describía cómo la plácida y dichosa vida de unos exmarineros norteamericanos allí instalados era fugazmente alterada ante la llegada desde Boston de la hija de uno de ellos, cuyo objetivo era constatar la conducta inmoral de su padre para así excluirlo de un suculento legado naviero. Si bien la cinta no figura (ni de lejos) entre los títulos mayores de su autor, constituye un placentero ejemplo de su incomparable talento narrativo, de su espíritu poético y contagiosamente optimista, y, sobre todo, de aquel satírico, integrador y particularísimo sentido del humor que persistía en encomiar el aspecto lúdico y vivificador del apego a la bebida o las peleas a puñetazos. Además de la desmesurada belleza y luminosidad que desprendían sus imágenes, presentaba un reparto excepcional y de lo más variopinto.

Otras películas donde se resuelven los conflictos a PUÑETAZO limpio

Le llamaban Trinidad – Enzo Barboni (1970)
Duro de pelar – James Fargo (1978)
El club de la lucha – David Fincher (1999)

CRUCERO (Los caballeros las prefieren rubias)

El término crucero posee múltiples significados, pero en la actualidad se acostumbra asociar la noción con el viaje recreativo que se realiza en barco y ofrece distintas escalas. Por lo general, estas travesías son actividades placenteras que se llevan a cabo en embarcaciones de lujo donde la atención es personalizada y los servicios, refinados y exclusivos. (definicion.de)

«Me gustan los cruceros porque, finalmente, terminan siendo más literarios que una playa paradisíaca. Si quieres buscar historias, nada mejor que una ciudad flotante»
Juan Pablo Meneses (1969-) Escritor, cronista y periodista chileno

LOS CABALLEROS LAS PREFIEREN RUBIAS (Gentlemen prefer blondes) – 1953

blondes

Director George Cukor
Guion Charles Lederer
Fotografía Harry J. Wild
Música Jule Styne y Leo Robin
Producción 20th. Century Fox
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 91m. Color
Reparto Jane Russell, Marilyn Monroe, Charles Coburn, Elliott Reid, George Winslow, Tommy Noonan, Marcel Dalio, Taylor Holmes.
* Marilyn Monroe – Diamonds are the girl’s best friends

«¿No comprende señor Esmond? Un hombre rico es como una chica guapa. No se casaría usted con alguien sólo por su belleza. Sin embargo, eso es un gran aliciente…»

Agradable comedia musical, basada en fragmentos de la novela homónima de Anita Loos y en la adaptación teatral que ella misma escribió junto a Joseph Fields, previamente trasladada al cine por Malcolm St.Clair en 1928, acerca de los antagónicos móviles de seducción esgrimidos por dos exuberantes coristas a lo largo de un crucero en transatlántico con destino a Francia. En su segunda y última incursión en el género musical, Howard Hawks, versado cronista del enfrentamiento de sexos, dotó de agilidad y glamour el citado contraste entre la predilección de la bailarina morena por la hombría musculada, expuesta en el insinuante número Ain’t there anyone here for love?, con la libidinosa e inocente prioridad materialista de su rubia compañera, refrendada en la canción Diamonds are the girl’s best friends, sin duda, uno de los emblemas del mito sexual del cine por excelencia. Diálogos ocurrentes y coreografías de singular belleza a cargo de Jack Cole, como When love goes down, nothing goes right, vivificaban el conjunto de este sarcástico y persuasivo compendio de anhelos sentimentales.

Otras películas ambientadas en un CRUCERO

Las tres noches de Eva – Preston Sturges (1941)
Tu y yo – Leo McCarey (1957)
Lunas de hiel – Roman Polanski (1992)

SOLIDARIDAD (La gran ilusión)

Aquel sentimiento o también considerado por muchos un valor, a través del cual las personas se sienten y reconocen unidas y compartiendo las mismas obligaciones, intereses e ideales y conformando además uno de los pilares fundamentales sobre los que se asienta la ética moderna. (definicionabc.com)

«La solidaridad no es un sentimiento superficial, es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común, es decir, el bien de todos y cada uno para que todos seamos realmente responsables de todos»
Juan Pablo II (1920-2005) Papa de la Iglesia Católica

LA GRAN ILUSIÓN (La grande illusion) – 1937

grande

Director Jean Renoir
Guion Jean Renoir y Charles Spaak
Fotografía Christian Matras y Claude Renoir
Música Joseph Kosma
Producción Les Réalisations d’Art Cinématographique
Nacionalidad Francia
Duración 114m. B/N
Reparto Jean Gabin, Pierre Fresnay, Marcel Dalio, Gaston Modot, Jean Dasté, Dita Parlo, Erich Von Stroheim, Jacques Becker, Julien Carrette.

«Las fronteras las pone el hombre, pero a la naturaleza le da igual»

Una de las indiscutibles obras maestras del cine francés de todos los tiempos la hallamos en este apasionado alegato pacifista, prohibido durante la ocupación alemana en Francia por sus eficaces virtudes humanistas, que desde una supuesta ligereza abría un abanico de instintos y comportamientos vinculados a la superfluidad del conflicto bélico, como el sentimiento de solidaridad y tolerancia que aflora más allá de cualquier distinción de clase, raza, creencia o nación. La odisea que dos oficiales franceses viven en el ocaso de la Gran Guerra entre el campo de prisioneros de Hallback, la fortaleza de Winstersborn morada por un melancólico y distinguido comandante germano (mítica creación del desterrado Erich Von Stroheim) y el paisaje montañoso níveo, desgarrado y afectivo que circunscribe su huida deviene un verdadero canto a la libertad, cuya profunda intensidad emocional toleraba con holgura su marcado idealismo y sus precisos matices poéticos. La película contiene escenas absolutamente memorables, entre las que destacan el motín musical organizado por los reclusos con fines evasivos o la conmovedora despedida de la cabaña.

Otras películas sobre la SOLIDARIDAD

Las uvas de la ira – John Ford (1940)
¡Qué bello es vivir! – Frank Capra (1946)
Un lugar en el mundo – Adolfo Aristarain (1992)