Pierre Fresnay

RECELO (El cuervo)

Sospecha o falta de confianza hacia una persona por suponer que oculta malas intenciones o hacia una cosa por suponer que conlleva algún peligro. (google.es)

«Son la salsa de la farsa. El meollo, del mal rollo. La mecha de la sospecha. La llama de la jindama. Son el alma de la alarma, del recelo y del canguelo. Los chulapos del gazapo. Los macarras de la moral» (canción Los macarras de la moral)
Joan Manuel Serrat (1943-) Cantautor, compositor, actor, escritor, poeta y músico español.

EL CUERVO (Le corbeau) – 1943

Director Henri-Georges Clouzot
Guion Henri-Georges Clouzot y Louis Chavance
Fotografía Nicolas Hayer
Música Tony Aubin
Nacionalidad Francia/ Alemania
Duración 92m. B/N
Reparto Pierre Fresnay, Ginette Leclerc, Pierre Larquey, Noël Requevert, Bernard Lancret, Micheline Francey, Hélène Manson, Sylvie.

«¿Crees que hay gente que es sólo buena o sólo mala? ¿Piensas que lo bueno representa la luz y lo malo la oscuridad? Pero, ¿cuándo acaba la noche y empieza el día? ¿Dónde está la frontera? ¿Puedes tú afirmar con completa seguridad en qué lado te encuentras?»

Una de las más sobresalientes, representativas y, sin duda, controvertidas producciones francesas surgidas durante el período de ocupación nazi, basada en un caso verídico (el denominado proceso de Tulle), que, en 1951, originaría otra nueva y sugerente versión firmada por Otto Preminger bajo el título CARTAS ENVENENADAS. Clouzot aplicó su escepticismo fustigador y revolucionario a una intriga policíaca de marcado carácter costumbrista, que recreaba a la perfección el clima de sordidez, recelo y paranoia que predomina en la pequeña localidad de St.Robin ante los amenazadores anónimos recibidos por los ciudadanos más influyentes de la misma. Este certero y punzante análisis psicológico, puntuado con reminiscencias plásticas expresionistas y favorecido por un loable quehacer interpretativo, escandalizó a los sectores más retrógrados y nacionalistas del país por el supuesto tono antipatriótico de su discurso, repercutiendo de forma negativa en la trayectoria de su autor, que, acusado de colaboracionismo con el enemigo, fue apartado de su profesión durante los tres siguientes años.

Otras intrigas cinematográficas dominadas por el RECELO

Diez negritos – René Clair (1945)
El tesoro de Sierra Madre – John Huston (1948)
Atrapa un ladrón – Alfred Hitchcock (1955)

SOLIDARIDAD (La gran ilusión)

Aquel sentimiento o también considerado por muchos un valor, a través del cual las personas se sienten y reconocen unidas y compartiendo las mismas obligaciones, intereses e ideales y conformando además uno de los pilares fundamentales sobre los que se asienta la ética moderna. (definicionabc.com)

«La solidaridad no es un sentimiento superficial, es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común, es decir, el bien de todos y cada uno para que todos seamos realmente responsables de todos»
Juan Pablo II (1920-2005) Papa de la Iglesia Católica

LA GRAN ILUSIÓN (La grande illusion) – 1937

grande

Director Jean Renoir
Guion Jean Renoir y Charles Spaak
Fotografía Christian Matras y Claude Renoir
Música Joseph Kosma
Producción Les Réalisations d’Art Cinématographique
Nacionalidad Francia
Duración 114m. B/N
Reparto Jean Gabin, Pierre Fresnay, Marcel Dalio, Gaston Modot, Jean Dasté, Dita Parlo, Erich Von Stroheim, Jacques Becker, Julien Carrette.

«Las fronteras las pone el hombre, pero a la naturaleza le da igual»

Una de las indiscutibles obras maestras del cine francés de todos los tiempos la hallamos en este apasionado alegato pacifista, prohibido durante la ocupación alemana en Francia por sus eficaces virtudes humanistas, que desde una supuesta ligereza abría un abanico de instintos y comportamientos vinculados a la superfluidad del conflicto bélico, como el sentimiento de solidaridad y tolerancia que aflora más allá de cualquier distinción de clase, raza, creencia o nación. La odisea que dos oficiales franceses viven en el ocaso de la Gran Guerra entre el campo de prisioneros de Hallback, la fortaleza de Winstersborn morada por un melancólico y distinguido comandante germano (mítica creación del desterrado Erich Von Stroheim) y el paisaje montañoso níveo, desgarrado y afectivo que circunscribe su huida deviene un verdadero canto a la libertad, cuya profunda intensidad emocional toleraba con holgura su marcado idealismo y sus precisos matices poéticos. La película contiene escenas absolutamente memorables, entre las que destacan el motín musical organizado por los reclusos con fines evasivos o la conmovedora despedida de la cabaña.

Otras películas sobre la SOLIDARIDAD

Las uvas de la ira – John Ford (1940)
¡Qué bello es vivir! – Frank Capra (1946)
Un lugar en el mundo – Adolfo Aristarain (1992)