Erich Von Stroheim

ESCRÚPULO (Corazón olvidado)

Duda o recelo inquietantes para la conciencia sobre si algo es bueno o se debe hacer desde un punto de vista moral. (google.com)
Cuando alguien actúa sin escrúpulos, lo hace sin preocuparse por su conciencia o sin tomar en cuenta los criterios que socialmente se consideran buenos o correctos. (definicion.de)

«Para nosotros libertad es tener servicios públicos de calidad y no ser explotados para que cerdos sin escrúpulos vivan entre lujos»
Pablo Hasél (1988-) Rapero español

CORAZÓN OLVIDADO (Blind husbands) – 1919

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Director Erich von Stroheim
Guion Erich von Stroheim
Fotografía Ben Reynolds
Producción Universal
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 68m. B/N
Reparto Erich von Stroheim, Gibson Gowland, Sam De Grasse, Francelia Billington, Fay Holderness, Ruby Kendrick, Jack Perrin.

«Esta maravillosa noche es nuestra, tuya y mía, y hasta la luna menguante parece darnos su bendición»

Después de trabajar como figurante, actor, e incluso ayudante de D.W. Griffith, desde su llegada a Hollywood en 1914, von Stroheim se las ingenió para que Carl Laemmle diera luz verde a su propuesta de dirigir y protagonizar un guion propio titulado The Pinnacle, que prefiguraba con sofisticación expresiva e inusitada audacia erótica los contenidos y obsesiones que desarrollaría en su escueta, conflictiva pero genial trayectoria como realizador. Ambientada en la pequeña localidad de Cortina d’Ampezzo, en plenos Alpes Dolomitas, narraba con encomiable impronta naturalista la infame, repulsiva y aciaga porfía en obtener los favores de la desatendida esposa de un cirujano estadounidense por parte de un oficial de caballería austriaco altivo y faldero sin escrúpulos. La voluptuosidad dramática y la tensión psicológica con la que se manifestaban los impulsos lascivos y los anhelos reprimidos de sus protagonistas propició una sensacional acogida crítica y comercial, insólita hasta entonces en una ópera prima, que compensó su cuantioso coste final de cien mil dólares sobre los cinco mil cifrados en el presupuesto inicial.

Otras películas protagonizadas por un personaje SIN ESCRÚPULOS

Perdición – Billy Wilder (1944)
Eva al desnudo – Joseph L. Mankiewicz (1950)
Nightcrawler – Dan Gilroy (2014)

BAJADA (El crepúsculo de los dioses)

Trayecto desde una posición elevada a otra más baja. (google.com)

«Del brazo tuyo he bajado por lo menos un millón de escaleras y ahora que no estás, cada escalón es un vacío. También así de breve fue nuestro largo viaje» (Poema 5)
Eugenio Montale (1896-1981) Poeta, ensayista y crítico de música italiano

EL CREPÚSCULO DE LOS DIOSES (Sunset Boulevard) – 1950

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Director Billy Wilder
Guion Billy Wilder, Charles Brackett y D.M. Marshman
Fotografía John F. Seitz
Música Franz Waxman
Producción Paramount
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 110m. B/N
Reparto William Holden, Gloria Swanson, Erich von Stroheim, Nancy Olson, Lloyd Gough, Jack Webb, Fred Clark, Cecil B. De Mille, Buster Keaton.

«No saben cuánto los he echado de menos. Y prometo no volver a abandonarles, porque después de ‘Salomé’ haremos otra película, y después otra. Esta es mi vida, siempre lo será. No hay nada más, sólo nosotros, las cámaras, y toda esa gente maravillosa en la oscuridad. Sr. De Mille, estoy preparada para mi primer plano»

Perseguido por sus acreedores, un frustrado y ambicioso guionista opta por refugiarse en una vieja mansión de Sunset Boulevard habitada por una arrogante y excéntrica estrella del cine mudo, que lo acogerá como amante y le encargará reescribir el libreto que ha de significar su retorno a la gran pantalla. A partir de este ácido planteamiento argumental, narrado en flashback por la voz en off del difunto protagonista (cuyo cadáver aparece flotando en la piscina al inicio del film), Billy Wilder hurgaba en la oscura trastienda del mundo del cine para perpetrar la más cruel, cínica y pesimista disección que Hollywood se ha hecho jamás a sí mismo. Un melodrama sublime, de una insólita audacia narrativa y un poderoso barroquismo visual, colmado de instantes tan turbadores como glamourosos, entre ellos, el nostálgico homenaje a LA REINA KELLY, inacabada obra maestra que su protagonista interpretó a las órdenes de Erich Von Stroheim (aquí en la piel de mayordomo, exmarido y otrora director de la actriz) o una antológica bajada final por las escaleras que simbolizaba un descenso hacia las tinieblas de la insania, el olvido y la marginación.

Otras películas que contienen una sofisticada BAJADA de escaleras

Picnic – Joshua Logan (1955)
Una cara con ángel – Stanley Donen (1957)
Joker – Todd Phillips (2019)

DECADENCIA (La marcha nupcial)

Fase de colapso social en que se produce un quiebre tanto de la cultura y las instituciones civiles como de otras características propias de una sociedad (valores, costumbres), para cambiar o transformarse en algo nuevo. En general, se habla de decadencia en referencia al deterioro o descuido de una cosa, en la cual el descuido o el paso del tiempo van causando estragos. (significados.com)

“Los hombres y pueblos en decadencia viven acordándose de dónde vienen; los hombres geniales y pueblos fuertes solo necesitan saber a dónde van”
José Ingenieros (1877-1925) Médico, psiquiatra, criminólogo, farmacéutico, escritor, docente, filósofo y sociólogo ítalo-argentino

LA MARCHA NUPCIAL (The wedding march) – 1928

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Director Erich Von Stroheim
Guion Erich Von Stroheim y Harry Carr
Fotografía Hal Mohr, William McGann, Harry Thorpe y Roy Klaffki
Música John S. Zamecnik
Producción Paramount/Famous Lasky Corporation
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 119m. B/N
Reparto Erich Von Stroheim, Fay Wray, Zasu Pitts, Matthew Betz, George Fawcett, Maude George, Dale Fuller, George Nichols, Hughie Mack.

«Deja el póquer y a tus carísimas amiguitas, ¡o cásate por dinero!»

Puliendo su alambicado barroquismo con una mayor atención por la psicología de los personajes y las relaciones con su entorno, Erich Von Stroheim persistió en esgrimir su hiperbólico retrato de la decadencia de la aristocracia vienesa como pretexto para ensamblar estigmas humanos tan capitalmente pecaminosos como la envidia, la codicia o la lujuria dentro de una casi inconciliable atmósfera de sensual melancolía. Así pues, en esta imposible historia de amor entre una humilde provinciana y un díscolo príncipe arruinado, que los productores amputaron y dividieron en dos partes (aunque su autor acabó logrando que su hoy desaparecida continuación, ‘La luna de miel’, jamás se estrenara en América), convivían pasajes románticos de un desmesurado lirismo floral con virulentas y confabuladoras escenas de desenfreno lascivo, una marcha castrense fotografiada en un experimental sistema bicromático o una ceremonia nupcial tormentosamente fetichista, básica para refrendar la sórdida potestad del aliciente económico sobre el amor idealista. Extraordinarios decorados de Richard Day.

Otras películas ambientadas en un entorno de DECADENCIA moral

Quo Vadis – Mervyn Leroy (1951)
La Dolce Vita – Federico Fellini (1960)
Antes que el diablo sepa que has muerto – Sidney Lumet (2007)

TACAÑERÍA (Avaricia)

Mezquindad, inclinación a realizar los menores gastos posibles. (Espasa-Calpe)

“El ahorro excesivo declina rápidamente hacia la tacañería, cayendo en la exageración de reputar superfluo hasta lo necesario”
Santiago Ramón y Cajal (1852-1934) Médico español

AVARICIA (Greed) – 1924

Director Erich Von Stroheim
Guion Erich Von Stroheim
Fotografía William H. Daniels y Ben F. Reynolds
Producción Metro Goldwyn Mayer
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 140m. B/N
Reparto Zasu Pitts, Gibson Gowland, Jean Hersholt, Chester Conklin, Florence Gibson, Tempe Pigott, Günther von Ritzau, Sylvia Ashton.

«Te veré morir de hambre antes de que obtengas otro centavo… ¡de mi dinero!»

Probablemente el mejor ejemplo de la cruda y sarcástica amoralidad cinematográfica cultivada por Erich Von Stroheim lo encontremos en esta adaptación de la novela naturalista McTeague de Frank Norris, a su vez, inspirada en unos hechos criminales acontecidos a principios de la década de 1880, donde se narraban las sórdidas relaciones entre un dudoso odontólogo asentado en San Francisco, su tacaña esposa y el primo y ex pretendiente de ésta. Cercenada en más de seis horas respecto a su titánico metraje original y vilipendiada por la crítica americana del momento, que la llegó a considerar como un producto impúdico y hasta putrefacto, representa hoy en día la cumbre del sofisticado e innovador talento artístico del cineasta vienés (al que se le imputan hallazgos expresivos como el uso de la profundidad de campo) y de la casi enfermiza exactitud realista con la que solía moldear sus trabajos, patente en escenas tan absorbentes y perturbadoras como el beso en el consultorio, el revolcón sensual de Trina en la cama con su dinero o el amargo y trágico epílogo en el Valle de la Muerte, por cierto, rodado en pleno verano a más de cincuenta grados de temperatura.

Otras películas donde emerge el defecto de la TACAÑERÍA

Cuento de Navidad – Brian Desmond Hurst (1951)
Los amantes crucificados – Kenji Mizoguchi (1954)
Intento de asesinato – Shôhei Imamura (1964)

HOMÚNCULO (Muñecos infernales)

Diminutivo del doble de un humano y se usa frecuentemente para ilustrar el misterio de un proceso importante en alquimia. En el sentido hermético es un actor primordial incognoscible, puede ser visto como una entidad o agente. (Wikipedia)
Diminuto ser creado artificialmente en un laboratorio. La creación de estos seres se produce a través de un ritual en el que se necesita material genético del creador, normalmente sangre y algún trozo de piel, que se mezclan con una poción especial a base de arcilla, cenizas, raíces de mandrágora y agua de manantial. El resultado es un clon idéntico en forma al creador, pero de unos 8 centímetros de altura. (seresmitologicos.net)

«No es mediocre el planeta en que he nacido. No soy el desvalido ni, peor, el homúnculo soberbio, sólo exquisito nervio, que remontando a una ilusoria altura, fracasa en la magnífica aventura»
Jorge Guillén (1893-1984) Poeta y crítico literario español

MUÑECOS INFERNALES (The devil-doll) – 1936

Director Tod Browning
Guión Garrett Ford, Guy Endore y Erich Von Stroheim
Fotografía Leonard Smith
Música Franz Waxman
Producción Metro Goldwyn Mayer
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 79m. B/N
Reparto Lionel Barrymore, Maureen O’Sullivan, Frank Lawton, Robert Greig, Arthur Hohl, Henry B. Walthall, Rafaella Ottiano, Lucy Beamont.

«Hace millones de años las criaturas que vagaban por este mundo eran gigantescas. A medida que se multiplicaban, la tierra ya no podía producir suficiente alimento. Piense en ello, Lavond: cada ser viviente reducido a una sexta de su tamaño. Una sexta parte de su necesidad física»

La última gran aportación al género fantástico de Tod Browning fue esta adaptación libre de la novela Burn, witch, burn de Abraham Merritt, que, aún hoy en día, sigue impresionando por su inquietante belleza o su aliento de rabiosa poesía y romanticismo. El argumento de esta arcana e iconoclasta joya de lo macabro, aderezada con no pocos ingredientes folletinescos, giraba en torno al tétrico plan de venganza que urdía un fugitivo tras estar injustamente encarcelado en la Isla del Diablo, consistente en sacar partido a una monstruosa fórmula de magia negra que permitía reducir el tamaño de los seres humanos hasta convertirlos en diminutos muñecos, dispuestos a acatar sus malévolas instrucciones. Beneficiada por unos trucajes asombrosos y por la versatilidad interpretativa de Lionel Barrymore (inmejorable en su caracterización de una anciana aparentemente inofensiva), se amparaba en una atmósfera sofocante pero no exenta de humor para satirizar sobre las apariencias y la antítesis de sentimientos, que, en infinidad de ocasiones, acaba manifestándose en el subconsciente humano.

Otras películas donde aparecen HOMÚNCULOS

La novia de Frankenstein – James Whale (1935)
Dr. Cyclops – Ernest B. Schoedsack (1940)
El viaje fantástico de Simbad – Gordon Hessler (1974)