Erich Von Stroheim

MALDITISMO (La reina Kelly)

Condición de maldito (que va contra las normas establecidas). (RAE)
Se engloba bajo este concepto a todos los escritores considerados como una amenaza para la moral de su época porque escriben sobre temas que se tienen por obscenos, blasfemos o que hacen apología del mal, pero a menudo suelen ser los renovadores del lenguaje, las costumbres y la cultura en general. (trazegnies.arrakis.es)

«Desde el comienzo, la cinta estuvo rodeada de un halo de malditismo que perdura más de cuarenta años después: accidentes, muertes extrañas, sucesos inexplicables… Y todo mucho antes de que se hicieran las actuales campañas de marketing en este sentido. ¿Realidad o leyenda?» (sobre El exorcista)
Nacho López Llandres (1981-) Periodista español

LA REINA KELLY (Queen Kelly) – 1929

Director Erich Von Stroheim
Guion Erich Von Stroheim
Fotografía Paul Ivano y Gordon Pollock
Música Adolf Tandler
Producción Gloria Swanson Pictures
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 101m. B/N
Reparto Gloria Swanson, Walter Byron, Seena Owen, Sidney Bracey, Tully Marshall, Wilhelm von Brincken, Sylvia Ashton, Wilson Benge.

La amenazante llegada del sonoro, unida a la incompatibilidad profesional entre el excesivo realizador y Gloria Swanson, que protagonizaba y producía la película con el capital de su amante y futuro político Joseph R. Kennedy, acabaron por abortar esta imaginable obra maestra y, lo que es mucho peor, terminaron por hundir la carrera de uno de los más desmesurados e intransigentes creadores de la historia del cine. Aunque en su momento, contradiciendo el deseo del cineasta, se distribuyera por Europa con pésimos resultados un nefasto montaje del mutilado e inconcluso material, posteriores restauraciones han permitido inmortalizar su pasmosa brillantez y modernidad en la descripción feroz y provocadora de la depravación y vetustez de la alta sociedad europea, que se servía de la azarosa historia de amor entre una joven novicia huérfana y un veleidoso príncipe prometido con la monarca del imaginario reino de Kronberg para dar rienda suelta a las impúdicas obsesiones temáticas de su autor, poner a prueba su audaz hendidura psicológica y manifestar su imponente fuerza visual.

Otras películas rodeadas por un halo de MALDITISMO

El mundo sigue – Fernando Fernán Gómez (1963)
Cabeza borradora – David Lynch (1977)
Arrebato – Iván Zulueta (1980)

MONÓCULO (Esposas frívolas)

Tipo de lente correctiva usada para ajustar la visión en un solo ojo, que consiste en una luneta circular con aumento. En muchos casos está enmarcada en un anillo de alambre que posee una cadenilla o cordón que se sujeta a la ropa para evitar su pérdida. https://es.wikipedia.org/wiki/Mon%C3%B3culo

«Era un señor de monóculo con problema de vesícula y que tenía un forúnculo en un lugar muy ridículo»
Hugo Varela (1960-) Humorista, músico y cantautor argentino

ESPOSAS FRÍVOLAS (Foolish wives) – 1922

esposas

Director Erich Von Stroheim
Guión Erich Von Stroheim
Fotografía William H. Daniels y Ben F. Reynolds
Música Sigmund Romberg
Productora Universal
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 141m. B/N
Reparto Erich Von Stroheim, Mae Busch, Maud George, Rudolph Christians, Miss Dupont, Dale Fuller, Al Edmundsen, Cesare Gravina.

La consagración del primer realizador maldito de la historia del cine se produjo a raíz de este devastador retrato de la decadente y envilecida sociedad europea tras la Primera Guerra Mundial, enmarcado en un Montecarlo reconstruido con un obsesivo perfeccionismo decorativista, que describía con sardónico e inclemente apasionamiento la historia de adulterio entre la desatendida mujer de un diplomático estadounidense y un seudoaristócrata conde ruso sin un ápice de dignidad ni escrúpulos. A través de un perfecto dominio de la técnica cinematográfica, Stroheim construyó un delirante, provocador y visceral fresco de casi seis horas de metraje que por sus tremendos problemas con la censura acabaría siendo mutilado con implacable vehemencia, llegándose a eliminar escenas completas, que obviamente alteraron el conjunto final pero no consiguieron echar al traste la impresionante magnitud de su riqueza artística o su concepción alegórica, manifiesta de forma especial en momentos de antología como la borrascosa noche de amor en la cabaña o su fatídico desenlace.

Otras películas donde uno de sus protagonistas utiliza MONÓCULO

El monóculo negro – Georges Lautner (1961)
El príncipe y la corista – Laurence Olivier (1957)
Testigo de cargo – Billy Wilder (1957)

SOLIDARIDAD (La gran ilusión)

Aquel sentimiento o también considerado por muchos un valor, a través del cual las personas se sienten y reconocen unidas y compartiendo las mismas obligaciones, intereses e ideales y conformando además uno de los pilares fundamentales sobre los que se asienta la ética moderna. (definicionabc.com)

«La solidaridad no es un sentimiento superficial, es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común, es decir, el bien de todos y cada uno para que todos seamos realmente responsables de todos»
Juan Pablo II (1920-2005) Papa de la Iglesia Católica

LA GRAN ILUSIÓN (La grande illusion) – 1937

grande

Director Jean Renoir
Guion Jean Renoir y Charles Spaak
Fotografía Christian Matras y Claude Renoir
Música Joseph Kosma
Producción Les Réalisations d’Art Cinématographique
Nacionalidad Francia
Duración 114m. B/N
Reparto Jean Gabin, Pierre Fresnay, Marcel Dalio, Gaston Modot, Jean Dasté, Dita Parlo, Erich Von Stroheim, Jacques Becker, Julien Carrette.

«Las fronteras las pone el hombre, pero a la naturaleza le da igual»

Una de las indiscutibles obras maestras del cine francés de todos los tiempos la hallamos en este apasionado alegato pacifista, prohibido durante la ocupación alemana en Francia por sus eficaces virtudes humanistas, que desde una supuesta ligereza abría un abanico de instintos y comportamientos vinculados a la superfluidad del conflicto bélico, como el sentimiento de solidaridad y tolerancia que aflora más allá de cualquier distinción de clase, raza, creencia o nación. La odisea que dos oficiales franceses viven en el ocaso de la Gran Guerra entre el campo de prisioneros de Hallback, la fortaleza de Winstersborn morada por un melancólico y distinguido comandante germano (mítica creación del desterrado Erich Von Stroheim) y el paisaje montañoso níveo, desgarrado y afectivo que circunscribe su huida deviene un verdadero canto a la libertad, cuya profunda intensidad emocional toleraba con holgura su marcado idealismo y sus precisos matices poéticos. La película contiene escenas absolutamente memorables, entre las que destacan el motín musical organizado por los reclusos con fines evasivos o la conmovedora despedida de la cabaña.

Otras películas sobre la SOLIDARIDAD

Las uvas de la ira – John Ford (1940)
¡Qué bello es vivir! – Frank Capra (1946)
Un lugar en el mundo – Adolfo Aristarain (1992)