Arma blanca de dos filos que consiste básicamente en una hoja recta cortante, punzante —o con ambas características—, con empuñadura, y de cierta envergadura o marca (…) En un sentido más amplio, aunque a veces erróneo, se tiende a entender por espada cualquier arma blanca de cierta envergadura, independientemente del estilo de la hoja. El diseño y la construcción de la espada puede variar mucho, según la longitud de la hoja, su forma, sus filos, sus empuñaduras, gavilanes, su procedencia, etc. De acuerdo con las características que poseen, reciben una determinada denominación que identifica, clasifica y encuadra al arma dentro de un tipo particular. (Wikipedia)
“Cada hombre mata lo que ama: unos, con mirada cruel; otros, con palabras amorosas; el cobarde, con un beso, y el valiente, con la espada”
Oscar Wilde (1854-1900) Escritor, poeta y dramaturgo inglés
EXCALIBUR (Excalibur) – 1981
Director John Boorman
Guion John Boorman y Rospo Pallenberg
Fotografía Alex Thomson
Música Trevor Jones
Producción Orion/Warner Bros.
Nacionalidad Gran Bretaña/ Estados Unidos
Duración 140m. Color
Reparto Nigel Terry, Helen Mirren, Nicholas Clay, Gabriel Byrne, Nicol Williamson, Paul Geoffrey, Liam Neeson, Cheri Lunghi, Robert Addie.
«¡Frases! Las frases son para los amantes ¡Yo lo que quiero es una espada para ser rey!»
Tomando como base la novela La morte d’Arthur de Sir Thomas Malory, el relevante pero desigual John Boorman compuso esta ambiciosa recreación del célebre mito forjado en torno a los caballeros de la Mesa Redonda y su búsqueda del Santo Grial, desde los tiempos del reinado de Uther Pendragon hasta la batalla final contra el traidor Mordred. Para ello, dejó un poco de lado el misticismo y la heroicidad que identificaba este apólogo sobre el rencor y la codicia con el fin de profundizar más en su acepción esotérica y metafísica, evitando así no incurrir en los tópicos y rasgos estereotipados que siempre habían acompañado a las peripecias del mago Merlín, Perceval, Arturo de Cornwall, la reina Ginebra o Lancelot du Lac, entre otros. Sin la intención de subestimar su óptimo sentido de la narración, del que emerge una sugestiva utilización de la elipsis, la película fundamentaba su inapelable atractivo en una vigorizante y fascinadora concepción plástica, con una esmerada utilización de los paisajes irlandeses, y la perfecta conjunción de ésta con una magnífica banda sonora realzada con fragmentos wagnerianos o la gloriosa Carmina Burana de Carl Off.
Otras películas con protagonismo de una ESPADA
La espada del mal – Kihachi Okamoto (1966)
Conan, el destructor – Richard Fleischer (1984)
Tigre y dragón – Ang Lee (2000)