John Boorman

CANOA (Defensa)

Bote relativamente pequeño que se mueve con la fuerza humana. Las canoas son puntiagudas en ambos extremos y usualmente abiertas por la parte de arriba. Se mueve por medio del uso de palas cuyo número depende del tamaño de la embarcación. Los paleadores se encuentran de cara a la dirección deseada, ya sea sentados en soportes sobre el casco o hincados directamente en ella. (Wikipedia)

«Cuentan que era blanca y que amaba al río y que él la esperaba de tarde, a las cinco. Ella, una canoa, él, un verde río. Ella, de madera, él, de junco y brillo» (Poema de la canoa y el río)
Elsa Bornemann (1952-2013) Escritora argentina

DEFENSA (Deliverance) – 1972

Director John Boorman
Guión James Dickey
Fotografía Vilmos Zsigmond
Música Eric Weissberg
Producción Elmer/Warner Bros.
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 105m. Color
Reparto John Voight, Burt Reynolds, Ned Beatty, Ronny Cox, Bill McKinney, Ed Ramey, Billy Redden, Seamon Glass, Herbert Coward.

“A veces tienes que perderte a ti mismo antes de que puedas encontrar algo”

Cuatro amigos de Atlanta de dispares caracteres emprenden una excursión a los Montes Apalaches para despedirse de un bello paraje sobre el que van a construir una presa y bajar en canoa por el (ficticio) río Cahulawassee, desconociendo que la jornada transmutará en una desasosegante pesadilla capaz de poner a prueba su instinto de supervivencia y trastocar para siempre su acomodada autocomplacencia urbanita. Este irracional enfrentamiento del hombre moderno con el cariz más agreste, hostil y tramposo de la naturaleza, dimanado de la novela homónima de James Dickey, deparó una de las mejores películas del irregular Boorman en cuanto a ritmo narrativo, tratamiento visual, dirección de actores e intríngulis alegórico se refiere. En su momento causó verdadera conmoción por proyectar un tratamiento de la violencia extremadamente feroz; tal y como se evidencia en una brutal escena de sodomía, fehaciente clímax dramático de la función y su instante más rememorado junto a un indeleble duelo de banjos que ascendió con celeridad al pedestal del «hit parade» norteamericano.

Otras películas que contienen el descenso de un río en CANOA

Paso al noroeste – King Vidor (1940)
Los muertos – Lisandro Alonso (2004)
Hacia rutas salvajes – Sean Penn (2007)

ESPADA (Excalibur)

Arma blanca de dos filos que consiste básicamente en una hoja recta cortante, punzante —o con ambas características—, con empuñadura, y de cierta envergadura o marca (…) En un sentido más amplio, aunque a veces erróneo, se tiende a entender por espada cualquier arma blanca de cierta envergadura, independientemente del estilo de la hoja. El diseño y la construcción de la espada puede variar mucho, según la longitud de la hoja, su forma, sus filos, sus empuñaduras, gavilanes, su procedencia, etc. De acuerdo con las características que poseen, reciben una determinada denominación que identifica, clasifica y encuadra al arma dentro de un tipo particular. (Wikipedia)

“Cada hombre mata lo que ama: unos, con mirada cruel; otros, con palabras amorosas; el cobarde, con un beso, y el valiente, con la espada”
Oscar Wilde (1854-1900) Escritor, poeta y dramaturgo inglés

EXCALIBUR (Excalibur) – 1981

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Director John Boorman
Guion John Boorman y Rospo Pallenberg
Fotografía Alex Thomson
Música Trevor Jones
Producción Orion/Warner Bros.
Nacionalidad Gran Bretaña/ Estados Unidos
Duración 140m. Color
Reparto Nigel Terry, Helen Mirren, Nicholas Clay, Gabriel Byrne, Nicol Williamson, Paul Geoffrey, Liam Neeson, Cheri Lunghi, Robert Addie.

«¡Frases! Las frases son para los amantes ¡Yo lo que quiero es una espada para ser rey!»

Tomando como base la novela La morte d’Arthur de Sir Thomas Malory, el relevante pero desigual John Boorman compuso esta ambiciosa recreación del célebre mito forjado en torno a los caballeros de la Mesa Redonda y su búsqueda del Santo Grial, desde los tiempos del reinado de Uther Pendragon hasta la batalla final contra el traidor Mordred. Para ello, dejó un poco de lado el misticismo y la heroicidad que identificaba este apólogo sobre el rencor y la codicia con el fin de profundizar más en su acepción esotérica y metafísica, evitando así no incurrir en los tópicos y rasgos estereotipados que siempre habían acompañado a las peripecias del mago Merlín, Perceval, Arturo de Cornwall, la reina Ginebra o Lancelot du Lac, entre otros. Sin la intención de subestimar su óptimo sentido de la narración, del que emerge una sugestiva utilización de la elipsis, la película fundamentaba su inapelable atractivo en una vigorizante y fascinadora concepción plástica, con una esmerada utilización de los paisajes irlandeses, y la perfecta conjunción de ésta con una magnífica banda sonora realzada con fragmentos wagnerianos o la gloriosa Carmina Burana de Carl Off.

Otras películas con protagonismo de una ESPADA

La espada del mal – Kihachi Okamoto (1966)
Conan, el destructor – Richard Fleischer (1984)
Tigre y dragón – Ang Lee (2000)

DISPARO (A quemarropa)

1. Lanzamiento fuerte y violento.
2. Operación por la que un arma de fuego lanza un proyectil.
3. Puesta en marcha de un disparador u otro mecanismo.
(Espasa-Calpe)

“Es extraño cómo un solo disparo puede hacer que todo cambie”
Richard Brautigan (1935-1984) Novelista, poeta y cuentista estadounidense

A QUEMARROPA (Point blank) – 1967

point

Director John Boorman
Guión Alexander Jacobs, David Newhouse y Rafe Newhouse
Fotografía Philip H. Lathrop
Música Johnny Mandel
Producción Metro Goldwyn Mayer
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 89m. Color
Reparto Lee Marvin, Angie Dickinson, Keenan Wynn, Carroll O’Connor, Lloyd Bochner, John Vernon, Michael Strong, Kathleen Freeman.

«Quiero mi dinero, mis noventa y tres mil dólares»

La amistad que John Boorman mantenía con Lee Marvin propició que un estudio puntero de Hollywood accediera a financiarle su segundo film; un thriller seco y absorbente, que, gracias a un novedoso entramado estilístico en el que se fusionaba a la perfección el «film noir» tradicional con numerosas influencias del sofisticado cine europeo propugnado por Godard, Melville, o incluso Antonioni, marcaría una valiosa inflexión revitalizadora en el género policíaco estadounidense. La historia de un gélido, tenaz y enigmático criminal obsesionado con vengarse de su mujer y su socio, y, por consiguiente, recuperar el dinero que éstos le hurtaron dos años antes en la isla de Alcatraz, destacaba por un considerable nervio narrativo y un tratamiento de la violencia verdaderamente escalofriante. Basada en la novela The hunter que Donald E. Westlake escribió bajo el pseudónimo de Richard Stark, y, que en 1999 volvió a servir de base para un desangelado remake a cargo de Brian Helgeland (THE PAYBACK), significó un esbozo de las insignes metáforas sobre el sindicato del crimen que aportarían en los setenta autores como Coppola, Milius o Polanski.

Otras películas trufadas de DISPAROS

Grupo salvaje – Sam Peckinpah (1969)
Hard Boiled (Hervidero) – John Woo (1992)
Salvar al soldado Ryan – Steven Spielberg (1998)