1. Lanzamiento fuerte y violento.
2. Operación por la que un arma de fuego lanza un proyectil.
3. Puesta en marcha de un disparador u otro mecanismo. (Espasa-Calpe)
“Es extraño cómo un solo disparo puede hacer que todo cambie”
Richard Brautigan (1935-1984) Novelista, poeta y cuentista estadounidense
A QUEMARROPA (Point blank) – 1967
Director John Boorman
Guión Alexander Jacobs, David Newhouse y Rafe Newhouse
Fotografía Philip H. Lathrop
Música Johnny Mandel
Producción Metro Goldwyn Mayer
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 89m. Color
Reparto Lee Marvin, Angie Dickinson, Keenan Wynn, Carroll O’Connor, Lloyd Bochner, John Vernon, Michael Strong, Kathleen Freeman.
«Quiero mi dinero, mis noventa y tres mil dólares»
La amistad que John Boorman mantenía con Lee Marvin propició que un estudio puntero de Hollywood accediera a financiarle su segundo film; un thriller seco y absorbente, que, gracias a un novedoso entramado estilístico en el que se fusionaba a la perfección el «film noir» tradicional con numerosas influencias del sofisticado cine europeo propugnado por Godard, Melville, o incluso Antonioni, marcaría una valiosa inflexión revitalizadora en el género policíaco estadounidense. La historia de un gélido, tenaz y enigmático criminal obsesionado con vengarse de su mujer y su socio, y, por consiguiente, recuperar el dinero que éstos le hurtaron dos años antes en la isla de Alcatraz, destacaba por un considerable nervio narrativo y un tratamiento de la violencia verdaderamente escalofriante. Basada en la novela The hunter que Donald E. Westlake escribió bajo el pseudónimo de Richard Stark, y, que en 1999 volvió a servir de base para un desangelado remake a cargo de Brian Helgeland (THE PAYBACK), significó un esbozo de las insignes metáforas sobre el sindicato del crimen que aportarían en los setenta autores como Coppola, Milius o Polanski.
Otras películas trufadas de DISPAROS
Grupo salvaje – Sam Peckinpah (1969)
Hard Boiled (Hervidero) – John Woo (1992)
Salvar al soldado Ryan – Steven Spielberg (1998)
Me encanta esta película, una de esas apasionantes revisiones del noir de los sesenta, paralela como dices a las corrientes francesas (Melville, Godard) y también inglesas (Asesino implacable) y japonesas (Seijun Suzuki). El personaje de Westlake daba para mucho: tiene otras cuantas películas por ahí y de ellas hasta me gusta la versión de Helgeland y Gibson (la de la productora, el montaje del director no le he visto y, habiéndole leído, tengo la impresión de que estropea bastante la historia). Sobre A quemarropa, yo más que seca, la veo como muy abstracta y metafísica. dejando un SPOILER por aquí, siempre he creído que es la historia de una venganza de ultratumba. Fíjate que, entre otras cosas que parecen apuntar a ello, Marvin ni siquiera mata a nadie directamente y, al final, una vez concluida su misión, se sumerge de nuevo en las sombras.
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Muy interesante me parece ese matiz metafísico que acompaña al vengativo divagar del personaje interpretado por un soberbio Lee Marvin. Otro aspecto a destacar del film es la magnífica labor de montaje a cargo de Henry Berman.
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La pude ver por primera vez hace un año y me sorprendió gratamente… Tanto por lo que cuentas tú, Antonio, como por lo que comenta crítico abúlico. Cómo nos cuenta una historia de cine negro es uno de los motivos por los que atrapa… la narración no es lineal, se rompe por todas partes.
Y hablando de disparos míticos me voy a los primitivos de Asalto y robo de un tren… Y a las muertes por una cascada de disparos de Bonnie and Clyde, de Sonny Corleone, Butch y Sundance, el grupo salvaje, Billy El Niño… Los disparos inundan el celuloide.
Besos
Hildy
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He vuelto a leer la precisa crítica que hiciste hace ahora algo más de un año sobre este extraordinario film de Boorman, realizador que sin disfrutar la vitola de autor, posee un aceptable ramillete de grandiosas películas en su filmografía: «Defensa», «Excalibur», «Esperanza y gloria», etc. Besos, Hildy.
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