Angustia o padecimiento moral grandes, capaces de conmover profundamente y agitar el ánimo con violencia. (blogcindario.com)
«En el patetismo es donde más nos mostramos cómo somos. La verdadera honestidad se vislumbra en estos momentos en los que no podemos controlar cómo nos vemos»
Hernán Guerschuny (1973-) Director y guionista de cine argentino
BAJO LA MÁSCARA DE LA LEY (Die freudlose gasse) – 1925
Director G.W. Pabst
Guion Willi Haas
Fotografía Guido Seeber y Curt Oertel
Producción Sofar Film
Nacionalidad Alemania
Duración 139m. B/N
Reparto Asta Nielsen, Greta Garbo, Valeska Gertg, Werner Krauss, Grigorij Chmara, Loni Nest, Einar Hanson, Jaro Furth, Karl Ettlinger.
«¡No se puede abrir ni la menor puerta, sin que la miseria aparezca en toda su desnudez!»
El descubrimiento del hoy reivindicado G.W. Pabst llegó con este implacable melodrama urbano, basado en la novela homónima de Hugo Bettauer, que orientó al expresionismo alemán hacia una vertiente más realista, significando la primera obra maestra de carácter social dentro de la cinematografía alemana. Ambientada en los días posteriores al fin de la Gran Guerra en un pequeño bulevar vienés, reconstruido totalmente en estudio, reproducía por medio de una atmósfera de opresivo patetismo la desesperada situación en la que se encontraba un país sumido en la más cruda miseria con el fin de pormenorizar el triste devenir cotidiano de dos jóvenes sumidas en un entorno absolutamente depravado, cuyas vidas circundaban continuamente la tentación de sucumbir al ejercicio de la prostitución. Formidable trabajo de toda la nómina actoral, en especial de Asta Nielsen y una entonces desconocida Greta Garbo, para un film que provocó un tremendo escándalo en la época por la dureza de su argumento y el atrevimiento de sus imágenes, llegando a ser perseguido y mutilado por la censura germana.
Otras películas determinadas por el PATETISMO de su argumento
Lo importante es amar – Andrzej Zulawski (1975)
El lugar sin límites – Arturo Ripstein (1977)
Happiness – Todd Solondz (1998)
No he visto esta película… pero tengo muchísimas ganas. Señalas en tu reseña claves que hacen que me apetezca más hacerme con ella.
Patetismo, qué palabra. Se podría realizar un tremendo ciclo alrededor de esta palabra. A las películas nombradas (sus directores suelen pisar el patetismo, sobre todo Arturo Ripstein y Todd Solondz), añado Réquiem por un sueño de Darren Aronofsky.
Beso
Hildy
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En mi opinión, es una película muda imprescindible. Espero que la puedas ver muy pronto. Cuando pienso en el término «patetismo», pienso siempre en algunas relaciones afectivas cargadas de dolor, aflicción y angustia, como las que utilizado como alternativas u otras como podrían ser «Reflejos en un ojo dorado«, «Así habla el amor» o «El último tango en París«. Besos.
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Una película mítica como muy bien indicas, que más que por unos logros estilísticos o técnicos, tiene su fuerza y su sello en un retrato brutal de una Alemania sumida en la destrucción social absoluta. Ese decorado pesa y mucho, pues es visible su acartonamiento, y el final es demasiado «agradecido». Valiente, muy importante como reflejo desolador de una época, y muy a reivindicar, pues no suelo hablarse de ella. Es un lujo un blog como este que nos rescata películas tan dispares en el tiempo, nacionalidades y temáticas.
Por otro lado, y muy a cuento para los que se aproximen a esta película, no seré yo quien le quite méritos al pueblo germano y su capacidad de trabajo, ejecución y técnica, pero válgame Dios que hubiese sido de ellos si no hubieran recibido tantas y tantas ayudas después de tantos y tanto destrozos. Después de dos guerras y en menos de un puñado de lustros ahí vuelven a estar dominando con el poder de hoy, la economía. Dicen que son el pueblo más cobarde de cuantos existen, en tanto que hacen lo que se les ordena sin rechistar, y que en tales menesteres no se cuestionan o dudan, aceptando las consignas como credos patrios. Desde luego para hacer y producir de esa forma y manera, o se es una máquina (todos son uno) o es simplemente imposible. Utilizando el aforismo que nos hacía no fiarnos de los hombres sin vicios, bien pudiéramos tampoco hacerlo de los pueblos que no dudan de sus gobernantes, sus deciones o de sus estandartes y símbolos patrios.
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Lo que sí es un lujo es tener seguidores, que, además de saber analizar cualquier tipo de película (sea cual sea su época, género o nacionalidad), sepan descifrar su esencia y vincularla incluso con la realidad coetánea. Un abrazo, Altaica.
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