Periodista que escribe una columna en un medio de comunicación escrito como diarios o revistas convencionales o digitales a través de Internet. En la columna, expresa su opinión o punto de vista sobre una noticia de actualidad o sobre la situación general del ámbito político, económico, deportivo, etc. El columnista se basa en su experiencia y conocimientos de un ámbito determinado para analizarlo y desarrollar un comentario subjetivo respecto al mismo. Generalmente, los columnistas se especializan en una materia determinada expresando así su opinión sobre asuntos políticos, internacionales, deportivos, culturales o sociales en función de sus conocimientos (…) A menudo, los columnistas son un referente dentro de la publicación con los cuales los lectores identifican la línea ideológica o de pensamiento de la misma. (Wikipedia)
«Desde que llegó el verano y les presentaron a un asesor de imagen que estaba enrollado con la sobrina de un promotor, cuñado de cierta modista que era la esposa de un columnista de esa revista tan prestigiosa por su talento para la cosa del lanzamiento de los artistas» (canción Rap del optimista)
Joaquín Sabina (1949) Cantautor y poeta español
CHANTAJE EN BROADWAY (Sweet smell of success) – 1957
Director Alexander Mackendrick
Guión Clifford Odetts y Ernest Lehman
Fotografía James Wong Howe
Música Elmer Bernstein
Producción Hecht, Hill & Lancaster/ Norma Curtleigh Prod.
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 96m. B/N
Reparto Burt Lancaster, Tony Curtis, Susan Harrison, Martin Milner, Same Levene, Barbara Nichols, Jeff Donell, Joe Frisco, Emile Meyer.
«La palabra, sólo la palabra, será la mejor de nuestras armas y el credo de nuestra democracia»
Tras legar a la cinematografía británica alguna de las fábulas negras más ocurrentes de la década, McKendrick se dejó engullir por la maquinaria hollywoodiense, donde debutó sin apenas beneplácito comercial con esta neurálgica adaptación de una pieza teatral de Clifford Odetts, basada a su vez en un ácido y perspicaz relato corto de Ernest Lehman en torno a la severa influencia del periodismo de opinión dentro del noctámbulo submundo teatral de Broadway. Extorsión, felonía y una indómita sed de poder, entre otras distorsiones de la naturaleza humana, condimentaban una historia tan abrupta e insalubre como demoledora, cimentada en una puesta en escena de agobiante dramatismo (donde la iluminación y la banda sonora de atmósfera jazzística jugaban una baza importantísima) y, cómo no, en el portentoso enfrentamiento interpretativo entre Tony Curtis, en la piel de un codicioso y rastrero agente de prensa, y Burt Lancaster, como un omnipotente columnista sin escrúpulos que pretende impedir por todos los medios el noviazgo de su hermana con un músico de jazz.
Otras películas sobre COLUMNISTAS
Cena de Navidad – Peter Godfrey (1945)
Días sin vida – Henry King (1959)
Se acabó el pastel – Mike Nichols (1986)
Jajaja. Sabina es un crack … La banda sonora estába interpretada por The Chico Hamilton Quintet ¡Me encanta! Aquí dejo un enlace a spotify por si alguien quiere escucharlo. Un abrazo, Antonio.
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Sabes que mi admiración por Sabina hace que, de vez en cuando, recurra a su catálogo para rematar la entrada. Me satisface que tú también seas un sabinero confeso como yo… Un abrazo.
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Fantástica crónica de una obra maestra que debería de estar menos olvidada. Aquí, donde el titular de este blog sabe de cine como pocos, el olvido no existe. Un abrazo grande amigo Antonio.
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Intento no olvidarme de las películas que en algún momento dado me han hecho vibrar y enorgullecerme de haber cultivado mi pasión por el cine. Ésta es una de ellas y, por tanto, merecía tener su pequeño hueco en el blog. Un fuerte abrazo, Altaica.
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¡Peliculón! Burt Lancaster como columnista sin escrúpulos está divino pero quien me sorprendió gratamente fue Tony Curtis que aporta todas las sombras necesarias a su personaje como agente de prensa. MacKendrick muestra su peculiaridad como cineasta… y esta película me atrapó desde el minuto uno con ese mundo pesimista y de sombras que presenta.
Recuerdo una columnista política de comedia pura, La mujer del año de George Stevens, ella tenía el rostro de Katharine Hepburn.
Beso
Hildy
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Cierto, un drama periodístico que atrapa en sus prolegómenos y ya no te suelta durante todo el metraje. Un película espléndida, interpretada por una pareja de actores en estado de gracia. No había caído en esta película de Stevens, donde tanto Katharine Hepburn como Spencer Tracy encarnaban a sendos periodistas, de la política y del deporte respectivamente, si mal no recuerdo… Tú siempre estás al quite, Hildy. Besos.
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Si repasamos la filmografía (apenas diez títulos acreditados) de Alexander Mackendrick, ese bostoniano afincado durante muchos años en Inglaterra y muerto en 1993 en el más insultante de los olvidos, podemos observar cómo sus primeros films, aquellas aquellas afiladas y divertidas comedias para la Ealing, daban paso a una segunda etapa en la que predominaban el desencanto y el pesimismo respecto a la condición humana, aspecto que -entre carcajadas- ya asomaba la nariz en títulos como “EL HOMBRE VESTIDO DE BLANCO” y “EL QUINTETO DE LA MUERTE”. Si cotejamos la dicharachera bonhomía de su primera realización, “WHISKY GALORE!”, con la negrura sin paliativos de que ahora nos ocupa, podremos sentir el vértigo del abismo abierto entre ambas obras escavado por la evolución de su autor.
“SWEET SMELL OF SUCCESS” es un drama impresionante por su dureza, desarrollado integramente en los ambientes noctámbulos de la trastienda de Broadway. La cámara barroca a la vez que incisiva de Mackendrick nos adentra en las entrañas de un neonizado infierno habitado por sabandijas que se retuercen mordiéndose unas a otras, en un perverso ballet que nos habla de humillaciones y dependencias, de odios y mentiras, de incesto, de la función corruptora del dinero y el culto al poder.
Y aquí toca destacar también unas excelentes caracterizaciones de todos los actores que componen el reparto, destacando, no obstante, a un insólito Tony Curtis en un difícil cometido (todo un reto para el carismático actor en aquellos momentos de su carrera en el que sólo se le consideraba un guapo rostro para la comedia) y a la siempre extraordinaria Barbara Nichols incorporando a esa patética y sometida cigarrera de club, absolutamente inolvidable. En cuanto a Burt Lancaster, consigue que el significado de su psicopático y despreciable personaje en verdad nos infunda miedo.
Notas para curiosos: El fracaso comercial de esta película y el a menudo dificultoso entendimiento del realizador con los productores, fue sin duda la causa de que le apearan de varios proyectos («EL DISCÍPULO DEL DIABLO», «LOS CAÑONES DE NAVARONE») y que sólo lograra rodar tres films en los diez años que siguieron a “SWEET SMELL OF SUCCESS”, clausurando su carrera en 1967 con la acidísima y menospreciada «NO HAGAN OLAS».
En 1966, fue requerido por la Paramount con el encargo de rodar nuevas secuencias en la infausta comedia negra “OH DAD POOR DAD, MAMMA’S HUN YOU IN THE CLOSET AND I’M FEELING SO SAD!” que había dirigido el pobre Richard Quine. Un asunto muy oscuro del que no sabemos el porcentaje de autoría de cada uno ya que prácticamente nadie ha conseguido ver esa película.
En España, a finales de los años cincuenta, una distribuidora nacional adquirió “SWEET SMELL OF SUCCESS” y estuvo a punto de ser estrenada con el título de “CHANTAJE EN BROADWAY” cuando fue misteriosamente retirada de circulación en el último momento. Tal vez la Junta de Censura de la época rectificó y decidió prohibirla.
Un saludo.
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Impresionante ilustración de la película en cuestión y, en líneas generales, de la trayectoria del gran McKendrick, a quien siempre le agradeceré esa vibrante y desmitificadora película de aventuras piratescas que dirigió en su última etapa y que bien puede ser considerada como el colofón a una carrera tan brillante como nunca suficientemente valorada. Como ya has adivinado, me refería a la extraordinaria «Viento en las velas». Gracias por tu gran aportación al blog, Teo. Un abrazo.
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