RADIO (Historias de la radio)

Medio de comunicación que ha conseguido mantenerse vigente durante décadas a pesar del surgimiento de competidores más sofisticados, tales como la televisión y el contenido digital en general. Curiosamente, no se conoce con certeza el nombre o la nacionalidad del inventor: entre los potenciales creadores se encuentran un ruso, un italiano y un español (definicion.de)

«La radio afecta a la gente de una forma muy íntima, de tú a tú, y ofrece un mundo de comunicación silenciosa entre el escritor-locutor y el oyente»
Marshall McLuhan (1911-1980) Filósofo y educador canadiense

HISTORIAS DE LA RADIO (Historias de la radio) – 1955

radio

Director José Luis Sáenz de Heredia
Guion José Luis Sáenz de Heredia
Fotografía Antonio Ballesteros
Música Ernesto Halffter
Producción Chapalo Films
Nacionalidad España
Duración 96m. B/N
Reparto Francisco Rabal, Margarita Andrey, Angel De Andrés, José Isbert, Tony Leblanc, Juanjo Menéndez, Guadalupe Muñoz Sampedro.
* Gracia Montes – La romera

«Y así, corazón con corazón, con un solo latido limpio, claro y alegre como el despertar borroso de una primavera perfecta, encerrad con un beso profundo todo el daño que podéis haberos hecho»

Sáenz de Heredia alcanzó el cénit de su carrera como realizador con esta comedia eminentemente nostálgica, cuya tendencia fabuladora y costumbrista versaba en torno a la fraternizadora trascendencia de las ondas radiofónicas en la sociedad española de los cincuenta. Con la encomiable labor de un extenso reparto coral, se desarrollaban con benevolente humor realista y cierto moralismo tres peripecias argumentales servidas por un pintoresco surtido de ciudadanos madrileños, unidos por el preocupante estado de anquilosamiento económico que atravesaba el país y su fiel e indispensable afición por un exitoso concurso presentado por dos enamoradizos locutores, que compaginaba números musicales con la presencia de populares personajes del momento (entre ellos la joven cantaora Gracia Montes o el futbolista Luis Molowny). La película obtuvo una notoriedad de tal magnitud que, nueve años más tarde, su director, espoleado aún por aquel sorprendente éxito, decidió difundir otra análoga fenomenología en HISTORIAS DE LA TELEVISION, obteniendo unos resultados mucho más comedidos.

Otras películas sobre la RADIO

Solos en la madrugada – José Luis Garci (1978)
Días de radio – Woody Allen (1987)
Good morning, Vietnam – Barry Levinson (1987)

22 comentarios

  1. No lo puedo creer, Antonio!!
    Las tres películas que recomiendas las ví. Son muy buenas. Me recordaste «Solos en la madrugada» que la vi hace muchísimo, y me dan ganas de verla nuevamente. Excelente la frase de la película que describís!!

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  2. Es una película que no ha envejecido para nada. Es una delicia ver a nuestro abuelo subido en una moto y vestido de esquimal corriendo por las calles de Madrid. La radio tiene sus buenas dedicatorias en el cine o por gente del cine. Me da que pensar (solo para comparar) contextos históricos. orson Welles espantando a media América con su programa radiofónico de La guerra de los mundos y nuestro abuelo desviviéndose en un programa de radio para ganar cuatro duros. Días de radio, como ya dijo el maestro Woody.

    Fuerte abrazo

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    1. El primer episodio, el de nuestro abuelo, es el más divertido y cáustico de los tres. La radio nos ha acompañado a todos en algún momento de nuestras vidas, especialmente a las generaciones pretéritas. Al menos, yo guardo en mi recuerdo con mucha nostalgia los seriales o el consultorio de Ana Francis que seguía mi madre y las tardes del domingo pegado al transistor con la quiniela a mano escuchando junto a mi padre el Carrusel deportivo.
      Un abrazo.

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  3. Una delicia, sobre todo la parte Isbert. La del concurso no está nada mal. No recuerdo el nombre del actor, estupendo también, que interpretaba al maestro. Es una película de secundarios o actores de reparto.

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    1. El humilde maestro rural que viaja a Madrid para participar en el concurso era Alberto Romea, un actor que alternó su carrera en el cine con el teatro y al que también pudimos ver en «Bienvenido Mr. Marshall» o «Los jueves milagro».

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  4. Hermosa película y al mismo tiempo mordaz en su aparente amabilidad. Y de las otras tres que vinculas, ¡pero qué bien me lo pasé viendo «Días de radio»!, con una secuencia que deambula en mi memoria con cuchillo incluido que me hizo muchísima gracia. Las otras dos poco o nada me gustan, si bien Garci me interesa más al comienzo de su dilatada carrera que después, sin que sus inicios me agraden demasiado, dicho sea de paso.

    Por cierto acabo de ver en tv2 una comedia española con críticas nefastas, lo que pone de manifiesto (permitirme la arrogancia) el nivel opinante del país, y es «Mia Sarah», que en su sencillez y clasicismo aparente esconde una notabilísima comedia a modo de cuento moral mágico-fantástico espléndida. Y con una realización formal exquisita en lo técnico y que para ser una ópera prima resulta sorprendente. No es que sea maravillosa, pero sí dignísima, pero claro … no es moderna, americana o efectista.

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    1. No he visto ‘Mía Sarah’, pero me la apunto. Siempre he mantenido que la mejor película de Garci sigue siendo «El crack», un atípico policíaco con aroma clásico estadounidense protagonizado por un estupendo Alfredo Landa.
      «Días de radio» pasa a ser una de las mejores películas de Allen y pronto intentaré que aparezca por el blog.

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  5. «El crack» sí, coincido, es su mejor película. Y que poco me gusta el cine de Garci y que bien me cae él y todo lo que dice, como lo dice y cuanto le debemos los amantes del cine. Creo sinceramente que Garcia ama tanto el cine, sabe tanto de cine y viven tanto en él, que le resulta imposible desprenderse de ese encartonamiento con el que suele revertir las historias, que quedan en continuo dibujadas como rancios homenajes, fantasmas trasnochados en ofrenda continua, sin darse cuenta del corsé apolillado y rancio que albergan sus proyectos. No todo es nefasto, no sería justo, pero todo destila a naftalina.

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  6. Una película sencilla. Sin aspavientos ni dobleces. De ahí su éxito ya que sencillamente lo que cuenta no es que sea gran cosa. Pero lo hace directo, conmoviendo y brindando actuaciones creíbles.

    De lo mejor de una época que pese a quien pese. En cuestión de cine mucho mas prolífica en nuestro país que la actual.

    En cuanto a Garci, pues sin duda el mejor director de actores que tenemos. Que su cine guste o no, es otra cosa. Pero que saca por lo general lo mejor de quien trabaja con el…Sin duda.

    Y coincido el Crack es su mejor obra y el piojo un personaje que de haber sido creado en otro país estaría a la altura de los grandes del cine negro de siempre. Mítico sin duda. Cuidaros

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    1. No sólo más prolífica, sino infinitamente más creativa. Me satisface comprobar que tenemos una opinión similar sobre el cine de Garci y que los tres (Altaica es el otro) consideramos «El crack» como su mejor película.
      Un abrazo.

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  7. Bueno, bueno… no sé, no sé, o mejor sí. Ni más prolífico, ni más creativo. Era un cine de pandereta, populista, malo, ramplón, estereotipado y folclórico, con una enormidad de películas apolilladas, que un pequeño ramillete de grandes obras con nombre y apellidos, confirma en su excepcionalidad la regla de la mediocridad. O es que vamos a pensar que eran norma Berlanga, Azcona, Bardem, Ferreri o Vajda …, ni mucho menos, más al contrario vienen a demostrar la lamentable producción que ha dado el cine español durante sesenta años.

    Después, pues no se puede hablar de una cinematografía brillante como, tal vez, no lo será nunca. Pero también hay grandes obras y grandes directores. En general nuestro cine es lo que es, antes y después. Pero ese soniquete continuo de que antes se hacía en España mejor cine es una falacia. Y a las pruebas me remito, con las excepciones citadas.

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    1. Vamos a ver. El cine español de esa época (los 50) estuvo lastrado por una infraestructura tristemente anticuada, por las obvias imposiciones de los intereses de un régimen dictatorial, por la obsesiva tendencia a emular la tradición del cine italiano, entre otras máculas. En efecto, en líneas generales era un cine populista, estereotipado y folklórico. Ahora, tacharlo como malo, ramplón y apolillado es bajo mi modesto punto de vista harto discutible. Está claro que no se puede parangonar con el citado cine italiano, o el francés, pero no creo que sea justo menospreciarlo de una forma tan virulenta, incluso injusta.
      Centrándonos exclusivamente en la década de los cincuenta, podemos recordar (como tú bien apuntabas) que ya se hallaba en activo el mejor guionista con diferencia de nuestra historia (Rafael Azcona) y dos jóvenes cineastas que acabarían erigiéndose entre los más grandes que ha dado el país, Bardem («Cómicos», «Muerte de un ciclista», «Calle Mayor») y Berlanga («Bienvenido, Mr. Marshall», «Calabuch», «Los jueves, milagro»). Pero en ella asomaba también un actor/realizador de excepción como Fernán Gómez («La vida por delante», «La vida alrededor»), todavía Neville daba muestras de su talento («El último caballo», «El baile»), importamos efímeramente directores foráneos tan brillantes como Vajda («Mi tio Jacinto», «El cebo») o Ferreri («El pisito», «El cochecito») y otros nombres a reivindicar por su injusto olvido daban muestras de un gran valía: Mur Oti («Cielo negro», «Condenados», «Orgullo»), Nieves Conde («Surcos», «Los peces rojos») o Sáenz de Heredia («Los ojos dejan huellas» o la aquí tratada «Historias de la radio»). Por supuesto, obviaremos al mayor genio que ha parido nuestra cinematografía, Luis Buñuel, que desgraciadamente se hallaba en México encadenando obras maestras.
      Quizás este bagaje te siga pareciendo insuficiente para aceptar que el cine español ostentaba mayor talento y creatividad que el actual. Repito, no podemos equipararlo al francés, al italiano o al británico, pero es que hay tantas cosas en las que no nos podíamos comparar con ellos… No sé si serás capaz de recopilar tanta buenas películas en la última década como las que te acabo de enunciar o reunir a un número similar de cineastas actuales, capaces soportar la comparación con los aquí citados. Yo al menos, tengo claro que no y, por tanto, seguiré con mi falacia, no lo dudes.
      Un abrazo.

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  8. Confirmas la excepcionalidad citando un puñado y no más de grandes películas, otras no tanto desde mi óptica, pero que me reitero en que el grueso de la producción era un cine populista, malo y ramplón. Haces bien en obviar a Buñuel pues no es de rigor vincularlo a nuestra producción, sí como cineasta hispano, pero poco más.

    Las películas que se hacían eran malas, Antonio, muy malas y no son más de 10 las películas «maravillosas» y otras tantas notables. Sí, ya sé que ninguna cinematografía, salvo la norteamericana, ha dado magníficas películas de manera sistemática, pero tendremos que coincidir en que es la excepción de unos pocos y talentosos cineastas los que han salvado esos 60 años (yo me refería al cine español desde la república, con esa notable «El bailarín y el trabajador», a los primeros años de la democracia). Pero no nos equivoquemos, que ni el de ahora es mejor, como ya dije, ni el de antes tampoco.

    Y como las comparaciones son siempre odiosas, decir que el cine español reciente, al igual que el pasado, solo nos ha dejado un puñado o ramillete de excelentes películas, confirmando una cinematografía menor en general, con alguna que otra luz por aquí y por allá. A bote pronto y sin lupa podríamos destacar obras como Los santos inocentes, El sur, El espíritu de la colmena, La colmena, Amanece que no es poco, La escopeta nacional, El viaje a ninguna parte (volvemos a la excepcionalidad de los cineastas ya indicados como Berlanga y Fernán Gómez), El bosque animado, La lengua de las mariposas, La vida mancha, La vida secreta de las palabras, Mi vida sin mí, Las bicicletas son para el verano, La noche de los girasoles, En la ciudad sin límites, Tasio, Solas, Camino, Los lunes al sol, Mia Shara, Buried, Smoking Room, La flaqueza del bolchevique, Mar adentro, Los otros, La sombra de nadie, Te doy mis ojos, Arrebato, El crack, Blancanieves, La comunidad, Secretos del Corazón, Belle Époque, Caníbal, La caja 507 …

    Yo desde luego creo que no podemos afirmar, como se ha hecho en algunos comentarios, que el cine de antes en nuestro país era mejor. Es el que es, antes y después. Así lo veo yo y así lo cuento. Insisto ramilletes y poco más.

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    1. Tu contundente posicionamiento en pos de resaltar lo malo que siempre ha sido el cine español me ha impulsado a repescar el ejemplar de invierno de 1995 de la revista NICKEL ODEON, una estupenda publicación trimestral dirigida por José Luis Garci y en que cuyo consejo de dirección figuraban apellidos de excepción como Marías, Lamet, Mendez Leite, Giménez Rico o Torres-Dulce, entre otros. En ella proponían una encuesta sobre las mejores películas de nuestra historia entre 100 eminentes personajes consultados (además de los citados, votaban reconocidos cineastas y críticos del país). En su resultado final, aparecían 11 películas producidas en el período 1951-1965 entre las veinte mejores, precisamente el lapso temporal que yo considero infinitamente más talentoso que el producido por nuestra cinematografía en las últimas décadas.
      Sí, probablemente yo destacaba la “excepcionalidad” al citar ese puñado de películas (créeme, la mayoría más que notables y algunas magistrales), pero te aseguro que miro lo producido en estas últimas décadas y me cuesta horrores encontrar su “excepcionalidad” y muy pocas (por no decir ninguna) son comparables a las grandes obras de Bardem, Berlanga o Fernán Gómez, etc.
      No te voy a convencer, lo sé, tampoco pretendo hacerlo, simplemente acabaré transcribiendo una frase con la que tu venerado Méndez-Leite encabezaba su artículo en el ejemplar de la revista que te he citado: “Siempre me han gustado las películas españolas y no he entendido muy bien el desprecio generalizado hacia ellas que comencé a percibir a mi alrededor desde mi más remota infancia”.
      Un abrazo.

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  9. Efectivamente fue una década especial y brillante que, como bien indicas, aglutina algunas de las mejores películas de nuestro cine y que, en tal sentido, podemos denominar nuestra década prodigiosa cinematográfica.

    Pero también deberíamos de argüir que se ha vilipendiado al cine español de los últimos cuarenta años en comparación con esa década prodigiosa, sin tener en cuenta que igualmente se hicieron muchas películas folclóricas, de pandereta y copla a mayor gloria de lo ridículo. Es cierto que Méndez-Leite defiende nuestro cine en general, pero también es cierto que poca o nula defensa se ha hecho de nuestro cine de los últimos tiempos, movimiento negativo sobre la producción patria más reciente que es injusta en comparación con la filmografía del cine pasado. Digamos que ha calado la idea de un cine posterior malo frente al talento del pasado, sin que exista un ajuste de veracidad. Y es ahí donde yo quería matizar y mostrar mi disconformidad.

    Por cierto el otro día volví a revisar «La tía Tula» y me pareció espléndida, si bien no coincido con ciertas interpretaciones que se hicieron de ella, pues la obra cinematográfica no es un reflejo exacto, ni por asomo, de la literaria. Cuídate y visita Viena que es sencillamente apabullante. Niza es otra cosa y obviamente incomparable. Viena es «imperial» y de las más bellas ciudades mundiales.

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  10. En fin, si alguien puede comparar lo actual con esto pues……. De los últimos cuarenta años sinceramente si consigues sacar 5 peliculas excepcionales ya estas haciendo un esfuerzo. De los cuarenta anteriores me saldrían sin apenas pensar.

    Y sin contar obras simplemente buenas. Como podrian ser todo el cine negro catalán que fue bastante interesante. O esas comedias tan vilependiadas y populistas, que qué quieres que te diga veo a Pepe Isbert por ejemplo y luego a Pepón Nieto y me hecho a llorar……..A cuidarse

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    1. Hombre, decir que en los últimos cuarenta años no encontramos más de cinco películas excepcionales bien puede ser considerado como una exageración. Hay muchas más, Plared, pero me alegro que compartas conmigo mi teoría de que el cine español de los 50/60 era (pese a su tan cacareado populismo) muy superior al actual.

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