Roca sedimentaria organógena de color negro, muy rica en carbono y con cantidades variables de otros elementos, principalmente hidrógeno, azufre, oxígeno y nitrógeno. Principalmente es utilizada como combustible fósil.
El objetivo de la minería de carbón es la obtención de carbón y a veces otros recursos del suelo. El carbón es valorado por su contenido energético y, desde la década de 1880, ha sido ampliamente utilizado para generar electricidad. Las industrias de acero y cemento usan carbón como combustible para la extracción de hierro de rocas y minerales y para la producción de cemento. (Wikipedia)
“El amor se parece al carbón: cuando está candente quema; cuando está frío, ensucia”
Vasili Grossman (1905-1964) Escritor y periodista soviético
¡QUÉ VERDE ERA MI VALLE! (How green was my valley (1941)
Director John Ford
Guion Philip Dunne
Fotografía Arthur B. Miller
Música Alfred Newman
Producción 20th. Century Fox
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 118m. B/N
Reparto Walter Pidgeon, Maureen O’Hara, Roddy McDowall, Donald Crisp, John Loder, Anna Lee, Arthur Shields, Barry Fitzgerald, Patric Knowles.
«Formen su sindicato. Lo necesitan. Solos son débiles, unidos serán fuertes. Pero recuerden que a la fuerza se une la responsabilidad hacia ustedes y hacia los demás, porque no se puede vencer la injusticia con más injusticia»
Emocionante y poética adaptación de la famosa novela homónima de Richard Llewellyn, producida por el omnipotente Darryl F. Zanuck, que, con todo merecimiento, ocupa un lugar de privilegio entre las obras más ilustres y prestigiosas obras de la majestuosa filmografía fordiana. La paulatina desintegración de una familia numerosa de mineros del carbón en el tradicional y devoto sur del País de Gales de finales del siglo XIX, evocada con nostalgia por el miembro más joven de la misma, sirvió para analizar con suma agudeza costumbrista el tema de la explotación proletaria, sus consecuentes brotes sindicalistas y su obvia incidencia en la fortaleza del núcleo familiar. La vertiente humana, romántica y melancólica de su realizador quedó reafirmada en esta oda al caprichoso e implacable fluir de la memoria, embellecido por la espléndida fotografía de Arthur B. Miller, una sensacional dirección artística a cargo de un equipo liderado por el canadiense Richard Day y, sobre todo, un inspiradísimo conjunto de intérpretes, del que sobresale una Maureen O’Hara tan conmovedora como absolutamente esplendorosa.
Otras películas ambientadas en el mundo de la MINERÍA DEL CARBÓN
Carbón – G.W. Pabst (1931)
Le point du jour – Louis Daquin (1949)
Germinal – Claude Berri (1993)