PARODIA (El jovencito Frankenstein)

Obra satírica que caracteriza o interpreta humorísticamente otra obra de arte, un autor o un tema, mediante la emulación o alusión irónica. Modernamente, la parodia no implica necesariamente la burla del texto parodiado. (Wikipedia)

«Las parodias y las caricaturas son las críticas más penetrantes»
Aldous Huxley (1894-1963) Escritor británico

EL JOVENCITO FRANKENSTEIN (The young Frankenstein) – 1974

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Director Mel Brooks
Guion Mel Brooks y Gene Wilder
Fotografía Gerald Hirschfeld
Música John Morris
Producción 20th. Century Fox/Crossbow
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 108m. B/N
Reparto Gene Wilder, Peter Boyle, Marty Feldman, Madeline Kahn, Teri Garr, Liam Dunn, Cloris Leachman, Kenneth Mars, Richard Haydn.

«No pueden evitarlo. Todos estos científicos son iguales, le dicen a uno que están trabajando para nuestro bien y lo que realmente quieren es dominar el mundo»

El descubrimiento internacional del iconoclasta humor de Mel Brooks llegó gracias a esta hábil parodia del cine clásico de terror, básicamente de la inmortal versión producida por la Universal sobre el mítico relato de Mary Shelley, que, sin discusión, permanece como el trabajo más aceptable de su excéntrica obra. Al contrario que la desmedida y ramplona sarta de imitaciones que originó su bullicioso éxito, algunas de un culto desmedido como el musical THE ROCKY HORROR PICTURE SHOW (1975) de Jim Sharman, y a la que sucumbió sin decoro su propio autor, hallaba la proporción justa entre la comicidad hiperbólica y el guiño cinefílico, evitando incurrir en la ordinariez y superfluidad inherentes a esta subclase de humor, y obtenía un tratamiento plástico exquisito gracias a la fotografía de Gerald Hirschfeld y a una ambientación que aprovechaba decorados del film dirigido por James Whale en 1931. Gene Wilder, como el cirujano obstinado en crear una criatura con restos inanimados y Feldman, en su indeleble caracterización de Quasimodo, alcanzaron la cúspide de sus respectivas carreras.

Otras PARODIAS cinematográficas

¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú – Stanley Kubrick (1964)
El baile de los vampiros – Roman Polanski (1967)
La vida de Brian – Terry Jones (1979)

4 comentarios

  1. Bueno, no es el chiste más elaborado de la cinta yo es que siempre recuerdo cuando a las puertas del castillo Wilder exclama «¡Vaya par de aldabas!» y la señorita respondía «Gracias».
    Aunque no alcanza la misma inspiración que ésta, he de reconocer que de pequeño me lo pasaba muy bien con «La loca historia de las galaxias»…

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  2. A mí siempre me quedó más la frase que cantaba Madeline Kahn tras sus citas sexuales («¡Oh dulce misterio de la vida, al fin te hallé!»)… Excepto esta joya (y quizás «Sillas de montar calientes») nunca congenié demasiado con Mel Brooks. Puestos a elegir entre representantes del humor chorra, me quedo con los Abraham/Zuckers de «Aterriza como puedas», «Top Secret», «Agárralo como puedas», etc.

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    1. Hombre, es que esa trilogía es cosa fina fina. ¿Cómo se lo habrán montado David Zucker para luego caer tan bajo con todas las ‘Inserte-su-parodia-aquí Movie’? ¿Por qué estas de ahora no me hacen ninguna gracia (más bien me provocan vergüenza ajena) y con esas tres aún me parto el pecho? Preguntas que se pierden en el viento…

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  3. No te hacen ninguna gracia porque seguramente no la tienen. Brooks también cayó muy bajo con un humor muy burdo y ramplón, y hay muchos ejemplos más, sin ir más lejos el malogrado Manuel Summers, cuyo inicio como director fue muy prometedor.

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