Joseph H. Lewis

ARPÓN (Terror en una ciudad de Texas)

Utensilio de forma alargada y estrecha utilizado por el ser humano desde orígenes prehistóricos para la pesca o la caza de animales marinos. También se los ha usado para algunos usos militares. Como instrumento, existen evidencias de su uso desde fines del Paleolítico Medio, hace entre unos 35 y 25 mil años antes del presente. (Wikipedia)

«¡Pescadores, pescadores, lanzad el arpón al viento y en banderas sin colores, izad vuestro sentimiento!» (poema Funerales)
Rafael Alberti (1902-1999) Poeta español

TERROR EN UNA CIUDAD DE TEXAS (Terror in a Texas town) – 1958

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Director Joseph H. Lewis
Guion Dalton Trumbo
Fotografía Ray Rennahan
Música Gerald Fried
Producción Seltzer Films/United Artists
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 80m. B/N
Reparto Sterling Hayden, Sebastian Cabot, Carol Kelly, Eugene Martin, Nedrick Young, Victor Millan, Marilee Earle.

«La gente tiene miedo. Podríamos hacer grandes cosas si la gente no tuviera miedo (…) Miedo a hablar.»

La última película dirigida por el infravalorado Joseph H. Lewis fue este conciso western de serie B (apenas ochenta mil dólares de presupuesto), cuya insólita complejidad formal, conceptual y psicológica lo convierten en una de los ejemplares más anómalos y estrambóticos de la historia del género. Aunque el guion fue firmado por Ben Perry en calidad de testaferro, no fue otro que el ‘blacklisted’ Dalton Trumbo el responsable de impregnar de un resentido e inusual acento político-ideológico esta historia de ambición y venganza, singularizada por un amplio catálogo de rarezas argumentales: el orondo villano que pretende expoliar todas las ricas tierras texanas de Prairie City es presentado a punto de disfrutar de un ágape a base de langostas y champagne, el vil pistolero que coopera con él es capaz de sembrar el terror con una mano ortopédica, el inmigrante escandinavo protagonista (soberbio Sterling Hayden) no duda en encarar el duelo final con un arpón para cazar ballenas, etc. Encomiable precisión expositiva, potenciada con sugestivos ángulos y movimientos de cámara, únicamente mermada por una banda sonora tan latosa como inoportuna.

Otras películas donde se utiliza un ARPÓN

20000 leguas de viaje submarino – Richard Fleischer (1954)
Moby Dick – John Huston (1956)
Tiburón – Steven Spielberg (1975)

INCRIMINACIÓN (Agente especial)

Atribución de un delito, culpa o defecto a algo. (Espasa-Calpe)

«Para escapar al pánico de las noches y la incriminación de los vocablos, me acuesto. Me levanto, mis pasos resuenan como una fiebre minuciosamente ordenada, en el laberinto de las calles me extravío en los barrios apartados. Pero el acoso de las voces me sigue como una balada fatal» (poema Para escapar)
Francisco Pérez Perdomo (1930-2013) Poeta y crítico literario venezolano

AGENTE ESPECIAL (The big combo) – 1955

Director Joseph H. Lewis
Guion Philip Yordan
Fotografía John Alton
Música David Raksin
Producción Allied Artists/Security Pictures/Theodora Pictures
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 89m. B/N
Reparto Cornel Wilde, Richard Conte, Brian Donlevy, Jean Wallace, Jay Adler, John Hoyt, Robert Middleton, Lee Van Cleef, Helene Stanton.

«Podría estar con un gángster rico. Deberías recomendarme uno, ¿no te parece? (…) Gángsters, detectives… No nos importan cómo los hombres se ganan la vida, tan solo como hacen el amor»

Soberano ejemplar del más puro cine negro de finales de los cuarenta y principios de los cincuenta, que resume el potente e impulsivo talante cinematográfico de un realizador inexcusablemente arrinconado en su época, pero cuya filmografía se ha ido revalorizando hasta conformar, en la actualidad, uno de los más valiosos legados del cine clásico de serie B. Este perturbador thriller policíaco, asentado en un guion de una progresión dramática intachable y una depravación subyacente inusitada si consideramos que el Código Hays aún hacía de las suyas, narraba la insana obsesión de un detective por encontrar evidencias incriminatorias contra el desalmado cabecilla de una importante corporación mafiosa, y, de ese modo, separarlo de una hermosa joven de la que está ofuscadoramente enamorado. Joseph H. Lewis se sobrepuso a sus patentes limitaciones técnicas y demostró una virtuosa capacidad para plasmar el desasosiego gracias a la consecución de una atmósfera violenta e insana, donde la caliginosa fotografía de John Alton jugaba un papel preponderante.

Otras películas que giran en torno a un obsesivo anhelo de INCRIMINACIÓN

Brigada 21 – William Wyler (1951)
Los intocables de Elliot Ness – Brian De Palma (1987)
American gangster – Ridley Scott (2007)

PISTOLA (El demonio de las armas)

Arma de fuego corta diseñada para ser apuntada y disparada con una sola mano, o con dos, se puede utilizar para la caza dependiendo del arma y dispara balas a corto alcance. (Wikipedia)

“Usted puede conseguir más con una palabra amable y una pistola que lo que se puede con solo una palabra amable”
Al Capone (1899-1947) Famoso gánster estadounidense

EL DEMONIO DE LAS ARMAS (Gun crazy) – 1950

Director Joseph H. Lewis
Guion MacKinlay Kantor y Millard Kaufman
Fotografía Russell Harlan
Música Victor Young
Producción King Bros. Productions
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 83m. B/N
Reparto John Dall, Peggy Cummins, Morris Carnovsky, Berry Kroeger, Anabel Shaw, Harry Lewis, Nedrick Young, Russ Tamblyn.

«Vamos juntos, Laurie. No sé por qué. Quizás como las armas y la munición van juntas»

Un artículo de MacKinlay Kantor publicado en 1940 en el Saturday Evening Post sobre las correrías de una pareja de atracadores del Middle West inspiraría un extraordinario guión firmado por el propio periodista y Millard Kaufman, aunque en realidad escrito por Dalton Trumbo (entonces vetado por la Meca tras su inclusión en la lista negra del senador McCarthy), que el hoy revalorizado Joseph H. Lewis convirtió no sólo en su mejor largometraje sino en uno de los grandes clásicos por excelencia del cine negro de serie B. A través de una realización en evidente estado de gracia, tanto por su prodigiosa estilización formal como por su inusitado vigor narrativo (cabe sino admirar, por ejemplo, la escena del robo al Banco de Monterrey), se analizaba la hechizante, psicopática y fatalista relación de sus protagonistas, inmersos en una vertiginosa ola de crímenes a causa de su atracción sexual, su afán aventurero y una compulsiva e innata fijación por las pistolas. Entre sus magníficas interpretaciones, cabe citar la enigmática y turbadora presencia de la británica Peggy Cummins.

Otras películas donde la PISTOLA emerge como símbolo de poder

Scarface, el terror del hampa – Howard Hawks (1932)
El hombre de las pistolas de oro – Edward Dmytryck (1959)
El odio – Mathieu Kassovitz (1995)