Trastorno consistente en una inhibición persistente y recurrente de la excitación sexual de la mujer durante la actividad sexual que se manifiesta por la incapacidad total o parcial para mantener la excitación y una adecuada lubrificación para alcanzar el orgasmo. http://salud.doctissimo.es/diccionario-medico/frigidez.html
«Y si olvidamos tú tu ayuno y yo mi frigidez impuesta, y si sorteamos ese camino hasta llegar a tu cama, y si durmiéramos a ratos, sólo a ratos y para siempre creando entre tu desnudez y la mía un mundo de fantasía…»
Mario Benedetti (1920-2009) Escritor, poeta y dramaturgo uruguayo
BELLA DE DÍA (Belle de jour) – 1967
Director Luis Buñuel
Guión Luis Buñuel y Jean-Claude Carrière
Fotografía Sacha Vierny
Música Varios
Producción Paris Film/Five
Nacionalidad Francia
Duración 101m. Color
Reparto Catherine Deneuve, Jean Sorel, Michel Piccoli, Geneviève Page, Pierre Clémenti, Françoise Fabian, Francisco Rabal, Macha Méril.
«Por favor, no le digas nada. Al menos tú, intenta comprender. Estoy perdida. Todo ocurre aunque no quiera y no puedo evitarlo ni resistir. Sé que algún día tendré que pagar todo lo que he hecho, pero sin esto no podría vivir»
Compleja, cautivadora e ingeniosa subversión de la ya de por sí polémica novela homónima de Joseph Kessel acerca de la joven y misteriosa esposa de un cirujano, de nombre Séverine, que opta por ejercer el oficio de la prostitución en horario diurno con el propósito de atenuar su aburrimiento cotidiano, combatir su presunta frigidez y explorar sus abrumadoras fantasías masoquistas. Adherida al universo surrealista del genial cineasta por su ambiguo y desafiante tránsito entre lo real y lo onírico, la película deviene un armónico inventario de sus características obsesiones temáticas; es decir, fetichismo subversivo, sexualidad reprimida, provocadora y lacerante crítica a la religión, un perturbador tratamiento de la soledad y una corrosiva disección de la burguesía provinciana. La especial fascinación que suscita su atmósfera irreal alcanza su máxima plenitud en las escenas que plasman los delirios libidinosos de la protagonista; una Catherine Deneuve gélida y enigmática que consiguió afianzarse como estrella internacional gracias a este controvertido papel.
Otras películas sobre la FRIGIDEZ
Confidencias de mujer – George Cukor (1962)
Marnie, la ladrona – Alfred Hitchcock (1964)
Música – Yasuzo Masumura (1972)
Un tópico muy del agrado de Bergman también, que lo solía asociar al artista y, en general, al intelectual. Cosas de suecos.
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Más que en el artista o intelectual, que también, la frigidez (de envite masoquista) más sobrecogedora del repertorio bergmaniano la encontramos en el personaje de Karin (Ingrid Thulin) en «Gritos y susurros».
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Siempre he tenido una profunda fascinación por algunas películas de este especial y casi único cineasta español, pero igualmente me han parecido obras menores películas como la que nos ocupa o, por ejemplo, Tristana, cercanas en época de ejecución y con cierto vínculo subterráneo.
Muchas veces pienso que por el hecho de ser realizadas por un autor de prestigio, muchas películas son vistas de otra manera, albergando una profundidad en los análisis que ni por asomo atesoran, y menos interés y desafío del que se les presume.
En la película que nos ocupa, una tomadura de pelo en muchos momentos, la descripción de personajes no es ya surrealista, es estrafalaria y ramplona, sin rédito ni seducción en eso que precisamente indicas, pues la manera de mostrarnos y adentrarnos en su mundo subversivo y provocador frisa en un ejercicio pueril y escaso de sustancialidad. Una ejecución formal igualmente plana y aburrida, sin lustre alguno, entumecen más aún una película que un juicio desarropado de prebendas colocaría en su justo pobre paisaje.
E igualmente no comprendo el atributo mágico en relación a esa crítica corrosiva en la disección de la burguesía provinciana, que igualmente también se infla en Tristana. Mosaico de personajes excesivamente arrinconados y arruinados en sus estereotipos, que desde mi humilde opinión, poco aportan en su radiografía social, al ser más de lo mismo pero revestido de una propuesta demasiado estrafalaria y por momento solo extravagante. Saludos.
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Aún considerando (y reconociendo) que esta última etapa francesa del realizador aragonés no se aproxima en creatividad, ni por asomo, a los grandes logros alcanzados en su periplo mexicano, no me parece que ni esta película (ni mucho menos «Tristana») sean ni tan decepcionantes. Un abrazo.
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Lo encuentro muy interesante
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En mayor o menor medida, todo el cine de Buñuel aporta visos de genialidad y, por supuesto, es muy interesante. Imagino que te referías a la película, Lina. Bienvenida al blog, de todos modos…
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“BELLA DE DÍA”, es una mordaz visión de las fantasías sadomasoquistas y obsesiones de una mujer frígida, mimada y amada por un esposo consentidor que la trata como a una virgen y a la que -adivinamos- no satisface sexualmente. Ella se mueve instalada en una confortable vida ociosa y sin responsabilidades… hasta que un día, por curiosidad, descubre el discreto mundo de la prostitución diurna y esa curiosidad y el aburrimiento la empujan a experimentar en un ámbito desconocido para ella, pero oscuramente deseado donde todo adquiere una dimensión, una representación, transgresoras. Así, tras el visionado de esta película, sin duda también nosotros habremos descubierto los aspectos ocultos que puede tener una escalera, una calle, una mujer de aspecto refinado. Porque para nuestros acomodaticios ojos las imágenes con las que nos encontramos en el cotidiano devenir pueden no tener significado y sólo una película -esta película- posee la capacidad de traspasar la anodina apariencia sin significado y mostrar el mundo interior que se esconde tras ella.
Con “BELLA DE DÍA”, estamos ante una brillante demostración buñueliana de cómo dinamitar una novela no muy distinguida y de sus fragmentos crear una obra maestra cinematográfica que en este caso gira en torno a los morbosos ensueños de una exquisita mujer de la burguesía cuyo mundo interior, en conflictiva convivencia con el plano de la realidad, es una excusa perfecta para que el realizador nos convenza de la inutilidad de los artificios expresivos que ofrece la fotografía y el cine (a los que sin duda se hubiera aferrado cualquier otro director) a la hora de intentar expresar ambos mundos, lo que él consigue con desarmante facilidad y genial sencillez por lo que su trabajo deviene en un claro toque de atención contra la autocomplacencia. En cualquier caso, esta película resultó el mayor éxito comercial de toda la carrera del aragonés y la flagrante confirmación de que Catherine Deneuve, de Polanski a Truffaut pasando por Buñuel, ha sido, es, una criatura cinematográfica fascinante con una insondable trastienda. Una diosa gélida, una turbadora esfinge.
Un saludo.
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Resulta curiosa la discrepancia de criterios respecto a esta película entre dos grandes cinéfilos como tú, Teo, y el amigo Altaica. La grandeza del cine tiene ésta y otras muchas singularidades. Un saludo.
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