Day: agosto 4, 2015

TOLERANCIA (Fresa y chocolate)

La tolerancia define el grado de aceptación frente a un elemento contrario a una regla moral. Se trata de respetar y tener consideración ante las acciones u opiniones de otras personas cuando éstas difieren de las propias o se contraponen al marco personal de creencias. Ser tolerante es ser respetuoso, por lo que se vuelve un valor básico para convivir armónica y pacíficamente. No sólo se trata de respetar lo que los demás digan o hagan, sino de reconocer y aceptar la individualidad y diferencias de cada ser humano. Este valor permite la buena convivencia entre personas con diferente cultura, credo, raza, etc. (Wikipedia)

“En lugar de censurar a la gente, tratemos de comprenderla. Tratemos de imaginarnos por qué hacen lo que hacen. Eso es mucho más provechoso y más interesante que la crítica; y de ello surge la simpatía, la tolerancia y la bondad”
Dale Carnegie (1888-1955) Escritor de libros de auto ayuda y empresario estadounidense.

FRESA Y CHOCOLATE (Fresa y chocolate) – 1993

fresa

Director Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío
Guion Senel Paz
Fotografía Jose María Vitier
Música Mario García Joya
Producción ICAIC/IMC/SGAE/Tabasco
Nacionalidad Cuba/México/España
Duración 108m. Color
Reparto Jorge Perrugorría, Vladimir Cruz, Marta Iborra, Francisco Gattorno, Joel Angelino, Marilyn Solaya, Andrés Cortina, Ricardo Ávila.

«Yo tengo un amigo que de niño tenía un talento extraordinario para el piano, pero el padre se opuso por aquello de que el arte es cosa de afeminado. Hoy mi amigo tiene sesenta años, es maricón y no sabe tocar el piano»

A lo largo de toda su filmografía, Gutiérrez Alea completó desde dentro del régimen castrista una especie de historia oficiosa de su país, en la que siempre mantuvo una postura crítica desencantada pero vigorosamente fortalecedora. En esta ocasión, se apoyaba en el cuento de Senel Paz El lobo, el bosque y el hombre nuevo, ambientado a finales de los setenta, para estructurar una elocuente parábola sobre la tolerancia, que condensaba con rigor, honradez y emotividad los prejuicios y las inquietudes más acentuadas de la sociedad posrevolucionaria. El enternecedor triángulo afectivo formado por un culto y sensible artista homosexual, un ingenuo estudiante comunista con vocación de escritor y una mujer madura tan solitaria como depresiva, interpretado por un terceto de actores visiblemente iluminado, constituía el eje sobre el que gravitaba esta simpática, expansiva y conmovedora comedia costumbrista, que cosechó una inesperada aclamación a nivel internacional y desencadenó, tácitamente, una actitud de cierto aperturismo en el seno de la sociedad cubana.

Otros alegatos en favor de la TOLERANCIA

El gran dictador – Charles Chaplin (1940)
Guardias y ladrones – M.Monicelli y Steno (1951)
Flores de otro mundo – Icíar Bollaín (1999)