Falta de moderación. Descomedimiento, falta de mesura. (Larousse Editorial)
«La desmesura al madurar grana en la espiga del error, y la cosecha que se recoge sólo consiste en lágrimas»
Esquilo (525-526 a.C.- 456-455 a.C.) Dramaturgo griego
CAPRICHO IMPERIAL (The scarlett empress) – 1934
Director Josef Von Sternberg
Guion Manuel Komroff
Fotografía Bert Glennon
Música W. Franke Harling & John Leipold
Producción Paramount
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 109m. B/N
Reparto Marlene Dietrich, John Lodge, Sam Jaffe, Louise Dresser, C. Aubrey Smith, Gavin Gordon, Maria Sieber, Erville Alderson.
«Esto es para mí… Y ahora, ¿qué tenéis para dar a los pobres?»
Enloquecido repaso a la vida y amores de la princesa alemana Sophia Federica, desde su despótico casamiento con el estólido Gran Duque Pedro (futuro zar de la dinastía Romanov y auténtico fundador del imperio ruso) hasta su insidiosa consolidación como emperatriz bajo el nombre de Catalina II, que viene a ser algo así como un pletórico inventario de la exuberancia estética y las ofuscaciones erótico-fetichistas que habían alimentado el apogeo cinematográfico de Josef Von Sternberg. La película, aparentemente inspirada en el diario íntimo de la intrépida soberana, diseminaba una efusión de descomedida belleza barroca para perseverar con flagrante impetuosidad dramática en la intransitable naturaleza del amor apasionado, materia intrínsecamente apegada a la obra de su autor. Ni la inobjetable excelencia de su fotografía y decorados, ni la extremada sensualidad con la que Marlene Dietrich tramitaba su personaje evitaron el naufragio financiero de esta excesiva, aunque irrepetible producción, deudora del cine silente por la profusa utilización del soporte musical y la continua alternancia de carteles fijos de carácter explicativo.
Otras películas determinadas por su DESMESURA estética y ornamental
Luis II de Baviera, el rey loco – Luchino Visconti (1972)
El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante – Peter Greenaway (1989)
La casa de las dagas voladoras – Zhang Yimou (2004)
Siempre es placentero volver a ver proyectadas estas películas, aunque solo sea en la memoria, una pantalla personal.
Me gustaMe gusta
Sí, es impresionante cómo han quedado registrados en nuestra memoria ciertos pasajes de estas películas y lo rápido que se nos olvidan otras películas de reciente factura. Debe ser cuestión de la edad, Manuel.
Me gustaMe gusta
Coincido totalmente con tu análisis de esta «imperial» película que, aún excesiva en muchos aspectos, es una pieza maestra de su autor y un ejemplo recargado pero brillantísimo (algunas secuencias y planos son bellísimos) del cine silente. Para mi un clásico incontestable, que no siendo de mis favoritas, sí atesora un resultado global, cuando menos, impresionante. Un abrazo y gracias por rescatar películas sin las que el cine no sería lo que es.
Me gustaMe gusta
Gracias a ti por acompañarme en esta experiencia bloguera que pronto cumplirá dos años. Un auténtico placer.
Me gustaMe gusta
Yo que me esperaba una pastelada en plan Sissi emperatriz y me encuentro con una barbaridad desmesurada y dionisíaca única en su especie. Fascinante.
Me gustaMe gusta
Ni que lo digas, es de un barroquismo tan exuberante como desenfrenado. De lo mejorcito de su realizador…
Me gustaMe gusta