Veronica Lake

INEXPRESIVIDAD (El cuervo)

Cualidad de inexpresivo (incapaz de expresar o expresarse, o que apenas lo hace). (RAE)

«Prefiero la inexpresividad de antes al hedonismo de la actualidad»
Julian Barnes (1946-) Novelista británico

EL CUERVO (This gun for hire) – 1942

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Director Frank Tuttle
Guion Albert Maltz y W.R. Burnett
Fotografía John F. Seitz
Música David Buttolph
Producción Paramount
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 80m. B/N
Reparto Alan Ladd, Veronica Lake, Robert Preston, Laird Cregar, Tully Marshall, Marc Lawrence, Mikhail Rasumny, Yvonne De Carlo.

«Estás tratando de ablandarme. Bueno, puedes ahorrártelo. No me ablando con nadie.»

Artesano sólido, complaciente y sin excesivas pretensiones, Frank Tuttle selló su mejor y más exitosa película con este subestimado clásico del cine negro, basado en la novela A gun for sale de Graham Greene, que sirvió para enlazar el seductor magnetismo de Verónica Lake con la viril inexpresividad de Alan Ladd, es decir, para modelar una de las parejas hollywoodienses más taquilleras de los años cuarenta. A través de una excepcional cadencia descriptiva, desarrollaba una enrevesada intriga criminal centrada en la porfía de un contumaz y reconcomido asesino a sueldo, apodado Raven, por vengar la traición de un oscuro individuo de Los Ángeles, a su vez, sospechoso de proporcionar información militar secreta a los enemigos. Producida poco después del ataque japonés a Pearl Harbour, deviene un thriller aciago y lacónico, de una considerable carga de crítica social, que merece ser redescubierto con premura. Martha Mears fue la encargada de doblar la voz de la pequeña rubia de cabello platino en las dos canciones que interpretaba: Now you see it, now you don’t y I’ve got you.

Otras películas caracterizadas por la INEXPRESIVIDAD de su protagonista

El cameraman (1928) Edward Sedgwick y Buster Keaton  / Buster Keaton
Flores rotas – Jim Jarmusch (2005) / Bill Murray
Drive – Nicolas Winding Refn (2011) / Ryan Gosling

VISADO (Si no amaneciera)

Autorización condicionada que otorga un país, típicamente a un ciudadano extranjero, para entrar y permanecer temporalmente en dicho país, o para abandonarlo. Los visados actúan como una norma entre países para legalizar la entrada o estancia de personas en un país donde no tengan nacionalidad o libre tránsito, ya sea por convenios bilaterales entre el país de la nacionalidad de la persona y el país de destino, todo fundamentado por una razón bien definida. El visado es un documento que se coloca adjunto a los pasaportes por las autoridades para indicar que el documento ha sido examinado y considerado válido para las personas que entran o salen de un país. (Wikipedia)

«¿Acaso no puedo vivir en los poemas? ¡Deprisa! ¡Poemas! ¡Mentiras! ¡Maldita sea vuestra débil música! ¡Habéis dejado pasar a la artritis! Tú no eres un poema. Eres un visado» (poema On the sickness of my love)
Leonard Cohen (1934-2016) Poeta, novelista y cantautor canadiense

SI NO AMANECIERA (Hold back the dawn) – 1941

Director Mitchell Leisen
Guion Charles Brackett y Billy Wilder
Fotografía Joseph Walker
Música W. Franke Harling
Producción Paramount
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 111m. B/N
Reparto Charles Boyer, Olivia de Havilland, Paulette Godard, Walter Abel, Victor Francen, Rosemary De Camp, Brian Donlevy, Veronica Lake, Mitchell Leisen.
* Atlantic Dance Orchestra – California here I come

«No tiene que tener miedo, señorita Brown. Ni un poco. Verá, somos como… dos trenes, detenidos por un momento en la misma estación. Pero vamos en diferentes direcciones. No podemos cambiar nuestro rumbo, como tampoco podemos detener el amanecer»

La tercera y última colaboración de Mitchell Leisen con el binomio de guionistas Wilder/Brackett trajo consigo este emblemático melodrama, que, más allá de determinar el momento más álgido en su carrera como realizador, constituye uno de los ejemplos más relevantes del placentero y algo engolado romanticismo hollywoodiense. A partir de un dilatado flashback, en el que el protagonista relataba la historia al mismísimo realizador en un plató de la Paramount, narraba con innegable solvencia dramática y ciertos lances de humor como un cínico gigoló rumano opta por contraer matrimonio con una inocente profesora para poder así obtener el visado necesario para cruzar la frontera mexicana y convertirse en ciudadano estadounidense. Una cuestión tan espinosa como la inmigración europea a Norteamérica tras la Segunda Guerra Mundial quedaba irremisiblemente en un segundo plano tras esta tierna y emotiva crónica de una redención amorosa, elaborada mediante una sublime puesta en escena e interpretada por un magistral terceto protagonista, del que sobresalía la candorosa dulzura de Olivia de Havilland.

Otras películas donde el protagonista se encuentra a la espera de un VISADO

Últimos días en La Habana – Fernando Pérez (2016)
La vida de Anna – Nino Basilia (2016)
Crystal Swan – Zhuk (2018)

CONNIVENCIA (La llave de cristal)

1. Confabulación, acuerdo entre varios para cometer un delito o una acción ilícita.
2. Asentimiento o tolerancia de un superior para con las faltas que cometen sus subordinados contra las normas o costumbres establecidas.
(Espasa-Calpe)

«Hay una desafección general contra el sistema y los medios somos parte de él. Pero además, muchos ciudadanos creen que nuestras connivencias con el poder político o económico son excesivas y nos castigan por ello»
Montserrat Domínguez (1963-) Periodista española

LA LLAVE DE CRISTAL (The glass key) – 1942

Director Stuart Heisler
Guion Jonathan Latimer
Fotografía Theodor Sparkuhl
Música Victor Young
Producción Paramount
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 82m. B/N
Reparto Alan Ladd, Veronica Lake, Brian Donlevy, Bonita Granville, Richard Denning, William Bendix, Joseph Calleia, Frances Gifford.

«Eres guapa, tienes buena figura, educación, pero de ti no me fío nada. Eres lista, pero no me gusta la hipocresía. Crees que eres demasiado buena para mí, pero yo creo que soy demasiado bueno para ti»

Eficaz adaptación de la novela homónima de Dashiel Hammett, que supera con creces a la primera versión dirigida por Frank Tuttle en 1935 y prevalece, hoy en día, como uno de los clásicos del género más recordados de principios de los cuarenta. Alan Ladd consolidó su imagen de héroe/galán tan tenaz como imperturbable, habituado a franquear los delicados confines que separan el bien y el mal, y reafirmó su halagüeña sociedad con la rubicunda Veronica Lake, iniciada ese mismo año con la notable y exitosa EL CUERVO, realizada también por Tuttle, al protagonizar esta estimable intriga criminal sobre el complejo entramado de intimidaciones, escarmientos e infidelidades que se organiza en torno a una campaña electoral. Trazada como respuesta al éxito obtenido por la Warner un año antes con EL HALCÓN MALTÉS, deviene un producto fiel al espíritu del relato original, potenciado por una compacta estructura narrativa y una atmósfera de perceptible violencia, encauzada a revelar las dudosas conductas del sistema político y su lamentable connivencia con el crimen organizado.

Otras películas que abordan la CONNIVENCIA entre la política y el crimen organizado

El caso Mattei – Francesco Rosi (1972)
Muerte de un corrupto – Georges Lautner (1977)
Suburra – Stefano Sollima (2015)

REENCARNACIÓN (Me casé con una bruja)

Creencia consistente en que la esencia individual de las personas (ya sea mente, alma, conciencia o energía) adopta un cuerpo material no solo una vez sino varias según va muriendo (…) La creencia en la reencarnación ha estado presente en toda la humanidad desde la antigüedad, en la mayoría de las religiones orientales, como el hinduismo, el budismo y el taoísmo, y también en algunas religiones africanas y tribales de América y Oceanía. En la historia de la humanidad, la creencia de que una persona fallecida volverá a vivir o aparecer con otro cuerpo (con una personalidad generalmente más evolucionada) ha sobrevivido incluso dentro de las religiones judeocristianas (cristianismo, judaísmo e islamismo). Son prácticamente las únicas que no la contemplan, pero han permanecido bajo la forma de diversas herejías y posturas no oficiales. (Wikipedia)

“Si crees en la reencarnación, no te rías de la fealdad del sapo”
Roberto Fontanarrosa (1944-2007) Humorista gráfico y escritor argentino

ME CASÉ CON UNA BRUJA (I married a witch) – 1942

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Director René Clair
Guion Robert Pirosh y Marc Connelly
Fotografía Ted Tetzlaff
Música Roy Webb
Producción United Artists
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 79m. B/N
Reparto Fredric March, Veronica Lake, Robert Benchley, Susan Hayward, Cecil Kellaway, Elizabeth Patterson, Robert Warwick.

«Sería bonito tener labios. Labios para susurrar mentiras. Labios para besar a un hombre y hacerle sufrir. Padre, ¿por qué no puedo tener labios, ni ojos, ni cabellos…?»

Simpática e ingeniosa comedia romántica, basada en la novela The passionate witch de Thorne Smith y producida por el gran Preston Sturges, que constituye la mejor de las cinco películas que René Clair rodó durante la Segunda Guerra Mundial en Estados Unidos, es decir, en el país que lo acogió tras una provisoria estancia en el Reino Unido. Aunque en esta etapa hollywoodiense resulta difícil identificar la profusa distinción imaginativa del creador francés, es precisamente en este ingenuo cuento fantástico donde afloran con mayor constancia algunas de las marcas de fábrica que lo encumbraron como uno de los más agudos e irónicos cronistas de lo cotidiano, como su desparpajo para incorporar en su comicidad temas de carácter ilusorio, la inventiva de ciertas soluciones visuales o argumentales (como el portentoso triple prólogo inicial) o su marcada predisposición a confeccionar planos-secuencia. Por otro lado, el film impulsó definitivamente a Veronica Lake como fugaz estrella popular, gracias a su papel de cautivadora reencarnación de una bruja del S. XVII, enamorada del descendiente del hombre que la condenó a la hoguera.

Otras películas donde se trata el tema de la REENCARNACIÓN

Las dos vidas de Audrey Rose – Robert Wise (1977)
Pequeño Buda – Bernardo Bertolucci (1993)
No te mueras sin decirme adónde vas – Eliseo Subiela (1995)

INDIGENCIA (Los viajes de Sullivan)

Fenómeno muy complejo y característico de la sociedad actual que supone que algunas personas viven por debajo de la línea de lo que se considera como digno, es decir que viven sin acceso a la vivienda o al techo, sin acceso al trabajo, sin alimentación constante, a la intemperie, sin ningún tipo de ayuda del estado y con una calidad de vida extremadamente primaria. (definicionabc.com)

«La ignorancia no discierne, busca un tribuno y toma un tirano. La miseria no delibera, se vende. Alejar el sufragio de manos de la ignorancia y de la indigencia es asegurar la pureza y acierto de su ejercicio. Algunos dirán que es antidemocrático pero la democracia, tal como ha sido ejercida hasta ahora nos ha llevado a este triste destino»
Juan Bautista Alberdi (1810-1884) Político, jurisconsulto y escritor argentino

LOS VIAJES DE SULLIVAN (Sullivan’s travels) – 1941

viajes

Director Preston Sturges
Guion Preston Sturges
Fotografía John E. Seitz
Música Leo Shuken y Charles Bradshaw
Producción Paramount
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 88m. B/N
Reparto Joel McCrea, Veronica Lake, Robert Warwick, William Demarest, Porter Hall, Franklin Pangborn, Byron Foulger, Margaret Hayes.

«Quiero poner un espejo ante la vida. Quiero que sea una película sobre la dignidad; un auténtico lienzo del sufrimiento de la humanidad»

Uno de los trabajos más reputados de su autor y de la comedia clásica estadounidense en su conjunto, que ha visto algo empañado su excesivo moralismo con el paso del tiempo pero aún continúa encandilando por la despampanante espontaneidad y eficacia con la que fluctúa «screwball comedy», drama social y cine dentro del cine, entre otros géneros. Harto de la futilidad de sus propias películas, un director decide adaptar una novela (Oh brother? Where art thou?, título que inspiraría la comedia homónima de los Coen) sobre la cruda e hiriente realidad que azota el país durante el período de la Gran Depresión, por lo que opta por disfrazarse de mendigo e inmiscuirse, con la azarosa compañía de una aspirante a actriz, en los espinosos recovecos de la más absoluta indigencia. Este husmeador y atolondrado peregrinaje fue manipulado con un brioso ritmo narrativo y un satírico sentido del humor por Preston Sturges para arremeter contra la incompetencia de las instituciones norteamericanas, reflexionar sobre la subordinación artística que entonces ya coartaba su oficio y, por último, propagar el milagroso poder analgésico que la risa entraña para la especie humana.

Otras películas sobre la INDIGENCIA

Tallo de hierro – Héctor Babenco (1987)
El rey pescador – Terry Gilliam (1991)
Ángeles sin cielo – Tim Hunter (1993)