Robert Burks

GAVIOTA (Los pájaros)

Ave palmípeda, de unos 75 cm de largo desde el pico hasta el fin de la cola y un metro de envergadura. Tiene plumaje muy tupido, blanco en general, dorso ceniciento; negras, pero de extremo blanco, las tres penas mayores de las alas, pico anaranjado y pies rojizos. Vive en las costas, vuela mucho, es muy voraz y se alimenta principalmente de los peces que coge en el mar. Hay otras especies muy parecidas, pero más pequeñas. (Real Academia Española)

“Oyes el graznido de la última gaviota cerrando su pacto con el rumor dulce de la espuma, y tú, vas y vienes sobre la corriente con el alfabeto del mar entre tus manos.”
Marlene Pasini (1970-) Poeta mexicana

LOS PÁJAROS (The birds) – 1963

birds

Director Alfred Hitchcock
Guion Evan Hunter
Fotografía Robert Burks
Música Bernard Herrmann
Producción Universal/Alfred Hitchcock Productions
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 116m. Color
Reparto Tippi Hedren, Rod Taylor, Suzanne Pleshette, Jessica Tandy, Ethel Griffies, Veronica Cartwright, Charles McGraw, Lonny Chapman.

«Nunca he oído que se hayan aliado distintas especies. Es de todo punto inimaginable, porque si eso ocurriese no habría solución. ¿Cómo podríamos luchar contra ellos?»

La única incursión de Hitchcock por los meandros del cine fantástico la encontramos en esta inquietante adaptación de la novela homónima de Daphne du Maurier, que, más allá de su palmaria e imponente calidad técnica y formal, ocupa un privilegiado lugar en la obra del cineasta por su radical transformación en el tratamiento del suspense (la habitual subjetividad dio paso a un registro del mismo totalmente objetivo) y a la compleja alegoría con la que relacionaba los traumas psicológicos de sus protagonistas a la feroz e inexplicable embestida ornitológica que arrasa la pequeña localidad costera de Bodega Bay (California). Recibida en su momento con escaso entusiasmo y tildada con asiduidad de mera fábula ecológica en torno a la rebelión de la Naturaleza ante la constante agresión del ser humano, sobresale en ella la excelsitud de su planificación, ambientación y efectos especiales, tanto visuales como sonoros, así como el quehacer interpretativo de Tippi Hedren, quien, al parecer, no sólo soportó el apocalíptico ataque de los atroces volátiles sino también el obsesivo acoso sexual del realizador británico.

Otras películas donde aparece alguna que otra GAVIOTA

The sea gull – Sidney Lumet (1968)
Juan Salvador Gaviota – Hall Bartlett (1973)
Leviathan – Lucien Castaing-Taylor y Verena Paravel (2012)

CLEPTOMANÍA (Marnie, la ladrona)

Trastorno del control de impulsos que lleva al robo compulsivo de cosas. La persona que padece dicho trastorno recibe el nombre de cleptómano o ladrón compulsivo. (Wikipedia)

«¿No extrañas aquellos días, los besos con la boca abierta, los labios hinchados como la vagina de una cierva en primavera? Vivíamos una vida de obscena angustia e imprudente cleptomanía para el emporio de las sombras de ojos.» (Poema Recuerdas esa primavera? La brisa olía como mezcla de pastel…)
Diane Seuss (1956-) Poeta estadounidense

MARNIE, LA LADRONA (Marnie) – 1964

marnie

Director Alfred Hitchcock
Guion Jay Presson Allen
Fotografía Robert Burks
Música Bernard Herrmann
Producción Universal/Geoffrey-Stanley Productions
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 130m. Color
Reparto Tippi Hedren, Sean Connery, Diane Baker, Martin Gabel, Louise Latham, Alan Napier, Bob Sweeney, Mariette Hartley, Milton Selzer.

«Marnie, ha llegado la hora de que encuentres un poco de comprensión en tu vida. Cuando una criatura de cualquier edad se haya falta de cariño toma lo primero que se le antoja sin importarle a quién pertenece. No es difícil de comprender.»

Nueva incursión de Hitchcock en el terreno del melodrama psicoanalítico de resonancias freudianas, basada en la homónima novela corta de Winston Graham, en la que sin dejar de lado su indeclinable sentido de la intriga osaba en incidir con ambigüedad en el tema de la pasión fetichista, sublimado con anterioridad en la magistral VERTIGO, DE ENTRE LOS MUERTOS (1958), para componer una de las obras más catárticas y ofuscadoras de su admirable trayectoria como realizador. La compleja atracción que un empresario de Filadelfia siente hacia una atractiva cleptómana con evidentes trastornos emocionales y sexuales fue narrada con coherencia, rigurosidad e inventiva bajo una turbadora atmósfera de pesadumbre, evidenciando cómo es posible plasmar los sentimientos más complejos e incoherentes a través de procedimientos esencialmente visuales. Cabe subrayar la singular pareja protagonista formada por la gélida Tippi Hedren y Sean Connery, en uno de los mejores papeles de su carrera, así como la formidable música de Bernard Herrmann, en su última colaboración con el mago del suspense.

Otras películas que abordan el trastorno de la CLEPTOMANÍA

Vorágine – Otto Preminger (1949)
Perversiones de mujer – Susan Streitfeld (1995)
Acordes y desacuerdos – Woody Allen (1999)

SACRISTÁN (Yo confieso)

Persona (laica o religiosa) que asiste al sacerdote en las labores de cuidado y limpieza de la iglesia, la sacristía y de los objetos sagrados que contienen. Es además el encargado de preparar todo lo necesario para la celebración de la misa. (Wikipedia)

«La beata que no ha tenido amores con sacristán no sabe lo que es canela, anís, chocolate con flan.» (canción El sacristán)
Violeta Parra (1967-) Cantautora, pintora, escultora, bordadora y ceramista chilena

YO CONFIESO (I confess) – 1953

confess

Director Alfred Hitchcock
Guion George Tabori y William Archibald
Fotografía Robert Burks
Música Dimitri Tiomkin
Producción Warner Bros.
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 93m. B/N
Reparto Montgomery Clift, Anne Baxter, Karl Malden, Brian Aherne, O.E. Hasse, Roger Dann, Dolly Haas, Charles André, Judson Pratt.

«No se piensa en las otras personas. Sólo se piensa en uno mismo… y en quien amamos.»

Una modesta pieza teatral de Paul Anthelme titulada Nous deux consciences inspiró este fascinante ejercicio de suspense, incluido habitualmente entre las obras menos reconocidas de su realizador, quien, por cierto, nunca se sintió demasiado satisfecho con ella, entre otras razones, por carecer del sentido de la ironía con el que habitualmente acostumbraba a aderezar sus películas. De todos modos, Hitchcock enriqueció por medio de connotaciones morales y religiosas su obsesión por el tema de la transferencia de culpabilidad al tratar con tremendo dramatismo el dilema interior que fustiga a un sacerdote de Québec, cuyo deber profesional le impide delatar al sacristán de su parroquia como asesino de un crimen admitido en secreto de confesión a pesar de que las sospechas sobre el mismo empiezan a recaer sobre su propia persona. Si bien el maestro del suspense no estuvo en principio de acuerdo con la designación de la pareja protagonista, éstos ofrecieron una labor inestimable; sobre todo Monty Clift, quien supo plasmar con absoluto empaque el sentido de la dignidad y rectitud de su personaje.

Otras películas donde entre sus protagonistas aparece un SACRISTÁN

El milagro del sacristán – José María Elorrieta (1954)
Los comulgantes – Ingmar Bergman (1963)
El crimen del padre Amaro – Carlos Carrera (2002)

MERCADO (El hombre que sabía demasiado)

Lugar público con tiendas o puestos de venta donde se comercia, en especial con alimentos y otros productos de primera necesidad. (google.es)

«Yo no quiero un amor civilizado, con recibos y escena del sofá; yo no quiero que viajes al pasado y vuelvas del mercado con ganas de llorar» (canción Contigo)
Joaquín Sabina (1949-) Cantautor, poeta y pintor español

EL HOMBRE QUE SABÍA DEMASIADO (The man who knew too much) – 1956

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Director Alfred Hitchcock
Guion John Michael Hayes y Angus McPhail
Fotografía Robert Burks
Música Bernard Herrmann
Producción Paramount/Filwite Productions
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 115m. Color
Reparto James Stewart, Doris Day, Brenda De Banzie, Bernard Miles, Carolyn Jones, Daniel Gélin, Mogens Wieth, Ralph Truman, Alan Mowbray.

«Hemos venido a un sitio como Marrakech para poder hablar con libertad. Quiero decirte algo que nadie pueda oír. Éste es el sitio perfecto. ¿Cuándo vamos a tener otro hijo?»

El único título perteneciente a su etapa británica que Hitchcock quiso renovar lo hallamos en esta envolvente intriga itinerante en torno al peliagudo caso de espionaje en el que se ve envuelto un pacífico ciudadano norteamericano a raíz del angustioso secuestro de su hijo durante una visita al mercado de Marrakech. La contraposición entre un juego de apariencias insubstanciales y una atmósfera enrarecidamente perturbadora constituía el incentivo vital de otra perfecta alianza entre la sutil socarronería y un suspense gradualmente intensificado, que culminaba en la insuperable secuencia del Royal Albert Hall, donde música e imágenes eran acompasadas a la perfección tanto formal como argumentalmente. Esta elegante aunque debatible producción, que incluye la popular canción de Jay Livingston y Ray Evans Qué será será, interpretada por Doris Day, resultaría severamente perjudicada por la crítica de la época pero, vista hoy en día, resulta sobradamente superior al ya de por sí impoluto original de 1934, cimentado en un argumento de Charles Bennett y D.B. Wyndham-Lewis y protagonizado por el gran Peter Lorre.

Otras películas que contienen alguna escena en un emblemático MERCADO

Ladrón de bicicletas – Vittorio De Sica (1948) – Porta Portese (Roma)
Zazie en el metro – Louis Malle (1959)- Marché aux Puces (París)
Desde Rusia con amor – Terence Young (1963) – Gran Bazar (Estambul)

Con este clásico hitchcockiano, DICCINEARIO llega a las 1000 entradas ininterrumpidas que me autoimpuse cuando inicié mi aventura bloguera, hace ahora algo más de dos años y medio. Aunque reconozco que ya me había acostumbrado a tan ardua pero reconfortante rutina diaria, no es menos cierto que ésta deviene cada vez más difícil de compaginar con mis compromisos y obligaciones, tanto familiares como profesionales, por lo que a partir de hoy la frecuencia de entradas se reducirá a tres o cuatro semanales. Me gustaría expresar un cordial y efusivo agradecimiento a todos los que han enriquecido las publicaciones del blog con sus comentarios, o a aquellos que simplemente han hecho un pequeño hueco en su preciado tiempo para entrar a ver qué película (o palabra) era la protagonista del día.
Un fuerte abrazo a todos.

SUSPENSE (Extraños en un tren)

Recurso literario y un amplio género de literatura, cine, televisión y videojuegos, que incluye numerosos y frecuentemente solapados subgéneros, cuyo objetivo principal es mantener al lector a la expectativa, generalmente en un estado de tensión, de lo que pueda ocurrirles a los personajes y, por lo tanto, atento al desarrollo del conflicto o nudo de la narración (…) En el cine, el suspense fue ampliamente explorado, como forma de atraer y cautivar a una audiencia. Y algunos cineastas lo tomaron como su marca registrada, como fue el caso de Alfred Hitchcock, cuyos filmes tienen la preocupación principal de provocar reacciones de miedo y de sobrecogimiento, o al menos de expectativa. (Wikipedia)

«Para producir suspense, en su forma más común, es imperativo que la audiencia esté completamente informada de todos los elementos en juego. De lo contrario no hay suspense.»
Alfred Hitchcock (1899-1980-) Cineasta inglés

EXTRAÑOS EN UN TREN (Strangers on a train) – 1951

extraños

Director Alfred Hitchcock
Guion Raymond Chandler, Czezi Ormonde y Whitfield Cook
Fotografía Robert Burks
Música Dimitri Tiomkin
Producción Warner Bros.
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 101m. B/N
Reparto Robert Walker, Farley Granger, Ruth Roman, Leo G. Carroll, Patricia Hitchcock, Kasey Rogers, Marion Lorne, Jonathan Hale.

«Todos tienen alguien de quien les gustaría verse libre. No irá usted a decirme que nunca en su vida ha sentido deseos al menos de verse libre de alguien…»

La enfermiza fascinación por el asesinato perfecto, la cara oculta de una psicopatía reprimida, a menudo de una implícita homosexualidad, o la apremiante pesadumbre del falso culpable por desarmar los albures que lo incriminan, entre otras constantes hitchcockianas, se daban citan en este angustioso ejercicio de intriga psicológica en torno a la coacción a la que es sometido un afamado profesional del tenis por parte de un desconocido para que cumpla el intercambio homicida, que, según éste, pactaron entre ambos a lo largo de un trayecto ferroviario. Basada en la primera novela de Patricia Highsmith, invertida en clave de comedia soez por Danny De Vito en su primeriza TIRA A MAMÁ DEL TREN (1987), deviene un ejemplo impoluto de suspense graduado sin artificios ni superfluidades, asentado en la brillantez de un guion que contenía momentos de antología (como el emocionante partido en Forest Hills, antiguo US Open, o el desenfrenado epílogo en el parque de atracciones) y la temperamental y postrera composición de Robert Walker, que acabaría falleciendo aquel mismo año tras perder su batalla con el alcohol.

Otras películas de SUSPENSE

El tercer hombre – Carol Reed (1949)
El salario del miedo – H.G. Clouzot (1953)
La vida de los otros – Florian Henckel von Donnersmarck (2006)