Máquina pesada que producen la densificación del suelo fundamentalmente por su propio peso (…) Las apisonadoras se utilizan en construcción para compactar materiales. Son imprescindibles durante la construcción de carreteras, tanto en la sub-base como en las mezclas asfálticas, siendo utilizadas también para alisar superficies u otro tipo de tareas en obras diversas. (Wikipedia)
«No hay nada que hacer, y es tan abrumador que te roba literalmente el aliento. Es como el rodillo gigantesco de una apisonadora desbocada que allanando todo aquello que le sale al paso rueda por el firme infirme de los siglos, sin conductor y sin destino.» (poema En perspectiva)
Roger Wolfe (1962-) Poeta, narrador y ensayista inglés
EL VIOLÍN Y LA APISONADORA (Katok i skripka) – 1961

Director Andrei Tarkovsky
Guion Andrei Tarkovsky, S. Bakhmetyeva y Andrei Konchalovsky
Fotografía Vadim Yusov
Música Vyacheslav Ovchinnikov
Producción Mosfilm Children’s Film Unit
Nacionalidad Unión Soviética
Duración 46m. Color
Reparto Ígor Fomchenko, Vladimir Zamanskiy, Sasha Vitoslavski, Youra Brussev, Slava Borisov, Nina Arkhangelskaia, Marina Adjoubey.
«¿Qué voy a hacer contigo? Demasiada imaginación.»
Tarkovsky selló su tesis de graduación en la prestigiosa Escuela Soviética de Cine (VGIK), donde previamente había codirigido la corta adaptación hemingwayana LOS ASESINOS (1958) y el también mediometraje HOY NO HABRÁ SALIDA (1959), con este poético y subyugante drama infantil acerca del entrañable vínculo de amistad, protección y aprendizaje que un joven estudiante de violín establece con el conductor de una apisonadora. Más allá de sus ajustadas interpretaciones, la cinta sorprendió a la crítica internacional (obtuvo el primer galardón en el Festival de Cine de Escuelas de Nueva York) por la metódica y apabullante exuberancia estética con la que perfilaba un relato definido por su sencillez, ternura y humanidad. El onirismo metafórico de sus hermosas imágenes, a menudo impregnadas de ademanes simbólicos, la suprema elegancia tanto de sus encuadres como de sus movimientos de cámara y la sustancial enjundia expresiva de su gama cromática determinaban la excelsitud creativa de esta pequeña joya cinematográfica, que, en su parte final, se permitía un pequeño tributo al icónico clásico soviético CHAPAYEV.
Otras películas donde interviene una APISONADORA
La rebelión de las máquinas – Stephen King (1986)
Un pez llamado Wanda – Charles Crichton (1988)
Austin Powers: Misterioso agente internacional – Jay Roach (1997)



