Lugar en el que se practica la prostitución (…) A pesar de que hay muchas diferencias, los burdeles «clásicos» tienen dos elementos comunes: un bar en el que los clientes esperan y se relajan y una serie de habitaciones en las que las prostitutas mantienen relaciones sexuales con los clientes. (Wikipedia)
“Cuando era joven había decidido ser pianista en un burdel o político profesional. A decir verdad, no hay mucha diferencia”
Harry S. Truman (1884-1972) Trigésimo tercer presidente de los Estados Unidos
LA CALLE DE LA VERGÜENZA (Akasen chitai) – 1956
Director Kenji Mizoguchi
Guion Masashige Narushawa
Fotografía Kazuo Miyagawa
Música Toshiro Mayuzumi
Producción Daiei
Nacionalidad Japón
Duración 88m. B/N
Reparto Machiko Kyo, Yasuko Kawakami, Aiko Mimasu, Ayako Wakao, Michiyo Kogure, Eitaro Shindo, Kumeko Urabe, Sadako Sawamura.
«Eres un hombre de negocios, ¿no? Tal como tú vendes tu género, yo vendo mi cuerpo. No es tan diferente…»
La clarividente alegoría poética de Mizoguchi se difuminó con esta amarga y ultramoderna visión sociológica sobre el degradante quehacer cotidiano de las integrantes del «País de los sueños», un burdel ubicado en el libertino barrio de Yoshiwara, en Tokio, y las diversas motivaciones que las impulsan a abandonar una situación sumamente inestable, pues el parlamento japonés pretendía aprobar una ley que condenara la prostitución (de hecho, ésta sería ilegalizada al poco tiempo de estrenarse el film). Fiel reflejo del apasionado y permanente anhelo de su autor por indagar en la idiosincrasia femenina, explotaba una cultivada e íntegra percepción humanística para equidistar su razonamiento en un profundo estudio de personajes, encauzado por medio de un ejercicio descriptivo de una tenuidad y placidez absolutamente portentosas. Capaz de conmover por su exquisita ternura y, al mismo tiempo, inquietar por una crueldad tan categórica como desatada, representa el solemne y plausible testamento de un creador inimitable, lamentablemente fallecido ese mismo año tras sucumbir a los estragos de la leucemia.
Otras películas ambientadas en un BURDEL
Adua y sus amigas – Antonio Pietrangeli (1960)
El lugar sin límites – Arturo Ripstein (1977)
Pantaleón y las visitadoras – Francisco J. Lombardi (1999)
Me la apunto. Ya sabes que con el cine japones tengo una asignatura muy pero que muy pendiente y voy poco a poco.
De tus propuestas con la palabra BURDEL, vi hace poco la de Pantaleón y las visitadoras que me sirvió para leerme la novela de Vargas Llosa.
Te propongo dos burdeles (que seguro los conoces ya). Uno sale en una película de Robert Altman que me encanta y se llama LOS VIVIDORES. El burdel en cuestión lo regenta Mrs Miller con rostro de Julie Christie. Y otro sale en una película de Max Ophüls y es un cuento de Maupassants. La película se titula EL PLACER y son la adaptación de tres cuentos del mismo autor. Este burdel sale en el segundo, el burdel de madame Tellier.
Besos
Hildy
Me gustaMe gusta
Pues mira, Hildy, aunque suene algo incoherente, no estaría mal introducirse en el universo de Mizoguchi con su sublime canto del cisne.
Me han encantado tus recomendaciones burdelísticas, especialmente el regentado por Madame Tellier e ideado por Guy de Maupassant, por lo que te recompensaré con otras dos sugerentes casas de citas: una quizás algo convulsa, ubicada en un pequeño pueblo texano llamado Big Whiskey («Sin perdón») y la otra sita en Nueva Orleans, donde dicen que reside una preciosa niña de doce años («La pequeña»).
Me gustaMe gusta
Me encanta tu blog, tuviste una idea genial. Enhorabuena
Me gustaMe gusta
Muchas gracias!! Le he echado un vistazo al tuyo y también me resulta de lo más interesante. De hecho, te he incluido entre los blogs recomendados.
Un saludo.
Me gustaMe gusta
otro que se la apunta, ni idea de esta película y suena francamente bien. Cuidate
Me gustaMe gusta
Es una película extraordinaria, Plared. Cuando la veas, ya me contarás que te ha parecido.
Un saludo.
Me gustaMe gusta
Muy buena película, no es de mis favoritas de Mizoguchi, pero aún así y cómo siempre es muy hermosa la manera que tuvo Mizoguchi de retratar el mundo interior de las mujeres, y en especial a las geishas (su hermana lo fue).
Muy interesante la entrada, Antonio, qué bien te expresas, en serio, es un placer leer tus entradas. jajaja
Hildy, si no las has visto yo recomendaría también «El intendente Sansho» y «Cuentos de la luna pálida de agosto», dos películas extraordinarias.
Me gustaMe gusta
Yo sí la incluyo entre las que más me han gustado del maestro japonés, junto a las otras dos que recomiendas y «Vida de O’Haru».
Muchas gracias, Bruno. Como siempre, un placer.
Me gustaMe gusta