Gregg Toland

PÁRAMO (Cumbres borrascosas)

1. Terreno yermo, sin vegetación.
2. Superficie de terreno llano, de altitud elevada y de suelo rocoso y pobre. (Espasa-Calpe)

“No hay nada mejor que el olor a tierra limpia, con excepción del fresco olor que despiden las pequeñas plantas luego de una lluvia. Cuando llueve, muchas veces salgo al páramo y me tiendo bajo los matorrales a escuchar como caen las gotas de lluvia sobre el brezo” (novela El jardín secreto)
Frances Hodgson Burnett (1849-1924) Escritora estadounidense de origen británico

CUMBRES BORRASCOSAS (Wuthering heights) – 1939

heights

Director William Wyler
Guion Ben Hecht y Charles MacArthur
Fotografía Gregg Toland
Música Alfred Newman
Producción United Artists
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 103m. B/N
Reparto Laurence Olivier, Merle Oberon, David Niven, Geraldine Fitzgerald, Miles Mander, Cecil Kellaway, Flora Robson, Donald Crisp.

«Quédate siempre conmigo, toma cualquier forma, vuélveme loco, pero por favor, no me dejes en este abismo en donde no puedo hallarte»

Incuestionable clásico del melodrama romántico, que, con todos los honores, puede ser considerado como la adaptación más conseguida de la célebre novela homónima de Emily Brontë, incluso por encima de la libérrima, desenfrenada y furibunda apoteosis de ‘amor fou’ detonada por Luis Buñuel en ABISMOS DE PASIÓN (1953). La trágica, intensa y arrebatadora historia de un triángulo amoroso brotado en los páramos de Yorkshire e integrado por una rica y ambiciosa heredera, un mozo de cuadras al que ama con furor desde la infancia y un joven aristocrático con quien contrae matrimonio para introducirse en la alta sociedad inglesa del siglo XIX fue objeto de un inspirado guion a cargo de la pareja Hecht/MacArthur, cuyo ambiente pasional y desaforado sería plasmado en imágenes por William Wyler a través de una puesta en escena de loable meticulosidad descriptiva y una extraordinaria riqueza visual, aspecto en el que influyó poderosamente la sombría y atmosférica fotografía de Gregg Toland. Producida por Samuel Goldwyn con un desmedido presupuesto, hace gala de un lujosísimo reparto en el que sobresale la brillante composición de Laurence Olivier.

Otras películas cuyo argumento transcurre parcialmente en un PÁRAMO

Kes – Ken Loach (1969)
El paciente inglés – Anthony Minghella (1996)
Incierta gloria – Agustí Villaronga (2017)

TRIPULACIÓN (Hombres intrépidos)

Una tripulación se conforma de un grupo de personas que trabajan en una tarea en común, generalmente bajo una estructura jerarquizada. Especialmente designa al personal de conducción y de servicios de una nave o aeronave (…) Es utilizado en barcos, especialmente en veleros, y según el grado de habilidad se organizan usualmente en cadenas de comando. La navegación tradicional distinguía muy bien entre un oficial y un marinero, aunque ambos gremios formaban la entera tripulación del navío. (Wikipedia)

«Nuestro barco se había rendido a toda especie de juergas y perversiones. No se interpuso la más tenue barrera entre las profanas pasiones de la tripulación y el ilimitado placer de ellas» (novela Typee)
Herman Melville (1819-1891) Escritor estadounidense

HOMBRES INTRÉPIDOS (The long voyage home) – 1940

Director John Ford
Guion Dudley Nichols
Fotografía Gregg Toland
Música Richard Hageman
Producción United Artists
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 104m. B/N
Reparto Thomas Mitchell, John Wayne, Ian Hunter, Barry Fitzgerald, Wilfrid Lawson, Ward Bond, Mildred Natwick, John Qualen.
* James Thomson – Rule Britannia!

«Lo mejor que puedes hacer con los recuerdos es olvidarlos»

Un magnífico guion del reputado Dudley Nichols, que condensaba diversos pasajes derivados de cuatro relatos cortos de ambiente marinero del dramaturgo y aventurero Eugene O’Neill, sirvió para que John Ford, con su exactitud descriptiva y su tenaz apego a la épica, y el operador Gregg Toland, presumiendo de su innata disposición para acumular sugerentes claroscuros, concibieran esta hermética, cautivadora y taciturna película para el productor independiente Walter Wanger. Ubicada en los albores de la Gran Guerra, se dividía en dos partes claramente diferenciadas: un extenso y deprimente fragmento costumbrista donde se ensalzaba el heroísmo de la errante nómina de marineros que tripulaba, con destino a Londres, un roñoso buque irlandés cargado de peligrosas municiones; y un desenlace emplazado en diversos tugurios portuarios, en el que se enfatizaba con algo más de regocijo la camaradería del grupo y su irrefrenable afición a las mujeres, a las peleas y, sobre todo, a la bebida. Típico reparto masculino del realizador, con un Thomas Mitchell realmente soberbio.

Otras películas que giran en torno a una TRIPULACIÓN

Rebelión a bordo – Frank Lloyd (1935)
El hidalgo de los mares – Raoul Walsh (1951)
La fragata infernal – Peter Ustinov (1962)

AFECTIVIDAD (Los mejores años de nuestra vida)

Capacidad de reacción de un sujeto ante los estímulos que provienen del medio externo o interno, cuyas principales manifestaciones son los sentimientos y las emociones. (Espasa-Calpe)

«El matrimonio es un contrato de afectividad que no garantiza nunca su cumplimiento, pues el cariño se revisa cada mañana»
Pierre J. Proudhon (1809-1865) Filósofo político y revolucionario francés

LOS MEJORES AÑOS DE NUESTRA VIDA (The best years of our lives) – 1946

best

Director William Wyler
Guión Robert E. Sherwood
Fotografía Gregg Toland
Música Hugo Friedhofer
Producción Samuel Goldwyn
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 172m. B/N
Reparto Fredric March, Dana Andrews, Harold Russell, Myrna Loy, Theresa Wright, Virginia Mayo, Cathy O’Donnell, Hoagy Carmichael.

«Lo que más miedo me da es que ahora van a tratar todos de rehabilitarme»

La dura experiencia vivida por William Wyler en la Gran Guerra resultó fundamental a la hora de aceptar la propuesta del entonces productor independiente Samuel Goldwyn de dirigir una película sobre las dificultades del regreso a la vida civil de los excombatientes en la Segunda Guerra Mundial, tanto en su readaptación laboral como en la reconstrucción de su entorno familiar. El resultado fue un emotivo melodrama realista, inspirado en el relato Glory for me de McKinlay Kantor, que yuxtaponía en un tono profundamente melancólico las diferentes contrariedades de carácter social y afectivo que experimentan un sargento de infantería de acomodada situación profesional (Fredric March), un capitán de aviación sin empleo (Dana Andrews) y un mutilado marinero de clase media (Harold Russell, auténtico veterano de guerra). La pureza y sobriedad de su realización, la enternecedora delicadeza de sus interpretaciones y una majestuosa fotografía de Gregg Toland, con especial esmero en la profundidad de campo, convierten al film en uno de los títulos hollywoodienses más sugestivos, emblemáticos e influyentes de los años cuarenta.

Otras películas que expresan grandes dosis de AFECTIVIDAD

La gran ilusión – Jean Renoir (1937)
¿Dónde está la casa de mi amigo? – Abbas Kiarostami (1987)
Tierras de penumbra – Richard Attenborough (1993)