Anthony Mann

ESPUELA (Colorado Jim)

Objeto metálico en forma de arco con una pieza terminada en una ruedecilla dentada, que se ajusta el jinete a los talones de sus botas para poder picar al caballo. (google.es)

“Tengo miedo de mirar mi dolor. No vaya a ser que me quede demasiado grande. Prefiero calzar mi deber como una valentía de espuelas e hincando mi pereza, que quisiera morir cobardemente, andar con frente firme ante la pampa yerma del dolor de los otros. Sólo así quiero merecer”
Ricardo Güiraldes (1886-1927) Novelista y poeta argentino

COLORADO JIM (The naked spur) – 1953

colorado

Director Anthony Mann
Guion Sam Rolfe y Harold Jack Bloom
Fotografía William C. Mellor
Música Bronislau Kaper
Producción Metro Goldwyn Mayer/Loew’s Inc.
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 87m. Color
Reparto James Stewart, Janet Leigh, Robert Ryan, Ralph Meeker, Millard Mitchell.

«Escoger una u otra muerte, ¡qué más da! Escoger una u otra vida, eso es lo difícil»

En el tercero de aquellos modélicos westerns que protagonizó a las órdenes de Anthony Mann, asentados hoy en un lugar preferente e irreemplazable en la historia del género, James Stewart encarnaba a un cazador de recompensas lacónico y vulnerable, sumido en una aviesa trama de furor y codicia por las Montañas Rocosas tras capturar a un preciado forajido y a su hermosa protegida junto a dos ocasionales socios, un veterano explorador de oro y un teniente expulsado con descrédito del ejército de la Unión. Se trata de una película absolutamente ejemplar, ya no solo por su riguroso planteamiento argumental sino por la inspirada resolución de su puesta en escena, cuyo ímpetu entre su tensa gradación dramática y el infundido retrato de personajes constataba la regeneración de un género encarado ya hacia la vertiente psicológica. Su preponderante y extraordinaria estilización formal, fruto del especial talento de su realizador en la captación de espacios naturales, enriquecía aún más el conjunto de esta obra concisa, sólida e intensa, declamada por un quinteto de intérpretes tan ajustado como eficiente.

Otras películas donde se lucen ESPUELAS

Perseguido – Raoul Walsh (1947)
Pat Garrett y Billy el Niño – Sam Peckinpah (1973)
Gracias y favores – Bruce Beresford (1982)

PELOTÓN (La colina de los diablos de acero)

Un pelotón, en el ámbito militar, es una pequeña unidad. El número de elementos que componen un pelotón varía, de acuerdo a la doctrina imperante en cada país, e incluso, de acuerdo a la organización de determinada arma. En algunos países puede haber pelotones de varias armas, mientras que en otros se limitan a la infantería. El tamaño del pelotón hace que las relaciones que se generan entre los miembros sean estrechas, similares a las de una clase de la escuela. (Wikipedia)

“Al final es siempre un pelotón de soldados quien salva la civilización”
Oswald Spengler (1880-1936) Filósofo e historiador alemán

LA COLINA DE LOS DIABLOS DE ACERO (Men in war) – 1957

men

Director Anthony Mann
Guion Philip Yordan
Fotografía Ernest Haller
Música Elmer Bernstein
Producción United Artists/Security Pictures Inc.
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 104m. B/N
Reparto Robert Ryan, Aldo Ray, Robert Keith, Nehemiah Persoff, James Edwards, Vic Morrow, Philip Pine, Scott Marlowe, L.Q. Jones.

«Contadme la historia de un soldado y os contaré la historia de todas las guerras»

Aplastante declaración antibelicista, cimentada en un espléndido guion libremente inspirado en la novela Day without end de Van Van Pragg, que exponía con dureza y minuciosidad los obstáculos a los que ha de hacer frente un desamparado pelotón de soldados norteamericanos para conquistar una colina durante la guerra de Corea, en 1950. Esta implacable narración, de cierto cariz documental y fortalecida por un estoico y detallista retrato psicológico de sus personajes, rehuyó las perseverantes exhortaciones conservadoras y patrioteras del género bélico hollywoodiense para penetrar a fondo en el incomprensible disparate del fanatismo autodestructivo y reflexionar, de manera rotunda e inflexible, sobre la complejidad y resistencia de la naturaleza humana. Anthony Mann puso de manifiesto su especial destreza para filmar en espacios abiertos y culminó una obra vigorosa, física e inquieta, acompañada de una apropiada banda sonora de Elmer Bernstein y compuesta por un estupendo plantel de modestos actores, encabezados por unos soberbios Robert Ryan y Aldo Ray.

Otras películas protagonizadas por un PELOTÓN

Los violentos de Kelly – Brian G. Hutton (1970)
Platoon – Oliver Stone (1986)
Tigerland – Joel Schumacher (2000)

SWING (Música y lágrimas)

Estilo de jazz que se originó en Estados Unidos hacia finales de los años 1920, convirtiéndose en uno de los géneros musicales más populares y exitosos del país durante los años 1930. El swing utiliza instrumentos habituales en el jazz, como una sección rítmica formada por piano, contrabajo y batería; metales como trompetas y trombones; instrumentos de viento-madera, como saxofones y clarinetes; y muy ocasionalmente, instrumentos de cuerda como violín o guitarra. El swing utiliza preferentemente tempos medios y rápidos, generaliza los riffs melódicos y libera el rol del batería de ciertas restricciones que había tenido hasta entonces. El conjunto característico del estilo fue la big band, adquiriendo además cada vez mayor importancia el papel del solista. (Wikipedia)

“Ningún texto musical es swing. No se puede escribir swing, ya que el swing es lo que sacude al auditor y no hay swing en tanto que la nota no ha sonado. El swing es un fluido y aunque una orquesta haya tocado un trozo catorce veces, puede ocurrir que sólo lo swinguice a la decimoquinta vez”
Duke Ellington (1899-1974) Compositor, director y pianista estadounidense de jazz

MÚSICA Y LÁGRIMAS (The Glenn Miller story) – 1954

glenn

Director Anthony Mann
Guion Oscar Brodney y Valentine Davies
Fotografía William H. Daniels
Música Glenn Miller, Josep Gershenson y Henry Mancini
Producción Universal
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 117m. Color
Reparto James Stewart, June Allyson, Charles Drake, George Tobias, Henry Morgan,
Sig Ruman, Barton McLane, Irving Bacon.
* Glenn Miller – Tuxedo junction

«¡Cuatro trombones y cuatro trompetas! ¿Cuándo estén tocando, qué es lo que va a sostener el techo? (…) Tal vez sea bueno o tal vez no, pero es radical»

La fructífera sociedad formada por Anthony Mann y James Stewart aparcó momentáneamente el western para pergeñar esta entusiasta y conmovedora biografía sobre el trompetista Glenn Miller, principal creador del llamado sonido genuinamente americano. Acentuando el obstinadamente cacareado ‘american dream’, el film recreaba con una sutil emotividad y un contagioso optimismo la trayectoria del legendario músico (enternecedor Stewart), desde sus inicios como trombonista provinciano hasta su trágica e inesperada desaparición, pasando por su arrollador triunfo neoyorquino en la época gloriosa del swing y las Big Bands y, sin desenlazar en ningún momento la hermosa historia de amor que mantuvo con su esposa (posiblemente la mejor interpretación de June Allyson). Una recopilación de sus grandes éxitos (In the mood, Moonlight serenade, etc.), una espléndida colaboración de Louis Armstrong, y otras melodías adicionales a cargo de Henry Mancini, completaban la formidable banda sonora de esta única incursión del realizador californiano en el género musical, que, a la postre, significó el mayor triunfo comercial de su carrera.

Otras películas sobre la música SWING

La historia de Benny Goodman – Valentine Davies (1956)
Rebeldes del swing – Thomas Carter (1993)
Las últimas rubias explosivas – Gillies MacKinnon (2000)

PROCEDENCIA (El hombre de Laramie)

La palabra procedencia se emplea para designar el origen que ostenta un objeto o una persona y del cual entonces procede (…) La procedencia geográfica que alguien dispone marca muchas de las características que presentará en el plano físico, y asimismo en lo concerniente a su modo de comportamiento o de actuar. (definicionabc.com)

«La cosa, con esto de las etiquetas, es que se tiende a generalizar demasiado, y si se nos presenta como una banda de Seattle la gente espera que sonemos como Nirvana o Pearl Jam y la verdad es que no tenemos mucho que ver con ellos. Prefiero que se hable de nosotros por nosotros mismos, sin apelativos geográficos. Ya somos Soundgarden sin más, hacemos nuestra música independientemente de nuestra procedencia»
Chris Cornell (1964-2017) Guitarrista y cantautor estadounidense

EL HOMBRE DE LARAMIE (The man from Laramie) – 1955

MAN

Director Anthony Mann
Guion Philip Yordan y Frank Burt
Fotografía Charles Lang Jr.
Música George Duning
Producción Columbia
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 104m. Color
Reparto James Stewart, Arthur Kennedy, Donald Crisp, Alex Nicol, Cathy O’Donnell, Jack Elam, Wallace Ford, Aline McMahon, Gregg Barton.
* Jimmy Young – The man from Laramie

«En el sitio en el que me encuentro, ése es mi pueblo»

El último de los cinco memorables westerns que James Stewart protagonizó a la órdenes de Anthony Mann fue esta especie de tragedia shakespeariana, basada en una historia original de Thomas T. Flynn, cuyo argumento fusionaba por medio de una configuración elíptica dos entramados narrativos igualmente interesantes: por un lado, el conflicto familiar entre un ganadero feudal de Nuevo Mexico, su fiel ahijado y su esquizofrénico hijo legatario (los tres dibujados con una exactitud admirable) y, por otro, la perseverante lucha de un hombre por vengar la muerte de su hermano a manos de unos apaches. La espléndida fotografía en Technicolor y la superlativa utilización del Cinemascope, por aquel entonces en su época de mayor esplendor, confirieron al largometraje una extraña belleza visual, especialmente patente en su óptimo tratamiento de los escenarios naturales, y probablemente trazaron el más áspero y conciso retrato manniano sobre el hombre en conflicto consigo mismo, con el intolerante medio que lo rodea y con un dolor pretérito que urge sanar.

Otras películas cuyo título revela la PROCEDENCIA del personaje protagonista

El muchacho de Oklahoma – Michael Curtiz (1954)
El hombre de Kentucky – Burt Lancaster (1955)
El lazarillo de Tormes – César Fernández Ardavín (1959)