ARMA (El oficio de las armas)

Herramienta de agresión útil para la caza y la autodefensa, cuando se usa contra animales, y puede ser utilizada contra seres humanos en tareas de ataque, defensa y destrucción de fuerzas o instalaciones enemigas, o simplemente como una efectiva amenaza. Un arma es por tanto un dispositivo que amplía la dirección y la magnitud de una fuerza. Según otra interpretación, podrían definirse como los dispositivos más sencillos que utilizan ventajas mecánicas para multiplicar una fuerza. En ataque, las armas pueden ser utilizadas como un instrumento de coacción, por contacto directo o mediante uso de proyectiles. (Wikipedia)

“No hay buenas armas o malas armas. Cualquier arma en la mano de una persona mala es mala. Un arma en la mano de una persona decente no representa ninguna amenaza”
Charlton Heston (1923-2008) Actor estadounidense

EL OFICIO DE LAS ARMAS (Il mestiere delle armi) – 2001

mestiere

Director Ermanno Olmi
Guion Ermanno Olmi
Fotografía Fabio Olmi
Música Fabio Vacchi
Producción Cinema 11 Undici/RAI/Studio-Canal/Taurus
Nacionalidad Italia/ Francia/ Alemania/ Bulgaria
Duración 105m. Color
Reparto Hristo Jivkov, Sergio Grammatico, Dimitar Ratchkov, Fabio Giubbani, Sasa Vulicevic, Dessy Tenekedjieva, Fabio Giubanni, Paolo Magagna.

«¿Quién fue el que inventó las terribles armas? Desde ese momento hubo matanzas, guerras, se abrió el camino más corto a la cruel muerte. Pero el infeliz no tiene la culpa, somos nosotros quienes usamos mal lo que él nos dio para defendernos de los animales feroces»

Mantova, invierno de 1526. Tras ser herido en una pierna por disparo de falconete cuando combatía contra las huestes alemanas de Carlos V, el novelesco capitán del ejército papal Giovanni de Médicis, arquetipo de una destreza marcial sin parangón y una honorabilidad caballeresca con visos de pronta caducidad, perece a causa de una irresoluble necrosis. A partir de esta funesta anécdota histórica, Olmi conformó un exquisito fresco histórico de estructura circular y manifiesto instinto bressoniano que evocaba la literatura renacentista (Maquiavelo) o la pintura cuatrocentista (Ucello) y manierista (Tiziano) en aras a sublimar la épica bélica de orden artesanal. Un alegórico largometraje de intrincado visionado, distanciado de las convenciones descriptivas habituales por su engolada disertación fragmentaria o un pulso narrativo tan flemático como teatralizado, que, sin embargo, proporcionaba una recreación de la época absolutamente deslumbradora, apoyada en una espléndida escenografía y un apasionante tratamiento lumínico en exteriores, por cierto, rodados en parajes rurales de Bulgaria.

Otras películas que denotan la funesta trascendencia de las ARMAS

El demonio de las armas – Joseph H. Lewis (1950)
Bowling for Columbine – Michael Moore (2002)
El señor de la guerra – Andrew Niccol (2005)

8 comentarios

  1. Una joya intimista para paladares exquisitos. De fragancia extraña y lentitud que viste de fiesta una fotografía pictórica que rivalizaría con cualquier pinacoteca.

    Película extraña, de un mundo que se va y otro que llega. De heroismo y suciedad en campos de batalla donde esa misma guerra deja de tener sentido. De honor unas veces hipócrita y otras sentido. De contraposición entre política y muerte.

    En resumen, una obra majestuosa sobre lo que se nos va y como lo hace. De un cambio de época y de los mercaderes que como siempre se amoldan a lo que venga…Los héroes, por supuesto no, por eso mueren al igual que su tiempo. ….Cuidate

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    1. Es una película más recomendable para el denominado cinéfilo gafapastil que para el simple aficionado al cine, que, con casi toda seguridad, verá en ella un tostón de aquí te espero…
      Me encanta que de vez en cuando saques a pasear tu vena poética, Plared…
      Un abrazo.

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      1. Es curioso, pero se puede disfrutar viendo por ejemplo los vengadores y tambien con esta. En fin, lo malo de este tipo de cine es que esta ligado a ciertos sectores que son excluyentes de por si.

        Y eso aleja a mucha gente, ya que al igual que decir que te gusta por ejemplo una película de acción blockbuster, queda extraño en ciertos ambientes. Decir que te gusta una de lentitud aplastante pues lo mismo para los contrarios. A cuidarse

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  2. Bueno, bueno, tiene magnífica pinta esta película, aunque tal vez demasiado esteticista y recreada según parece. Magnífica crónica muy erudita. Y gran comentario de Plared. Un rincón de auténtico lujo.

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    1. Muy sugestiva por su esplendoroso continente, no tanto en su contenido redundante y algo mortecino. Un film a tener en cuenta, aunque personalmente nunca te lo hubiera recomendado.
      Gran pluma la de Plared, sí señor, y gracias por la parte que me corresponde.
      Un abrazo.

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  3. Entonces no me incluirías en el denominado grupo cinéfilo «gafapastil». Si es algo parecida a la encumbrada Barry Lyndon me lo pensaré y mucho verla, pues la «gran» película de Kubrick siempre me pareció deleznable bajo cualquier punto de vista.

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  4. Es simplemente una película lenta y plasticamente bella. Serena, para digamos momentos melancólicos en los que te da por pensar en lo que se nos fue y lo que queda. Sin mas definicion rimbombante,

    Si se busca otra cosa, pues como se suele decir hay cientos de peliculas que te lo dan, esta es para esos momentos. Y no creo que tu andes en ese grupo de iluminados, esos pegados de si mismos son excluyentes con cualquier cosa que huela a cine de verdad.

    Vamos que su masturbación mental viene dada por un tipo mirando una taza de café mientras una mosca como sinónimo de vida es devorada por una araña que la atrapo en su tela como parabola de la sociedad. En fin, que tu tranquilo que andas alejado de eso

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    1. Siempre me ha hecho gracia la distinción del cinéfilo «gafapastil», igual que el de «rata de filmoteca», ambas utilizadas con asiduidad en sentido peyorativo. Si entendemos el término en el sentido que lo ha hecho Plared, por supuesto que no te incluyo entre ellos. No os incluyo, vaya… Creo que los comentaristas habituales del blog (de los que por cierto estoy muy orgulloso) podéis presumir de tener una notable amplitud de miras en materia cinéfila y una gran capacidad para asimilar estilos, géneros y tendencias.
      «Barry Lyndon» no me resulto deleznable, aunque sí considero que está bastante sobrevalorada. No te precipites, Altaica, algún día la verás aquí y tendrás la oportunidad de destriparla a tu antojo.
      Un abrazo a los dos.

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