Agente de policía de algunos países, especialmente Francia. (Larousse Editorial)
«Mira qué pobre amante, incapaz de meterse en una fuente para traerte un pescadito rojo bajo la rabia de gendarmes y niñeras» (poema Niño bueno)
Julio Cortázar (1914-1984) Escritor, traductor e intelectual argentino
IRMA LA DULCE (Irma la douce) – 1963
Director Billy Wilder
Guion Billy Wilder e I.A.L. Diamond
Fotografía Joseph LaShelle
Música André Previn
Producción United Artists
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 139m. Color
Reparto Shirley MacLaine, Jack Lemmon, Lou Jacobi, Bruce Yarnell, Herschel Bernardi, James Caan, Hope Holiday, Joan Shawlee, Cliff Osmond.
«Te crees muy entendida, una experta en amor, y ni siquiera sabes cuándo alguien te quiere de verdad»
Billy Wilder volvió a contar con la pareja protagonista de EL APARTAMENTO (1960) para transformar una obra musical de Alexandre Breffort y Margaret Monnot sobre el romance entre un honrado gendarme parisino y una soez e ignorante meretriz del barrio de Les Halles en una comedia sentimental de melancólica acidez, que, sin rallar a la altura de sus obras maestras, evidenciaba con creces su incontestable maestría en el género y prolongaba su particular mirada entre cínica y ambivalente sobre el ser humano y la ávida sociedad que lo ampara, enfatizada si cabe tras su asociación con el guionista I.A.L. Diamond. Aunque en apariencia la película emerge como un bullicioso artefacto cómico irrigado de frivolidad y afectación estética, aspecto en el que influye sobremanera la sofisticada escenografía de Alexandre Trauner, en realidad encubre una amarga y punzante introspección en el engaño, la iniquidad o la sinrazón que dominan los vínculos afectivos de divergente clase social, orlada con un audaz tratamiento erótico y diseminada por una perfecta complicidad actoral entre su eminente pareja protagonista.
Otras películas sobre GENDARMES
El gendarme desconocido – Miguel M. Delgado (1941)
El gendarme de Saint-Tropez – Jean Girault (1964)
Nada que declarar – Dany Boon (2010)
No sé, empezaba muy bien la peli pero luego se me hizo bastante pesada, desde luego me gustó mucho más «El Apartamento», que no digo que esta no, pero en cuanto aparece el lord inglés por medio la cosa lo dicho, no me divertía mucho.
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Coincido bastante contigo. La primera parte, emparentada directamente con el «slapstick», es mucho más divertida que la segunda. De todos modos, es una comedia más que digna, eso sí a mucha distancia de «El apartamento», que, no sólo figura como una de las cumbres de Wilder, sino que bien puede ser considerada como una de las grandes comedias románticas de la historia del cine.
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… Yo de esta película me quedo con las medias verdes y el vestido negro con perro incluido de Irma la Dulce, más que con el gendarme (y eso que adoro a Jack Lemmon)… sus celos patológicos vuelven un lío esta película (y al propio personaje)… pero eso es otra historia… (qué buenos personajes secundarios hay por el mundo del cine). Y también me quedo con ese París imaginario… No es la película de Wilder que más amo pero sí que la visito de vez en cuando.
Besos
Hildy
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Puestos a elegir algo de la película, yo me quedaría con las piernas de Shirley MacLaine, en esta ocasión especialmente atractiva. No la incluiríamos entre lo mejor de su autor, pero es una comedia con momentos muy divertidos y diálogos realmente inspirados.
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Es probablemente de las películas que menos me gustan del genio y eso tampoco es decir nada malo, pues la mayoría de sus obras son sencillamente magistrales. Por tanto, ésta es menor pero dignísima como ya habéis comentado. Y es que echar un vistazo al ramillete de películas que nos dejó Wilder es llevarse las manos a la cabeza.
Siempre digo que Hitchcock no fue el mago del suspense, pues para mi era su pretexto para contar las historias de amor más especiales y extrañas, y Wilder no fue el genio de la ironía, que también, sino un símbolo de la ternura vestida de mordacidad.
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Totalmente de acuerdo. Muchos cineastas hubieran soñado con firmar algunas de las películas consideradas menores de Wilder. Por ejemplo, «Traidor en el infierno», «Berlín Occidente», «Avanti» o «Ariane» no figuran entre lo mejor de su autor y todas ellas son buenísimas.
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Moustache (Lou Jacobi) es un camarero corpulento, cuidadoso y siempre en guardia tras la barra, apaciguando peleas y corazones. Billy Wilder, como todos sabemos, fue un cineasta cargado de sabiduría, y sabio en este personaje de quien el espectador desconoce y descubre a cada rato un nuevo origen. Empedernido viajero que ha ejercido los más venerables y turbios oficios. Las mejores sentencias que se encuentran en Irma la Dulce (1963) las dice nuestro sagaz camarero. Ahí van algunas, mis favoritas:
«En este mundo en que vivimos el amor es ilegal, pero el odio no», todo un alegato contra el pensamiento pequeñoburgués.
«Ser honesto es como desplumar una gallina contra el viento, te llenas la boca de plumas», una buena advertencia para el agente Patou (Jack Lemmon).
Por último, una profecía y un diagnóstico:
«La cárcel está llena de inocentes que dijeron la verdad».
«Difícil forma de tener una vida fácil». Ingeniosa observación cuando Patou se muestra dispuesto a todo para tener la exclusiva de Irma (Shirley McLaine) convirtiéndose en Lord X. A la vez protector y cliente.
El papel del sabio Moustache había sido pensado para Charles Laughton, el actor favorito del viejo Wilder, como el gran ejemplo de actor inglés con quien había establecido una relación cómplice desde su colaboración en Testigo de cargo (1957). Dice Wilder: «Cuando en 1962 empecé a planear Irma la Dulce, quise tener para el papel protagonista, el del encargado del bistrot, a Charles Laughton. Pero Laughton en aquella época ya estaba marcado por la muerte. Tenía un cáncer. Poco antes de su muerte me recibió en su casa. Interpretaba el papel del hombre sano o convaleciente. Quería hacerme creer que al cabo de poco tiempo volvería a estar en situación de dar vida a Moustache. Poco después murió. En Irma la Dulce le eché mucho de menos, a pesar de que Lou Jacobi interpretó muy bien el papel, que acorté considerablemente». Lástima, viejo zorro, pero estoy de acuerdo con tus apreciaciones, pero ésa es otra historia.
Perdona este comentario tan largo,pero Wilder me pierde.
Fuerte abrazo
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Perdón, todo lo contrario, tus comentarios son un auténtico lujo. Agradezco tu aportación (aderezado con tres ocurrentes frases del film), pues desconocía que el papel de Moustache fue inicialmente pensado para el gran Laughton.
Wilder te pierde a tí y creo que a todo buen aficionado al cine.
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Gran personaje Moustache, de lo mejor de la película. Más de un mediocre lo daría todo por firmar la peor película de Wilder
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Todas muy buenas, pero «Avanti» es, no solo una de las obras maestras de su autor y a la altura de las consideradas grandes, también una de las mejores películas que he visto en la historia del cine.
Y me fascina especialmente por el choque entre la vieja cultura y la nueva, entre los lamentos asumidos y los no vividos, entre el mediterráneo milenario, astuto y vividor y la América poderosa pero infante y pueril, que están perfilados magistralmente y sin estridencias. El color y la vitalidad lo inunda todo en esta realización llena de zonas comunes en estilos y que de manera magistral se fusionan comedia y drama, muerte y savia, humor y lamento, mostrándonos tan «solo» la propia vida.
Si Lemmon en esa maravilla de Costa-Gavras llamada Missing, nos deslumbraba con esa verosímil y demoledora transformación del típico americano medio al observar los horrores acaecidos en el Chile del genocida Pinochet, aquí sufre una metamorfosis vital y sentimental que lo hacen sentir, mirar y tocar de otra manera.
Estamos en ¿Qué ocurrió entre mi padre y tu madre? ante un gran Wilder, pleno de talento y tal vez mas capaz, mas socarrón e irónico que nunca. Su reflexión sobre el deseo, los placeres vitales, la muerte y el extreñimiento social es extraordinaria, pero desde una óptica mas astuta y taimada. La película está impregnada de visiones sobre los contrastes culturales, la vitalidad frente la moralidad mas rancia, superficial y estereotipada, la lujuria y deseo humano contra la más hueca y vacía decencia trasnochada.
Y eso que el gran maestro tuvo casi que pedir permiso para seguir rodando pues ya por aquello años la industria pensaba que su talento comenzaba a decaer y estuvo varios años en dique seco. Afortunadamente para todos nosotros, la respuesta fue adelante, ¡avanti!. Y, por cierto, y obviamente no me refiero a mi, qué lujo de blog y de comentaristas, pues se queda uno aturdido ante tal despliegue de sabiduría y talento. Un abrazo y buen fin de semana.
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De las cuatro piezas wilderianas que te cité anteriormente, «Avanti» es también mi preferida. No suele ser citada entre sus grandes obras, pero sí figuraría entre sus films que más aprecio. Pensaba postearla dentro de muy poco, pero, tras el pedazo de comentario que te acabas de marcar, creo que prorrogaré su entrada en escena, más que nada por no quedar en evidencia.
No seas impaciente, Altaica, si todo sigue su curso, casi todos los films que tú adoras aparecerán tarde o temprano por el blog.
Por cierto, espero que duermas bien porque mañana tendrás una suculenta presa fílmica, lista para que puedas despellejarla a tu gusto.
Un abrazo.
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Escribir un comentario en este blog con la calidad de los post y de los comentaristas hace que te sientas osado, pero como el mundo es de los valientes! me animo a entrometerme de nuevo.
«Irma la dulce» está considerada parte de la trilogía de comedia romántica de Wilder formada por «El Apartamento» y «Con faldas y a lo loco». Como habéis comentado la mayoría de vosotros nuestra Irma es la «hermana más fea» de las tres. A pesar de eso, tuvo un éxito en taquilla bastante importante.
Yo voy a destacar tres cosas de la película que para mi son las mejores. La primera es una frase que ha destacado Francisco y que resume la esencia de la película “En este mundo en que vivimos el amor es ilegal, pero el odio no”.
La segunda es la química tan fuerte que hay entre la pareja MacLaine y Lemmon. (posiblemente esto explicaría el gran éxito de taquilla) Es una lástima que no hicieran más películas juntos Es todo un lujo.
La tercera, en parte, la ha avanzado Hildy, ha dicho las medias verdes, yo diría en general el vestuario y más concretamente el guardarropa de Irma. Los modelos de lencería, los vestidos, todo el diseño merece la pena. Es una publicidad de la mejor moda parisina.
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Suscribo punto por punto lo dicho por Altaica. No sé si es de las más grandes películas de cine, pero es una de mis favoritas. Lo que me río con esa sentencia de Carlo sobre las negociaciones de Lemon con la familia Trotta.
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De vez en cuando, Salvela, resulta muy confortable estar todos de acuerdo, Altaica incluido.
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Bendita intromisión la tuya, Mónica. No tienes que ser osada para escribir en este blog, pues tus comentarios son de una enorme calidad.
Estuve a punto de escoger la brillante frase de Moustache que citas, y, que anteriormente apuntó Francisco, para la entrada del post. Me alegro de no haberlo hecho y que hayáis sido vosotros los encargados de evocarla.
Tienes razón, el vestuario de la protagonista es absolutamente memorable. Su diseñador no fue otro que Orry-Kelly, uno de los modistos más prolíficos del Hollywood clásico, responsable entre tantos otros trabajos de vestir a Bette Davis («Jezebel»), Ingrid Bergman («Casablanca») o Marilyn Monroe («Con faldas y a lo loco»).
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Buenas, entro solo para agradecer los comentarios surgidos, para quienes no tenemos mucha idea (más bien poquita) de cine es una gozada leeros, y vaya, que me llevo un par de títulos para ver, lo de Altaica para mí es un filón inagotable, anda que no me he visto peliculones «por su culpa».
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Pues yo quiero agradecerte a ti, Dessjuest, y a todos los que habitualmente perdéis un rato de vuestro preciado tiempo en saciar vuestra curiosidad para saber cuál es la película del día y, sobre todo, en adornar las entradas con tales ráfagas de erudita cinefilia.
Muchas gracias a todos!!
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