Tay Garnett

ENEMIGO (Batán)

Persona o grupo de personas, que se oponen a otro grupo de personas ya sea por sus ideas, pensamientos, actividades o por motivos políticos radicales tales como el invadir a otro país por la captura de sus Recursos naturales. A diferencia del adversario, el enemigo es la expresión radical de la diferencia entre personas, el antagonismo exacerbado o el desacuerdo extremo, innegociable e intolerante entre entes sociales, políticos, religiosos, etc. (Wikipedia)

«Hay que tener cuidado al elegir a los enemigos porque uno termina pareciéndose a ellos»
Jorge Luis Borges (1899-1986) Escritor argentino

BATÁN (Bataan) – 1943

bataan

Director Tay Garnett
Guion Robert D. Andrews
Fotografía Sidney Wagner
Música Bronislau Kaper
Producción Metro Goldwyn Mayer
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 110m. B/N
Reparto Robert Taylor, George Murphy, Thomas Mitchell, Lloyd Nolan, Robert Walker, Lee Bowman, Desi Arnaz, Barry Nelson, Philip Terry.

«Deben comprender desde ahora que el enemigo al que nos enfrentamos es bastante capaz. Y ahora procuren no olvidarlo. Trepan árboles mejor que los simios y tienen marcados los mejores. Pueden sobrevivir y luchar un mes con los que ustedes morirían en ¡dos dias!»

La incorporación a filas de numerosos representantes del cine norteamericano durante la Segunda Guerra Mundial, algunos de ellos reputados realizadores cuyo cometido estribaba en perpetrar documentales para las Fuerzas Armadas, hizo aún más plausible el esfuerzo paralelo de los estudios hollywoodienses por impulsar una significativa cuantía de producciones bélicas; consignadas, en su mayoría, a justificar y enaltecer de forma implícita la participación del país en tan catastróficos acontecimientos. Uno de los ejemplos más realistas e inspirados de aquella política propagandística lo hallamos en esta película tan desgarradora como claustrofóbica, que plasmaba con gran desenvoltura narrativa y una adecuada conjunción de heroicidad y sentimentalismo el vano esfuerzo por sobrevivir de una patrulla estadounidense cercada por los japoneses en la zona del Pacífico, concretamente en la isla filipina de Luzon. La espléndida labor actoral contribuyó a hacer de esta cinta, pese a su evidente carácter coyuntural, uno de los trabajos más logrados del eficiente pero poco ambicioso Tay Garnett.

Otras películas determinadas por la omnipresente e invisible presencia del ENEMIGO

La patrulla perdida – John Ford (1934)
Invasión – Hugo Santiago (1969)
En tierra hostil – Kathryn Bigelow (2008)

FATALIDAD (El cartero siempre llama dos veces)

1. Cualidad de lo que resulta fatal.
2. Destino en cuanto es la causa de desgracias.
3. Suceso o circunstancia desgraciados.
(Larousse Editorial)

“Ya se trate de ciencia o historia, es preciso desconfiar de la ignorancia que se encierra bajo el término «fatalidad»”
Gustave LeBon (1841-1931) Psicólogo social francés

EL CARTERO SIEMPRE LLAMA DOS VECES (The postman always rings twice) – 1946

postman

Director Tay Garnett
Guion Niven Busch y Harry Ruskin
Fotografía Sidney Wagner
Música George Bassman
Producción Metro Goldwyn Mayer
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 113m. B/N
Reparto John Garfield, Lana Turner, Cecil Kellaway, Hume Cronyn, Leon Ames, Jeff York, Audrey Totter, Alan Reed, Cameron Grant.

«Aunque estuviera aquí no podríamos cogerlo, a menos que quisiéramos pasar la noche en la cárcel. Robarle la esposa a un hombre, eso no es nada, pero robarle su coche, eso es hurto»

Emblemático clásico del cine negro y, sin duda, la mejor adaptación cinematográfica de la novela homónima de James M. Cain, que cuatro años antes ya había sido objeto de una esencial versión apócrifa a cargo de Luchino Visconti y cuyo título queda irremisiblemente asociado al sugestivo aunque algo pretencioso reajuste de signo erótico formalizado por Bob Rafelson en 1981, con guión de David Mamet y protagonismo de la carismática pareja Nicholson/Lange. A través de un amplio flashback, Tay Garnett describía la aciaga pasión fratricida que establece un solitario trotamundos con la atractiva e insatisfecha esposa del propietario de un bar de carretera californiano en el desarraigado ambiente de amoralidad que reinaba en el país tras el descalabro provocado por la Gran Depresión. El inevitable arbitraje aleccionador de la censura no eclipsó la inhóspita causticidad que disemina este paradigma acerca de la inexorable fatalidad del destino, protagonizado por una turbadora Lana Turner (imposible resulta sustraerse a su primera aparición vestida de blanco con un seductor pantalón corto) y un magistral John Garfield.

Otras películas sobre la FATALIDAD

Sólo se vive una vez – Fritz Lang (1937)
El abrazo de la muerte – Robert Siodmak (1949)
Orfeo negro – Marcel Camus (1959)